En México también hay

Annete Lewis

Que dice Setien que se le complicó gestionar a Messi en el vestidor del Barcelona, que el argentino tiene un modo especial, que no habla pero que decide y que, si se le antoja, puede mover a un estratega sin problema; bueno, eso último no lo dijo, pero ¿alguien duda de que así suceda?

Claro que no, de hecho, esos modos de los que habla Setien en una entrevista que le realizó Vicente del Bosque para un reconocido periódico español, expone a una figura de un entrenador que parece estar destinado a dirigir equipos que no tengan figuras de ese nivel, porque si no supo meterse al bolsillo al referente del futbol mundial, es complejo que pueda lidiar con mentes que pesan sobre los demás.

Guardiola lo vio venir, cuando sabía que necesitaba apretar a Messi, después de tenerlo dentro de una orquesta que ejecutaba de gran forma, prefirió salir del Barcelona, porque no iba a poder imponer su figura, ni su ya extenso currículum en pocos años, ante quien está en plena pugna por ser considerado el mejor jugador de la historia.

Luis Enrique, que superó lo conseguido por Pep en varios rubros, tuvo sus desencuentros, como aquella ocasión en la que las cámaras captaron que buscaba  cambiarla durante un juego y el argentino lo ignoró. No hay que ser eruditos para entender esa gesticulación.

¿Qué tan positivo es que esto pase?, no lo sé, nadie lo podrá adivinar y todo se resume a las opiniones de quienes han estado en una posición que los expuso al escrutinio y las formas de Messi. Cómo Gerardo Martino que los dirigió una temporada y no pudo ganar nada, a pesar de que, se dijo, era una sugerencia de Messi para dirigir al equipo.

Valverde también tiene algunas cosas que decir, sus últimas semanas en el Barcelona fueron de enfrentamiento, pero no ha salido a detallar lo sucedido.

En fin, las “viudas” de Messi saben de lo que habla Setien; en algunos casos pudieron abandonar el barco cuando podían rescatar algo de su prestigio, sin que el nombre del argentino los aplastara. Otros tantos, pensaron que podían superar ese obstáculo pero se toparon con una realidad que le ha costado el trabajo hasta al presidente del Barcelona.

Sí, Messi no habla mucho, pero tampoco lo necesita. En el club catalán volverán a reconsiderar lo que es mejor para la institución, si seguir con este estigma de tener al “mejor jugador de esta época” o de comenzar a buscar alternativas que les permitan reestructurar rápido y seguir competitivos. Hoy con Messi a medio gas, la posición en la tabla es la peor de por lo menos un par de lustros y no se ve cómo puedan competir fuera de España, en la Champions, cuando la hora de la verdad se acerque.

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