Administraciones fantasmas
Por eso adquiere relevancia la reforma constitucional de la NO reelección que envió a la Cámara de Diputados, la presidenta Claudia Sheinbaum, sobre todo cuando el centro de atención es Chiapas, donde sus dos principales ciudades más grandes y conocidas en el país, como es Tuxtla Gutiérrez y Tapachula, la figura de la reelección con Carlos Morales en la capital y Rosy Urbina en la Perla del Soconusco, se consideran “desafortunadas”, porque tuvieron el periodo más largo en la historia de Chiapas, de haber gobernador un sexenio o dos trienios en cada de estos municipios, sin embargo las administraciones municipales arrastraron los seis años denuncias y señalamientos llenas de irregularidades, desvíos y malversaciones sobre los presupuestos municipales, donde se inventaron o simularon obras gigantes como la del “Saneamiento del rio Sabinal”, donde todo fue un vil engaño montando todo un simulacro de inversión ,millonaria donde se pisotea la dignidad del pueblo Tuxtleco. Resulta increíble que si ambos alcaldes municipales de Chiapas, Carlos Morales y Rosy Urbina, siendo la entidad más atrasada dentro de su nomenclatura en desarrollo nacional, pudieron avanzar dándole progreso a estas “ciudades chiapanecas” en estos seis años de gobiernos locales, porque manejaron dos presupuestos millonarios cada tres años, resulta que los municipios quedaron peor que antes, desordenados, alterados desquiciados, y lo grave con un fantasma de corrupción que trae irritada y enojada a la población tanto de la capital Tuxtleca como de Tapachula.
Las únicas obras que se observan son las que realizó el gobierno estatal de “Chiapas de corazón”, y la gente lo dice, como son los pasos a desnivel o la modernización de los libramientos del norte y sur capitalinos y su nuevo “libramiento Sur” de cuatro carriles de Tapachula, y la gente lo reconoce. pero juzga el trabajo municipal de autoridades que estuvieron justamente los seis años del gobierno estatal actual y todo es denuncia pública de actos de corrupción como “gobiernos municipales” a pesar de que tuvieron la oportunidad para transformar a Tuxtla Tapachula, porque recibieron miles de millones de pesos, y lo que aflora es que privó como nunca la simulación, la falsedad y el disimulo en obras públicas que fueron auténticos disfraces. Lo que más le enoja a la población es que tanto Carlos Morales como Rosy Urbina, triunfaron electoralmente porque desde el 2018, fueron arrastrados por el fenómeno popular Lopezobradorista que electoralmente hizo que estos dos personajes ganaran las alcaldías, pero no solamente con la del 2018, sino con la del 2021, porque repercutió la obra federal y evidentemente la estatal con los programas sociales echados a andar, que hizo que Carlos Morales y Rosy Urbina se convirtieran en Presidentes municipales de Tuxtla y Tapachula, por seis años, pero que dentro del contexto, nadie los quería o admiraban, sus triunfos electorales fueron producto de la imagen popular del ex presidente de la república Andrés Manuel López Obrador. Un fenómeno que nunca más se va a repetir desde el fenómeno electoral Lopezobradorista o de otro personaje, a pesar de todo está postal de democracia “inducida”, y provocada por López Obrador, era más responsable y con gran compromiso que Morales y Urbina hubieran trabajado con amor al pueblo, además también hubieran hecho bien las cosas, por eso hay mucha razón del enojo popular exigiendo investigaciones y auditorias en todos sus rubros de administración municipal de estos personajes que ni fueron electoralmente populares, mucho menos funcionarios honestos, fueron producto de que se sacaron la lotería sin comprar cachito, y son seis años que administrativamente están en la polémica de la plataforma del pueblo Tuxtleco y el pueblo Tapachulteco.
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