top of page
  • AFP

Estamos entre pandemia y guerra


Del coronavirus, la devastadora pandemia de la edad contemporánea, impuesta por la naturaleza, a la guerra implacable, decidida por la codicia humana, por la permanente confrontación entre Occidente y Oriente. Cuando hombres y mujeres empiezan a aventurarse a salir a la calle con más confianza con cubre bocas, claro, porque perciben que la presión de ómicron declina, estalla una violencia que puede convertirse en la conflagración mundial más fatal que cualquier otra habida en la historia del mundo. Más mortífera que la pandemia misma. Y sin vacuna, esta vez, la guerra fría entre los bloques hegemónicos Rusia-China versus EU-OTAN, no duró más que el tiempo requerido para que el presidente Vladimir Putin ordenara a las tropas rusas atacar la región Éste de Ucrania, nación desgajada de la URSS en aquellos tiempos de la Perestroika, una de las mayores y más desarrolladas repúblicas ex soviéticas. Ya todos los medios informativos han dado a conocer los pormenores del conflicto, que rebasa la imaginación del SARS-Cov-2. Se ha consumado otra confrontación Este-Oeste. Y a Rusia, con el apoyo de China, le importan un bledo las amenazas de castigo económico financiero de Occidente. La invasión a territorio ucraniano no tiene retorno. Obviamente, Estados Unidos se siente agredido. Es la lucha por la supremacía. Aunque Joe Biden no acepta que Estados Unidos también hace lo mismo. Ha invadido, ha financiado golpes de Estado. Se ha metido hasta la cocina en los países de América Latina. También invade lo que se le ocurre que amenaza su hegemonía. Entre Este y Oeste, tal para cual, diría el filósofo del pueblo. La humanidad ya tiene en qué entretenerse, dramáticamente, lidiando a la muerte, como en un juego diabólico, con una espada de Damócles sobre la testa. Qué pasará ahora que los rusos han invadido el Este de Ucrania y han lanzado su artillería en contra del gobierno de Volodímir Zelenski. Simplemente, que Putin hizo real la amenaza, desafiando a Joe Biden y a los gobiernos de la OTAN, cuando Estados Unidos aún no se repone de la paliza de los Talibanes en Afganistán. El ruso se adelantó a los estadounidenses, quienes pretendían apoderarse de un país que está en la zona de influencia rusa, una región de enormes riquezas minerales. Y los rusos están seguros de que muy rusa. Entretanto, el coronavirus miente, Aparenta que va en retirada, pero sigue contagiando y matando. México registró este viernes 380 nuevas muertes y 15.638 contagios por la covid-19, con lo que totaliza 5.489.127 casos y acumula 317.683 decesos en total. Las cifras ya no impactan emocionalmente a nadie.

Con estos datos, México es el decimosexto país en el mundo en número de contagios confirmados y es el quinto con más decesos por esta causa, por detrás de Estados Unidos, Brasil, India y Rusia, según el recuento de la Universidad Johns Hopkins. El pasado 10 de febrero el país reportó 927 decesos, la cifra más alta durante la actual cuarta ola, impulsada por la variante ómicron desde diciembre. Las autoridades sanitarias reconocen que, con base en las actas de defunción, el país puede rozar los 460.000 fallecimientos y estiman que México acumula en realidad 5.763.299 contagios. Mientras que en Chiapas en las últimas horas se registraron 148 casos positivos de Covid-19 en 40 municipios de la entidad, sin la ocurrencia de decesos.

bottom of page