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ALEJANDRA OROZCO

Dan último adiós a Anamarina

Simojovel.- A 155 kilómetros de Tuxtla, se encuentra el ejido La Pimienta, que pertenece al municipio de Simojovel… dio de qué hablar en 2015, y esta semana volvió a ser noticia, una lamentable noticia.


Fue el 8 de mayo de ese año cuando 31 niños recibieron vacunas que presuntamente les ocasionaron reacciones adversas y terminaron en el hospital, dos de ellos fallecieron durante las siguientes horas y 29 quedaron con vida, una de ellas era Anamarina Díaz Teratol, quien falleció este martes 5 como presunta consecuencia de las secuelas de este hecho.

Sus familiares denunciaron su fallecimiento este martes afuera del hospital IMSS 5 de mayo, señalaron como causa de la muerte un paro respiratorio, pero señalan que ya venía sintiéndose mal y presentando algunos síntomas.

Esa misma noche fue trasladada a la comunidad que se ubica a cuatro kilómetros de la cabecera de Simojovel, donde la velaron todo el día para darle sepultura esta jueves, entre música, lágrimas y mucho dolor, el dolor que removió y trajo a flor de piel todo lo vivido hace sie7e años.

Su papá no está presente debido a que se encuentra sumamente consternado… su mamá llora, sus hermanos le ponen flores, toda la comunidad los acompaña en su dolor, entre ellos los papás de los otros 28 niños que aún sobreviven, pero que señalan que también tienen secuelas, que no quedaron bien desde aquel mayo de 2015.

El contexto

Padres y madres de familia, recuerdan con dolor que en esa ocasión, sus bebés recibieron vacunas como la BCG y la de Hepatitis B, esta última fue la que los 31 recibieron en común, a las pocas horas comenzaron a presentar complicaciones.

Margarita López Díaz

“Alexandro tenía tres semanas cuando lo vacunaron, luego luego se puso morado, se desmayó, hasta ahorita lo veo que no está normal, le da dolor de cabeza, temperatura en las noches, no come, se pone agresivo, avienta piedra, me quiebra mis cosas”, señaló Margarita López, mamá de uno de los 28 niños sobrevivientes, actualmente tiene ocho años.

“No sabemos qué fue lo que sucedió, la misma tarde empezaron a enfermar y se trasladaron al hospital de Simojovel, ya no se pudo hacer nada por dos de ellos, esa noche la gente no durmió”, recuerda el comisariado ejidal, Hernán Hernández.

En aquel momento, corrieron las investigaciones y se suspendió la aplicación de dicho lote de vacunas a nivel nacional, el IMSS señaló en un informe que se recabaron muestras y que las vacunas se encontraban en buen estado, no se rompió la cadena de frío y en cambio, se encontró la presencia de la bacteria Staphylococcus hominis en todos los niños, incluyendo a los que habían fallecido.


El estudio señaló que los biológicos no estaban contaminados, sino que la fuente de contaminación de todos fue una misma y pudo ingresar al organismo durante el manejo y aplicación de la vacuna.

De acuerdo con las muestras de sangre, fue externa, por estos hechos los 29 niños fueron hospitalizados y recibieron tratamiento antibiótico y vigilancia estrecha, y se fueron dando de alta de acuerdo con su evolución.

Siguen pidiendo justicia

Han pasado sie7e años y el pueblo sigue pidiendo justicia, pues señalan que los niños quedaron con secuelas como convulsiones, fiebre y dolores, y señalan que nunca les dieron un diagnóstico certero de qué tenían.

“Hasta la fecha están mal de salud, a cada rato convulsionan, son agresivos, se quitan la ropa, estamos inconformes de lo que sucedió desde 2015, nosotros vamos a levantar la voz para denunciar a la institución que nos deja una gran tristeza, sabemos que esta niña no murió por una enfermedad natural, sino es la secuela desde la vacuna que le dieron y vamos a darle seguimiento porque la vida de los otros 28 niños está en peligro”, señaló Hernán Hernández Gutiérrez, comisariado ejidal de La Pimienta.

Don Elpidio Rojas, abuelo de Anamarina y otros dos niños afectados por la vacuna, recuerda que hace seis años iniciaron una demanda por estos hechos, ante los cuales las autoridades les ofrecieron una cobertura de salud vitalicia que incluía dinero, medicamentos y citas, si bien cada año lo cumplen, dice que los estudios no arrojan qué tienen los niños, considera que al tomar medicamentos de por vida, eso pudo haber afectado los órganos de su nieta, por lo que considera, su muerte es secuela de la vacuna, no otra cosa.


“No vamos a aceptar ningún dinero ni de gobierno ni de la institución porque hacen como que no es delito, no vamos a recibir ni un centavo hasta que se apoye a los otros 28 niños para que salven sus vidas, no pedimos otra cosa más que la justicia, nos da lástima pero nos da coraje, no queremos que cada niño vaya muriendo y enterrando y ahí quede”, exigió.

David Díaz, tío de Anamarina, tradujo a nombre de su cuñada Isidra Teratol, madre de la niña y hablante de tsotsil, que desde esa ocasión jamás le dijeron qué padece su hija, solo que ya estaba mejorando, nunca le dieron información precisa ni exacta, siempre estuvo dudando e inconforme, indica que hace un mes tuvo cita en Tapachula, donde le subieron las dosis y le recetaron un nuevo medicamento que no le dieron a falta del mismo, y considera que ahí empezaron los cambios en su estado de salud.

“La niña empezó a tener falta de evacuación, aparte de eso también empezó a sentir febrícula, ya no soportaba tener traje, se metía a bañar a cada rato, ya no comía como antes, se tiraba al piso porque sentía calor, no sabemos qué es lo que le inyectaron y tenía en la sangre”, finalizó.

La Pimienta se vuelve a vestir de luto, al igual que aquel 8 de mayo en el que tuvieron que despedir a dos niños, de la misma forma que lo hicieron con Anamarina, una pequeña de tan solo sie7e años cuya historia terminó dejando incertidumbre, dolor y deseos de justicia.

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