- VANESSA TRACONIS QUEVEDO
Entre lo importante y lo urgente, aparece la obligación de construir municipios, ciudades y comunidades saludables
Definiendo cada tarea según su nivel de prioridad, y al entender la diferencia entre los conceptos urgente e importante es la clave para la atención a la salud de la población. Ya decía en 2015, Bill Gates cuando comenzó su charla TED así: “Si algo mata a más de 10 millones de personas en las próximas décadas, lo más probable es que sea un virus alta- mente infeccioso en lugar de una guerra. No serán misiles, sino microbios”, y no solo advirtió lo anterior, también indicó que esa sería una amenaza recurrente; cuatro años mas tarde se comprobaba su declaración con la pandemia de COVID-19; donde a muchos gobiernos los “tomo desprevenidos”, al hacer caso omiso de las advertencias de muchas entidades científicas en cuanto al tema, y no hay que pasar por alto, la mas grande pandemia que se avecina es la residencia antimicrobiana y que hoy seguimos sin poner foco de atención en esta crisis mundial.
Las ciudades y sus poblaciones están cambiando rápidamente. Las tendencias epidemiológicas y demográficas en los entornos urbanos revelan que los determinantes sociales y la demanda de servicios están en constante transformación; sin embargo, los sistemas de salud de los municipios sufren de fragmentación, con un uso limitado y a menudo insuficiente de los recursos; esta compleja situación requiere un esfuerzo concertado para desarrollar e implementar modelos de atención que prioricen la promoción de la salud y la atención preventiva; además de invertir en atención primaria de salud, y pasar a redes integradas de atención de la salud, que se han convertido en herramientas para un gasto eficiente en atención de la salud, como lo ilustra diferentes estudios científicos, que destacan cómo el fortalecimiento del sistema de información en salud y las capacidades tecnológicas allanan el camino hacia la Cobertura Universal de Salud (CUS).
Una buena salud es el mejor recurso para el progreso de las comunidades, ciudades y países. La promoción de la salud constituye un proceso político y social global que abarca acciones dirigidas a modificar las condiciones sociales, ambientales y económicas, con el fin de favorecer su impacto positivo en la salud individual y colectiva, según se redacta en la Carta de Ottawa de la OMS. El abordaje de promoción de la salud por parte de las ciudades tiene como propósito facilitar la vida en comunidad, lo que implica reconocer las semejanzas y diferencias entre los miembros de ésta, acercarse a sus problemáticas y sensibilizarse a sus requerimientos sin dejar a nadie atrás; implica una manera particular de colaboración con todos los sectores, es por ello, la relevancia del objetivo 17 de los ODS “las alianzas estratégicas” con asociaciones inclusivas (a nivel mundial, regional, nacional y local) con una visión y objetivos compartidos que se centren primero en las personas, será la mejor estrategia de mayor éxito para abordar la salud de la población.
El enfoque de ciudades saludables, iniciado por la Organización Mundial de Salud (OMS) –hace mas de 30 años–, busca colocar la salud en un lugar destacado de la agenda política y social de las ciudades, y construir un movimiento fuerte por la salud pública a nivel local. Enfatiza enérgicamente en la equidad, la gobernanza participativa y la solidaridad, la colaboración intersectorial y la acción para abordar los determinantes de la salud. En ese sentido, se reconoce la necesidad de trabajar en colaboración con las organizaciones del sector público, privado, voluntario y comunitario.
Muchos territorios –estados y municipios– requieren asistencia oficial para el desarrollo con el fin de fomentar la atención a las problemáticas sociales. Aun así, los niveles de ayuda están disminuyendo y las entidades colaborativas buscan la transparencia para respetar su compromiso de aumentar la ayuda para el desarrollo. Ahora más que nunca es necesaria una sólida cooperación, con el fin de garantizar a los municipios que poseen los medios para recuperarse de la crisis sanitaria universal, para reconstruir mejor y conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, por lo cual, lo importante en esta situación es evaluar, medir, visibilizar, estratificar las diferentes necesidades de la población, fomentar sus capacidades y sus fortalezas, incentivar la participación intersectorial sensible al contexto y operar en múltiples niveles; ya lo afirma OPS/OMS: las Comunidades, organizaciones, e instituciones deben trabajar juntas para crear condiciones y entornos que aseguren la salud y el bienestar para todas las personas, sin dejar a nadie atrás.
Las lecciones generadas durante la crisis sanitaria inequívocamente señalan la urgencia de poner en marcha procesos de transformación de los sistemas de salud apoyados en tecnología; hoy, los ayuntamientos deben gestionar la complejidad cada vez mayor de sus sistemas sanitarios mientras hacen frente a una población más demandante de servicios sanitarios; el reto es la colaboración multisectorial, el desarrollo de tecnologías, la planeación de recursos y la suma de ellos de todos los sectores, así como también hacer mas productivos y medibles los objetivos a corto, mediano y largo plazo, todo lo anterior con el objeto que se vuelva una estrategia prioritaria y urgente para abordar esta crisis mundial.
La TD (transformación digital) de la salud ya no es una opción, sino una obligación prioritaria y urgente; es por ello, que RedSalud Internacional se enfoca a la inversión colaborativa para la transformación digital de los sistema de salud de los municipios; a través de ella, podremos establecer diagnósticos precisos para abordar las fallas fundamentales y evolucionar los sistemas sanitarios de la región hacia una nueva realidad, para que en la próxima emergencia sanitaria nos encuentre con comunidades fortalecidas y bien preparada para enfrentarla. ¡Su construcción debe empezar hoy!.
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