Daladier Anzueto, defendiendo los derechos humanos por convicción
Tuxtla.- Hoy nos acompañó en este espacio Daladier Anzueto, un hombre que se ha dedicado a defender los Derechos Humanos y actualmente, es el Coordinador Regional de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), él proviene de una comunidad rural de no más de 40 casas de barro y techo de paja, caserío incrustado en la franja fronteriza México-Guatemala. Él recuerda que su tío era el único que sabía leer y escribir, quien leía los periódicos y ahí vio escrito en letras pálidas, el nombre de Daladier, quien fue el único gobernante francés que le dio asilo a León Trotsky cuando fue expulsado de Rusia, por eso le pusieron ese nombre; en ese entonces, en su infancia recorría siete kilómetros de ida y siete de regreso para ir a la escuela primaria, como muchos niños y niñas que viven actualmente en Chiapas, Guerrero o Oaxaca y otras latitudes de Latinoamérica.

“Soy ingeniero industrial, Maestro en Ciencias agrícolas de Chapingo, estudié también Derecho Internacional Humanitario y eso me permite trabajar varios años en éste y en otros países de Latinoamérica. Recuerdo que es a partir del 2018 que regreso a Chiapas con mi familia, concurso por una plaza en COMAR y aquí estoy desde el año 2019. Es evidente que hay gente que no necesita salir de su estado para reconocer que hay algo que le llama a úno. Yo tuve que salir para reconocerme que soy de aquí, me gusta la vegetación, la naturaleza, aunque descubro con estos ojos más frescos que he visto ahora un Chiapas muy perturbado ambientalmente, el rostro triste de la precariedad, conduciendo a un Chiapas menos verde, provocando el cambio climático, pobreza extrema, pero con la esperanza de poder revertir ese proceso”, señaló.
A él lo contratan Organismos Internacionales para trabajar con comunidades de refugiados desde 1990, lo que le permite estar en comunidades desarraigadas, que le enseñaron a producir, trabajar, tener resiliencia para salir adelante, buenas prácticas de gente que huyó de su país por un temor fundado de persecución, que pudo demostrar en el nuevo hogar que era capaz de producir parte de su alimento y eso era gratificante. Ese sector poblacional refugiado, hizo todo el trabajo, con sus saberes ancestrales, con técnicas que implementaron y que yo acompañé intentando proteger sus Derechos Humanos en una tierra que no era de éllos, pues un refugiado que cruza la frontera puede perder su tierra, pero no sus derechos.
“Hay una anécdota que me llamó mucho la atención. Tengo presente en la memoria que en la comunidad de San Lorenzo, Provincia de Esmeraldas, Ecuador… pegado a la costa, habían grupos de jóvenes colombianos refugiados y además había mucha basura en los manglares, sobre todo botellas vacías de refresco. Una tarde, en una charla decidimos recogerlas rellenarlas de arena y hacer paredes para una casa, parecía descabellado, pero empezamos a juntarlas en lanchas, ya que logramos reunir unas 20 mil, empezamos a rellenarlas. Una Agencia de Naciones Unidas dio un financiamiento y la casa está construída ahí, después ya no se sabía quién era ecuatoriano y quién colombiano. En una ocasión visitó esa casa de botellas plásticas, el actual Secretario General de la ONU, le llamó mucho la atención el proceso de integración a partir de un espacio comunitario. Si bien no es una técnica del otro mundo, pero la casa fue el vehículo para que reconocieran que tenían derecho a afianzarse y pensar en la integración local”, recordó.

Su primer trabajo dentro de Comar fue en Tenosique, Tabasco en el 2019 y luego en Acayucan, Veracruz, donde también atendían las entidades de Oaxaca, Quintana Roo, Campeche, Yucatán, desde ahí empezaron a atender a esta población, que había cruzado fronteras para llegar a México. Destaca que desde octubre del 2018 iniciaron las caravanas de personas en necesidad de protección internacional. Pero antes de hablar del 2019, vale la pena reconocer que en México, han habido cuatro grandes oleadas de llegada de personas con necesidad de protección internacional: la primera, todo mundo sabe que fueron los españoles, a quienes en 1937 el General Lázaro Cárdenas les dio refugio; en los 70s, las oleadas de refugiados de Sudamérica con las dictaduras como las Argentina, Chile, Paraguay o Uruguay; en los años 80s la entrada masiva de indígenas guatemaltecos buscaron refugio en Chiapas para salvar sus vidas. Es ahí cuando la Comar se constituye por decreto presidencial, posteriormente pide el apoyo a la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en el ‘82.
“La cuarta oleada comienza en 2018. México siempre se ha caracterizado por ser un país hospitalario que ha dado refugio, pero esta vez fue una afluencia muy fuerte. Por citar lo más reciente, mientras que el año pasado 2023, fueron 141 mil personas que pidieron el refugio a nivel país de los cuales COMAR Tapachula registró a 77 mil personas y COMAR Palenque 10 mil. En cambio en este año, del 1 de enero al 30 junio del 2024 ya habían entrado al país unos 600 mil migrantes. En ese contexto es probable que para este año a nivel nacional puede que sean solamente unas 80 mil solicitantes. Es así que para este año serán alrededor de 49 mil en Tapachula y en Palenque únicamente 2 mil. La cifras se han reducido, pero no la llegada de migrantes, que vienen en poblaciones mixtas, tanto migrantes económicos que quieren cruzar por el país para llegar al vecino del norte, como los que quieren pedir asilo en Estados Unidos, para finalmente un grupo en necesidad de protección internacional que pide refugio para quedarse en México”, señaló.
También ha observado que del 2018 al 2020, era la mayoría hombres solos, pero posteriormente cada vez más de familias con muchos niños, niñas y adolescentes por lo que ahora México se ha convertido en un país de destino, si bien un gran número quiere cruzar por el país para cumplir el sueño americano, pero cada vez va cobrando más importancia quedarse en México para continuar con su propia vida en este país, donde desde 2011 hay una Ley sobre Refugio, Protección Complementaria y Asilo Político, que contempla las causales para que una persona pueda ser determinada o no, en su condición de refugiada, entre las más importantes, enmarcadas en la Convención del 51 y el Protocolo 67 de las Naciones Unidas, destaca que una personas se considera refugiada al tener el temor fundado por razones de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas. Hay que tomar en cuenta que el factor cambio climático no es un causal para ser reconocido dentro del refugio internacional.
“Por ejemplo, en enero de 2010 hubo un terremoto en Haití que cobró la vida de más de 200 mil personas. Por razones humanitarias pero no por refugio, Brasil les abrió las puertas. Muchas de esas personas estando en Brasil se fueron a Chile y del 2018 para acá empezaron a venir de esos dos países a México, pero no siempre califican para ser reconocidos como refugiados. No obstante, en los últimos dos años han aludido a la protección complementaria que está contemplada dentro de la ley, que dice que una persona puede ser beneficiado con la protección complementaria en razón de que si se le devolviera a su país pudiera correr peligro, ya que podría ser sometido a tratos crueles e inhumanos, por eso el haitiano generalmente alcanza la protección complemnetaria”, dijo.
La diferencia entre uno y otro, es que el migrante sale de su país por cuestiones económicas, para estudiar, casarse, mejorar su calidad de vida, pero puede regresar, en tanto que el refugiado sale por las causales ya dichas, pero si regresa a su país corre peligro su vida o su integridad. Por eso se dice que no todo migrante es refugiado, aunque todo refugiado en principio fue migrante. Es importante resaltar que es la Comar, la única institución por ley que tiene la facultad y atribución para determinar si una persona es o no, refugiada pero sola no podría atender a la población porque éllo conlleva a enfrentar grandes retos. Por eso el apoyo del ACNUR por su expertise a nivel mundial, apoya a la COMAR así como aparte asociaciones civiles, los tres niveles de gobierno y otros organismos internacionales.
“Parte del apoyo que ofrecen algunas instituciones es el tema de salud, educación, trabajo y aparte algunas ONGs a los refugiados les dan un recorrido por los lugares de destino para que puedan ambientarse debido a que se trata de un país que no es el de ellos, principalmente los niños, niñas y adolescentes añoran estar en su pueblo, con la abuela, con lo que les da identidad, ellos y las personas de la tercera edad presentan el mayor nivel de vulnerabilidad, no es lo mismo atender a un hombre solo que a una familia, a una madre soltera, un enfermo crónico, son atenciones distintas, lo que queda en evidencia es que ningún país está preparado para atender tanta gente, siempre algo va a hacer falta y México no es la excepción. El estado de Chiapas a pesar de ser con Oaxaca y Guerrero uno de los estados con mayores niveles de pobreza, el gobierno federal, estatal y municipal hacen buen trabajo para atender a esta población, pero todavía falta”, reconoció.
Para esto, gracias a acuerdos internacionales, se llevan a cabo cuatro mesas temáticas dos veces al año, sobre identidad y documentación, salud, educación e inclusión laboral, las primeras tres van avanzando pero lo que refiere a la inclusión laboral cuesta un poco más. Hemos percibido que en Chiapas, los empresarios todavía no los incluyen a cabalidad, pese a que cuentan con su tarjeta de residente permanente emitida por el Instituto Nacional de Migración (INM), que les da posibilidad de trabajar. Sin embargo, cerca de 50 mil personas del 2018 para acá han podido colocarse en empresas del centro y norte del país y quieren más, es una buena práctica que el ACNUR ha impulsado. Evidencia que la mayoría de refugiados no vienen a pedir, sino a aportar.
“Oficinas de representación sólo había cuatro en 2018, teníamos CDMX, Acayucan, Tenosique y Tapachula, ahora son 13, algunas pequeñas, otras grandes, se suman Tuxtla Gutiérrez, Palenque, Villahermosa, Saltillo, Guadalajara, Monterrey, Chihuahua y Tijuana, a pesar de los recursos limitados, sobrevivimos gracias a dos apoyos sustantivos. Uno es el de Acnur y el otro es de la Coordinación para la Atención Integral de la Migración de la Frontera Sur, un organismo que también pertenece a la Secretaría de Gobernación. Habrá que tener presente que a partir del 1 de enero del 2019 al 30 de septiembre de este año, alrededor de 550 mil personas que fueron registradas por la Comar en todo el país, de ese total se reconocieron 110 mil, ya que hay qué cimplir con el procedimiento conforme a la ley”, explicó.

La ruta de atención incluye una entrevista detección de necesidades así como una entrevista de elegibilidad por personal calificado de COMAR, que tiene conocimiento del país de origen del solicitante, con la intervención de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), que nos dice día a día cómo está la situación de país de origen y si coincide con lo que dice la persona. Persona a quien se le reconoce la condición es porque ya pasó por todos esos eslabones, se tardan un poco, la ley fue creada en 2011, cuando habían mil 300 refugiados al año, y la ley obliga a que se tiene que resolver en 45 días hábiles con posibilidad de extenderse a 90 y 10 más de notificación, es decir, unos cuatro meses. De modo que ahora que creció el número de solicitantes, nos tardamos a veces hasta ocho meses para resolver, por eso se les dice que tienen qué esperar pacientemente. Mientras tanto, hay un programa interesante del gobierno federal, denominado Programa de Emergencia Social y Natural de la Secretaría de Bienestar que está en Tuxtla, Tapachula, Veracruz, Palenque y Tabasco, donde les dan 5 mil 290 pesos por mes al hombre o mujer para subsistencia, y la persona tiene qué hacer un servicio social haciendo trabajo comunitario y tiene el objetivo de darles un apoyo económico al mismo tiempo que ayudan a labores comunitarias con ayuntamientos, escuelas e instituciones para dejar ver que el refugiado también es capaz de aportar su trabajo. El programa coadyuva, pero el enorme reto es hacerle frente a las otras personas que no están solicitando refugio. La situación es complicada.
“Algo así, solo en Ecuador en 2017 que entró un grupo importante de venezolanos, un país pequeño de 260 mil kilómetros cuadrados, con 15 millones de habitantes, de repente llegan 500 mil a un pueblo, de ahí lo más fuerte que he visto es en Tapachula… nosotros como Comar tenemos la Dirección de Atención y Vinculación, desde donde constantemente damos charlas, capacitaciones, talleres en las escuelas, centros de salud, gobierno federal, estatal y municipal para decir qué es un refugiado, un migrante, sus derechos y obligaciones, las nuestras como estado mexicano, el papel de un municipio o estado. Tal parece que solo fuera un tema de carácter federal pero no,. Se admite que ya hay cierto nivel de sensibilidad, pero todavía falta mucho por hacer, la población local o receptora, tienen qué entender que el refugiados o personas en contexto de movilidad no les va a quitar su escuela o su clínica de salud. Por eso es ahí donde tenemos que reunirnos con gobierno del estado, municipal, federal, INM, Protección Civil, el sector Salud, y abordar qué hacer para a Tapachula o a Tuxtla ante la llegada de 15 a 20 mil personas que duermen en casas de campaña, debajo del puente. Tal parece que buscar un lugar apropiado para dar albergue temporal con condiciones dignas, con agua, salud, mientras esperan el CBP One” o la resolución de su caso ante COMAR, dijo.
Tengo conocimiento que cuando ellos reciben la cita por la app, van al INM para después poder abordar un camión o avión para llegar a la cita en el norte del país, que tampoco es garantía de poder obtenerlo. Lo cierto es que hay una crisis de los modelos sociales, políticos y ambientales en los países de origen por lo que la gente logra salir de su país para buscar mejores condiciones de vida. Por eso mismo, mientras no se ataquen las causas, el fenómeno va a persistir, no es sencillo pero si hacemos sinergia, podemos hacerlo más llevadero, como dice la Presidenta y el ex presidente. El llevar programas de Sembrando Vida y Jóvenes construyendo el futuro en Honduras, El Salvador, Guatemala, Belice, Cuba, Colombia han logrado impactar positivamente pero no como se requiere. Mientras Estados Unidos siga teniendo el mejor sueldo del continente, la gente seguirá queriendo obtener más ingresos por menos trabajo, mientras un jardinero por día gana 200 pesos aquí, allá le pagan 10 veces más, mientras ese diferencial salarial exista, habrá atracción para ir, quienes tuvieron el privilegio de ir a la escuela en su país tienen un empleo digno y formal para hacer aquí su trabajo, pero no todos, es complejo.
“Lo hacemos por obligación, pero debemos hacerlo por convicción, el nuevo Gobernador del estado de chiapas está bastante interesado en hacer un polo de desarrollo con personas migrantes y refugiadas en Tapachula. Sin duda, es una medida muy interesante, la iniciativa es bienvenida y aplaudida por los organismos nacionales e internacionales, aún así tenemos la certeza de que no será suficiente para atender a todas las personas que están llegando, más con la llegada de Trump a la presidencia del vecino del norte, que promete deportaciones desde el primer día, qué hacer como gobierno de México para atender a los connacionales que deporten, o los que deporten a otros países y quieran volver a entrar al país? Lograr la sensibilidad de los gobiernos e inyectar recursos es posible. México a nivel internacional juega un papel importante en materia de atención a refugiados, ojalá se mantenga este nivel de hospitalidad y cumplir con sus propias leyes”, finalizó.
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