Ámbar de Simojovel: Eterna capsula de tiempo y protector de bebés.
KAREN VALERIA SANTOS SANTOS
Resulta casi imposible ser chiapaneco y nunca haber lucido alguna bella pieza de ámbar. Hoy esta resina vegetal fosilizada y finamente tallada a mano por los artesanos ambareros, forma parte de la bella estética cultural de nuestro Chiapas, siendo uno de los principales emblemas que nos distingue a nivel nacional e internacional. Sin embargo, en la década de 1970, la región, y en particular Simojovel, experimentó una transformación profunda en su actividad económica, este cambio fue propiciado por una serie de factores económicos, culturales, y especialmente, políticos.
Lo anterior, junto a la creciente demanda del mercado internacional provocó que las tierras, que anteriormente eran destinadas a la agricultura, se convirtieran en pastizales, alterando significativamente el paisaje y la economía local.
No fue sino hasta mediados de 1985, tras dos décadas de conflictos, que la región alcanzó una mayor estabilidad social. En este contexto, algunos habitantes descubrieron en la extracción y venta del ámbar una oportunidad para mejorar su situación económica y salir adelante. Con el surgimiento de nuevos movimientos sociales en la década de 1990, se produjo también la llegada de visitantes tanto nacionales como extranjeros, siendo estos últimos a quienes les despertó gran interés el ámbar de Simojovel, especialmente, aquellas piezas que conservaban en su interior fósiles de diferentes especies, ya que eran objeto de investigaciones científicas que buscaban preservar el ADN de insectos, o producir medicamentos, pesticidas naturales y más. Este creciente interés social y científico en el ámbar de Simojovel, sirvió de inspiración para la creación de novelas y películas de ciencia ficción, como la famosa película Parque Jurásico (1993); dirigida por Steven Spielberg y escrita por Michael Crichton en 1990. Esta sensación taquillera del verano de 1993 generó mayor interés en las piezas de fosilizadas, provocando que surgieran en distintas partes del mundo más coleccionistas interesados en estas piezas. Fue en estos años donde el ámbar mexicano se posicionó en el mundo.
Aunque esta gema era utilizada desde tiempos prehispánicos para crear ornamentos y realizar intercambios comerciales, es en la actualidad que ha alcanzado un valor mucho mayor comparado con el pasado. Es también en la actualidad, que su valor mágico-religioso fue ampliamente abrazado; como olvidar las pulseras de hilo rojo con pequeñas piezas talladas en forma de gotas, hojas, o cruces, estas piezas son uno de los principales y primerísimos regalos ofrecidos a los recién nacidos, no vaya a ser que les dé “el mal del ojo”, y lloren, o se enfermen.
Estas prácticas de protección mágico-religiosa, así como el interés científico, histórico y social que suscitan estas piezas de joyería artesanal, trascienden la mera relevancia comercial, ya que forman parte integral de nuestra cultura y tradiciones hasta el día de hoy.
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