AFP
1 de jun de 2021
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Con el inmejorable escenario, con la oportunidad de que su nombre terminara escrito de una vez entre el de los mejores de la historia, o al menos así lo colocaban ya los expertos que ven en Guardiola el patrón de conducta que debe seguir todo aquel que toma una tabla y entrena a un equipo; el ajedrez de llevar el balón de un lado a otro hasta llegar a postrarse frente a la portería rival y ganar partidos. Eso puede funcionar, o no.
Por ahí no faltó el que con el lenguaje literario, ponía al futbol, practicado por el equipo de Guardiola, o sus equipos, para ser colocado en un museo, elevado a los grandes creadores del arte; sin embargo, se olvidaron de que se trata de un rectángulo verde y de distintas formas de alcanzar la victoria; Tuchel se encargó de tomar pólvora, esparcirla por todas aquellas palabras que pretender glorificar una sola idea futbolística, para enviar después una chispa e incendiarlas todas. El futbol puede tener románticos, puede tener estetas que buscan dignificar ideas de ese tipo; pero después, no deja de ser futbol y miles de vías para ganar.
Pero había que jugar, había que intentarlo y además de todos los gustos, de todas las opciones y formas, el futbol tiene esos intangibles que se pueden aparecer de vez en vez y facilitarte las cosas, o complicarlas. Es ahí donde sale el entrenador, el que sabe ajustarse a las circunstancias y salir airoso de un problema que parece complejo. Hay ocasiones en las que el futbol te da y te quita, pero siempre deben sacar lo mejor de tus argumentos, dominar los panoramas y extenderte a otros rubros. A Guardiola le faltó.
En Inglaterra, en Manchester, no lo han dejado en paz desde el resultado del sábado, lo señalan de experimentar en el escenario menos pensado y echar por tierra todos los argumentos con los que sus defensores esperaban consagrarlo este fin de semana; dejó escapar la posibilidad de unirse a Ancelotti como ganadores de Champions con equipos diferentes y como jugadores.
Nadie puede asegurar que la idea futbolística de Guardiola sea la más efectiva, cuando se trata de ganar, cuando saltas a la cancha y paseas el balón, hasta que la pierdes y el rival es efectivo. Tuchel se impuso siendo práctico, dejó que fuera su rival el que le abriera opciones y terminó aprovechando el mejor escenario.
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