El estado debe garantizar los derechos de la niñez trabajadora
- AFP
- 12 jun 2020
- 3 Min. de lectura

Es imposible no hablar de este tema, precisamente cuando ayer, fue el Día Mundial contra el Trabajo Infantil. Precisamente, esto es a nivel mundial. Uno de cada 10 de todos los niños en todo el mundo están en situación de trabajo infantil. Muchos niños en todo el mundo participan en formas de trabajo remuneradas y no remuneradas que no son perjudiciales para ellos. En el mundo existen 151.6 millones de niños y niñas que son víctimas del trabajo infantil, y la mitad de ellos (72.5 millones) ejercen o participan en alguna de las peores formas de trabajo infantil, como la esclavitud, la trata, el trabajo forzoso o el reclutamiento para conflictos armados.
África ocupa el primer lugar entre las regiones, tanto por porcentaje de niños en trabajo infantil (un quinta parte) como el número absoluto de niños en situación de trabajo infantil: 72 millones. Asia y el Pacífico ocupan el segundo lugar con un sie7e por ciento y 62 millones en términos absolutos. Pero vamos a centrarnos en nuestro país; México ha tenido siempre un alto índice que niños trabajando; pero ahora ante la pandemia la situación se ha vuelto critica. Siendo así que, México es el segundo país de América Latina con mayor trabajo infantil. Debemos primeramente, poner en claro que el trabajo infantil es una consecuencia de la pobreza de un país y México es un país pobre, donde tiene como consecuencia más de 2.3 millones de niños y adolescentes, trabajando, la mayoría de ellos en actividades peligrosas para su edad. Casi 40% de los niños no recibe un salario por su trabajo y 29% labora jornadas de más 36 horas a la semana. Las actividades agrícolas, ganaderas, la minería y la construcción son los sectores con más mano de obra infantil. No solo es consecuencia de la pobreza, sino ademas de la violencia, marginación, desigualdad, falta de acceso a oportunidades de salud, educación y fenómenos culturales en donde los niños y niñas se vuelven actores importantes para el sustento familiar. Pero a su vez, que los niños están expuestos a trabajos, los lleva a otra consecuencia porque de ahí sobre viene las problemáticas para los niños, como: Violaciones, sobornos, maltrato, y abusos sexuales; en sí, también en violaciones a una serie de derechos humanos. La llegada de Covid-19, ha sido peor, porque son vulnerable y están expuestos porque tienen que llevar el alimento a sus familias. Ahora, Chiapas ocupa el lugar número 13 a nivel nacional en trabajo infantil. Obviamente, nosotros tenemos en nuestra propia vista lo que sucede en las calles de nuestro estado, y podemos ver a los niños en los cruceros, en los supermercados, en los semáforos, en los mercados, así como en el campo, que es donde más trabajo infantil existe. Cabe resaltar que las regiones norte, selva, fronteriza y altos son las que más expulsan niños, niñas y adolescentes a estas labores, Chamula juega un papel importante en este fenómeno, de donde emigran para luego encontrarlos deambulando por la ciudad, vendiendo chicles o aseando calzado. Lamentablemente, estos niños buscan mejorar sus condiciones de vida o las de su familia, pero pocas veces lo logran. A raíz de la pandemia, se pronostica que la población infantil y adolescente en pobreza podría incrementar d 85.4% a 93.3%. En esta pandemia, los escenarios de presente y futuro son de incertidumbre para los proyectos de vida de las niñas, niños y adolescentes.

La crisis económica se traduce en condiciones de desempleo, reducción de ingresos y falta de alimentos; si ellos no se atienden de manera urgente tendrá impactos sumamente negativos en la salud de las infancias y familias más empobrecidas. Ahora más que nunca, más allá de discursos y campañas, el Estado debe garantizar los derechos de la niñez trabajadora para combatir la brecha de desigualdad, reconociendo las diferentes expresiones de trabajo digno que realizan y protegiéndoles contra la explotación laboral. Es necesario que el gobierno atienda esta necesidad, los niños necesitan ser atendido; no se puede olvidar de este sector de la población porque ¿qué les espera más adelante?; unos pueden superarse, pero otros podrían terminar bajo las manos de la delincuencia y los vicios.
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