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Ale Coello, buscando la justicia con perspectiva de género

ALEJANDRA OROZCO

Tuxtla.- Bienvenidas y bienvenidos a un programa más de este Universo Violeta, en esta ocasión, Ale Soriano recibe a Sandra Aurora, presidenta del Pacto Académico, como conductora invitada en ausencia de Paulina Conde, recibiendo a alguien que se ha destacado por su trayectoria como abogada, especialista en impuestos, en mediación, una mujer que se ha profesionalizado en el ámbito del derecho, para comenzar una serie de programas en los que ya no solo van a hablar de la trayectoria de las mujeres, les parece sumamente importante comenzar a abordar temas que seguramente a las mujeres, pero también a la ciudadanía, les pueden ser muy interesantes, ella es Ale Coello.


Ahora toca hablar de la violencia hacia las mujeres que viven en el país y también en Chiapas, solo para poner contexto, en 2021, a nivel nacional, del total de mujeres de 15 años y más, 70 por ciento habían experimentado al menos un incidente de violencia, que puede ser psicológica, económica, patrimonial, física, sexual o discriminación, en al menos un ámbito, que puede ser familiar, la escuela, la comunidad, y ejercida por cualquiera, en el trabajo, por cualquier persona agresora a lo largo de su vida, esto nos habla de un problema social, de salud pública, tiene muchos impactos la violencia hacia las mujeres, es un tema muy complejo, porque históricamente la violencia se ha entendido como agresión física, entonces al paso del tiempo se han empezado a nombrar las diferentes formas de violencia, un avance sustancial para las mujeres.



“Pienso que el 70 por ciento se queda corto en la realidad, yo sí considero que es mucho más alta la cifra, en el derecho tenemos la regla general y las excepciones a la regla, y yo considero que triste y lamentablemente, por regla general, hay violencia en contra de las mujeres en todos los ámbitos, está normalizada, inserta en el sistema, es sistémica, además atraviesa en todos los ámbitos en los que las mujeres nos podemos llegar a desempeñar, en el hogar, en la escuela, en el trabajo, en la calle, en todos los ámbitos, a veces la violencia es tan sutil que no se puede llegar a nombrar como violencia, o a percibir, tal vez se perciba porque existe la incomodidad, la molestia, el enojo, pero no se nombra, no se dice, sabes qué, me están violentando o yo me siento violentada”, señaló.

Decía una autora que antes, la violencia se llamaba: “es que me quiere mucho y por eso me aprieta el brazo cuando voy a saludar a alguien, yo lo hago enojar, yo no sé comportar, me cuida, me quiere”, pero al final de cuentas ahora se llama violencia, la Ley general de acceso a las mujeres a una vida libre de violencia señala que existen tipos y modalidades de violencia, los tipos son física, sexual, psicológica, económica, patrimonial, y las modalidades son familiar, laboral, escolar, hay ya una definición, por esa razón, cuando se habla de un 70 por ciento, tal vez estén definiendo los hogares, quizás alguna mujer no sea violentada en su hogar, pero sí en su escuela, por ejemplo, o en su trabajo, por lo mismo, que está tan arraigado en el sistema que no se puede determinar qué clase de delitos o de actos violentos son los que más se denuncian o cuáles.

“Creo que la física es la más visible y la que más se denuncia, y las autoridades no colaboran porque cuando una mujer llega e intenta denunciar, por ejemplo, que su esposo le dijo, yo tengo una pistola y te voy a dar cuatro balazos si tú vuelves a ir al gym, no le levantan la denuncia, me han tocado casos en donde los servidores y las servidoras públicas le dicen, híjole señora, pero es que mire, cuando nos toque llegar al juicio vamos a tener que acreditar esa violencia, usted no trae ni una marca, usted no viene golpeada, no viene lastimada. ¿Por qué no cuando pase eso, mejor se encierra en su cuarto? La minimización es tal, que las personas ya no quieren ir a denunciar”, señaló.

Hay un proceso un que tiene que ver con el ámbito laboral, enfrentarse al sistema, muchas veces se cree que denunciar va a detener la violencia o al menos va a ser un paso que evite que sigan violentando y revictimizando, pero lamentablemente no es cierto, muchas veces denunciar es abrir la caja de Pandora, y en lugar de que esa violencia disminuya, se recrudece, son actos de represión, quitar personal, lo cual implica buscar a alguien que defienda, y es que hay abogadas y abogados que no tienen perspectiva de género.

Señalaron que hay muchos factores que llevan a las mujeres a no denunciar o a no demandar, aclarando que la denuncia es materia penal, pero también existe un juicio de violencia familiar en materia civil, no todo tiene que ser penal, hay mujeres que dicen ¿cómo voy a meter a la cárcel al papá de mis hijos, si él es nuestro proveedor? Porque aparte, la violencia es paulatina, no hay alguien que pase de cero a cien, que se conozca y que le dé una cachetada, al principio son encantadores, un año de relación, el príncipe encantado, se habla de la psicopatía narcisista, tiene un término, se llama love bombing, o sea, un bombardeo de amor, si todos los días te maltratara sería muy difícil que continuaras en esa relación, te bombardean al principio, eres lo maravilloso, y después ya se vuelve intermitente, te doy amor, pero te golpeo, psicológicamente, no necesariamente físicamente, te trato mal, va siendo gradual, se vuelve una adicción.


“Conforme a los casos que hemos tenido en el despacho, hay varios patrones, es como un cuadro clínico, tú tienes gripa, tienes diarrea, tienes temperatura, el médico te va a ordenar estudios porque tu caso es concreto, pero traes el cuadro clínico de una fiebre tifoidea, un ejemplo, tú puedes llegar a través de la experiencia a determinar las conductas que se repiten de persona a persona, generalmente son encantadores al inicio de la relación, luego empiezan a ser un poquito más controladores, no te vistas así, las personas decentes no se visten así, ahí empieza ya un control leve y normalizado hasta cierto punto por esta parte del enamoramiento, de la romantización, me han tocado casos realmente muy muy tristes, en los que las mujeres han ido perdiendo toda su individualidad, ellos se las han ido quitando, por ejemplo, personas a las que les han quitado hasta sus propiedades”, confesó.

Por ejemplo, el caso de una mujer que llega al matrimonio con una casa y un coche, empieza a pasar el tiempo, y de repente le dice, ¿por qué no vendes tu coche? en dos años ya no te van a dar lo mismo, es tan sutil la manipulación, que ella dijo, está bien, tú véndelo y yo te completo para que te compres otro coche nuevo, entonces le dice, no necesitas comprar otro coche, yo te voy a dar uno, empieza a pasar el tiempo y nada, luego, ella tenía una casa y él le dice, yo creo que para que nos vaya bien, podemos vender tu casa y empezar a capitalizarnos, hagamos una venta ficticia, yo te la compro con mi crédito Infonavit, nos van a dar una lana, con eso nos capitalizamos y lo metemos al negocio propio, y yo te empiezo a dar la mitad de las ganancias, vamos a crecer juntos, un envolvimiento, termina diciéndole que sí, ya que no tenía ni coche, ni casa, empezó la violencia cada vez más fuerte, quitándole toda la autonomía económica.

“Ella llegó a un punto en que decía, es que si yo le dejo, ¿a dónde voy a ir? Yo no tengo una red de apoyo, ya no tengo casa, yo se la regalé, cuando llegó a nuestra firma, lo primero que le dijimos fue no, tú eres una víctima, no eres culpable de la situación… es que permití demasiado, no, no lo permitiste, estás dentro del círculo de violencia, porque no te hemos logrado sacar, vamos a preparar con el equipo tu demanda, tu caso, pero tú estás dentro del círculo, eres una víctima; cuando ella lee el primer proyecto de demanda, nos dijo, jamás había parado a pensar que soy una víctima de violencia hasta que lo leí, no puedo creer que esto que se está relatando aquí sea mi vida”, compartió.

Las anfitrionas añadieron que dentro de la psicología, hay un concepto en donde te avientan la responsabilidad a ti, una cosa también es asumir que tú tomas tus decisiones y que es importante que a partir de tus experiencias que aprendas y te sirva para no volver, tener las antenitas atentas y ver las red flags, pero llegar a ese proceso no es de la noche a la mañana, vivimos en un sistema en el que nos han enseñado a normalizar la violencia, que aunque veamos eso, obramos de buena fe, no llegamos a una relación o conocemos una persona pensando que nos va a violentar o quitar nuestro patrimonio, hay una revictimización social de las mujeres que están o han estado en relaciones violentas como si lo hubieran elegido, como si les encantara vivir violencia.

“Al final también es un síntoma de la descomposición social, porque estos hombres no nacieron de la noche a la mañana, hay todo un esquema que les permite reproducir estas conductas, por eso es tan importante que las mujeres estén más atentas a toda esta información, porque lo que no se conoce no se nombra y piensas que es normal, estos programas son geniales precisamente por eso, ella no podía salir de ese círculo porque no lo nombraba, no lo conocía, no sabía, que tampoco es su culpa, nuestro trabajo en el despacho no solamente va encaminado a defender a las mujeres, tenemos mucha perspectiva de género, también hemos atendido casos de hombres”.

Así les llegó el caso de un señor que los contrata en etapa de apelación, su juicio ya había transcurrido las etapas procesales de la primera instancia y ya se había dictado una sentencia, que de alguna manera le favorecía, porque cuando la ex esposa lo demandó, le determinaron a él una pensión provisional de 40 por ciento sobre su salario, él es un ejecutivo de una empresa que gana bastante bien, entonces, el 40 por ciento  de su salario sí representaba más o menos unos 30 mil pesos mensuales, a veces más con los bonos que sacaba, cuando dictan sentencia le determinan el 15 por ciento de pensión alimenticia, cuando tenían un hijo con discapacidad, que su independencia progresiva no está siendo al mismo ritmo que todos los demás niños, él es dependiente por su discapacidad; dos, él pagaba una casa en la que vivían él, el niño y su mamá; tres, era la mamá quien lo cuidaba todo el tiempo.

“Entonces, cuando él nos contacta, yo puedo llegar a entender el privilegio en el que viven los hombres, pero no lo justifico, tienes que hacerles entender a ellos que este ejercicio ególatra de sus privilegios daña constantemente a la sociedad, la destruye, no solo a las mujeres, ahí radica la inteligencia, en poder escuchar a otras voces, pasarlas por tu cerebro, reflexionarlas, racionalizarlas y decir, ah caray, es probable que yo esté mal, que yo no tenga la razón, aceptarlo y tratar de modificarlo; entonces, me llama y me dice, la mamá de mi hijo presentó una apelación, yo quiero que tú contestes porque no me ha estado gustando cómo se ha llevado el juicio, no trabaja, qué le hace a todo el dinero que le doy, no tiene ahorro, si el niño se enferma, no tiene ni para llevarlo al doctor, todo me lo tiene que estar pidiendo a mí, todos los viajes a Ciudad de México los pago yo, sus uñas, su pelo, su planchado se lo pago”, relató.

Después de dejar que se desahoguen, un speech muy común en el 99.9 por ciento de los hombres, al final de cuentas leyó las copias del expediente y le dijo, aquí hay una situación, mientras usted está trabajando como ejecutivo de una empresa en donde ha tenido un desarrollo profesional, con más posibilidades de crecimiento, esto puede ser en cualquier parte del país, tiene que estar disponible, y podría, pero adoraba al niño, al final de su carrera, se va a pensionar, todo eso no lo tiene la mamá de su hijo, porque está el cuidado del niño, y eso la corte ha determinado como costo de oportunidad, ella no genera dinero, aunque quisiera, no puede, porque a las mujeres se les ha enseñado que ellas tienen que cuidar, y le dijo, pero podemos contratar a alguien que lo cuide, pero al final le dice que nadie lo cuida como su mamá, que necesita que su mamá lo cuide, que es una buena mamá.


“Le digo que creo que este tema de que ella viva de la pensión es muy justo, si no de qué viviría, que intercambiara los papeles, que ella fuera ejecutiva, y él tuviera que cuidar al niño y solo dedicarse a su cuidado, qué va a pasar en 15 o 20 años cuando sea independiente o se vaya con usted, y dice, yo también he tomado cursos de género, y es que para que la gente pueda vivir en paz necesita haber justicia, cuando se tiene la sensación de que se le ha tratado injustamente quiere venganza, no tiene paz, para dar por terminado el tema, le pido que él mismo me diga más o menos de cuánto son los gastos reales del niño, a la siguiente vez ya tenía toda una lista de gastos, ella quería el 50 por ciento pero él paga la casa adicional a la pensión, y me dijo que estaba dispuesto a dar hasta el 30 por ciento de su sueldo, dialogamos y llegamos a un convenio en el que le dio el 25 por ciento de la pensión para el niño, 5 por ciento de pensión compensatoria para ella, una vez que se termine de pagar la casa se la va a donar al niño y en el seguro de vida tendrá la misma cantidad que si tiene más hijos, él quedó contento, ella tranquila y el niño protegido, era el abogado de ella el que estaba a punto de echar abajo el convenio, por una situación de ego”, finalizó.

El fin de este espacio es que sirva para dar otras lecturas, detectar, nombrar y actuar en términos jurídicos ante la violencia, señalaron que es importante hacer conciencia en los hombres, no solo en las mujeres, de que los privilegios en que ellos viven transgreden todo el orden social y vulneran los derechos de las mujeres, que tengan conocimiento de género pues también los aborda a ellos, se piensa que nada más son temas de mujeres, pero abonan a un orden social más justo, finalmente la invitada exhortó a sus compañeras y compañeros abogados a entender el verdadero concepto de justicia.

“No se trata de ganar o perder un juicio, o de ponerle el pie en el cuello a las personas, sino de generar una sociedad más pacífica, la sociedad es violenta, si abonamos con juicios de te voy a quitar a los niños, esas malas prácticas son las que debemos desarraigar desde el ejercicio profesional, somos el Pepe Grillo de las personas, tenemos que generar ajustes empáticos para que nuestros clientes puedan llegar a acuerdos bondadosos, pacíficos y con verdadera justicia, no es justo que el juez decida cuánto te van a dar de pensión si eres tú el que vive su día a día, no en base a papeles y pruebas, por eso la sensación de eterna injusticia, hay que tratar de incidir en las personas desde la perspectiva que corresponda para generar una sociedad con más justicia, que puedan resolver entre ellos y queden tranquilos”.

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