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Joaquín Saldaña, campeón de powerlifting

  • ALEJANDRA OROZCO
  • 3 jun
  • 10 Min. de lectura

Nuestro invitado de hoy, Joaquín Saldaña, nació en el 96, recuerda que su infancia la vivió en Revolución Mexicana, bien vivida, donde salía a jugar bicicleta, fútbol, carreritas, enlodarse, había una calle que se inundaba y ahí se echaban clavados, cosa que a sus hijos ya no les tocó porque se vinieron a la ciudad y se involucraron en otras actividades, de lo que más le gustaba era la bicicleta, echar carreras con los amigos por toda la colonia, en zonas de bajada a ver quién llegaba, sale de ahí a los 14 años, para irse a estudiar a un internado, luego estuvo un tiempo en San Cristóbal y hasta los 20 se viene a la capital.

“No fue difícil, fue raro, es un estilo de vida al que no estaba acostumbrado comparado con mi colonia pequeña, estuve en el Internado Lindavista, por Pueblo Nuevo, lejísimos, de ahí venirme al ruido, a todos lados ir en carro, a donde un mandadito te lleva 40 minutos, se me hizo un caos pero me terminó gustando, porque conocí a los amigos que hoy en día tengo”, señaló.

Joaquín se casó a los 20 años, pero fue a los 23 cuando empieza a trabajar en el deporte, estaba estudiando, empezaron a salir con su esposa Lucero, a quien conoce desde la secundaria, ahí fueron novios, luego se fue al internado y cuando se volvieron a encontrar fue diferente, ya se conocían de muchos años, evitaron ese proceso, desde que eran novios, con lo que les daban de gasto hacían cositas para vender, se iban a Puerto Arista a San Cristóbal, siempre le han gustado cosas más extremas, desde que tiene uso de razón practica algún deporte, pero le han llamado la atención las motos, los carros, los arrancones, se iba al autódromo con el carro de su papá, cuando empezó a estar más tiempo con ella, es una de las personas que no le gusta quedarse sin hacer nada, su chispa de siempre querer y ella de hacerlo, los llevaron a hacer de todo, a irse a todos lados.

“Fue un proceso complicado, antes tuve un problemas de adicciones, ella siempre ha sido de hacer bien las cosas, empezamos con la familia, tengo un amigo, Luis Guillén que es coach mental, gracias a él hemos logrado muchas cosas, se juntó todo al punto de que el deporte, las terapias y una pareja que esté a lado para no echarte atrás, me hicieron muy fuerte mentalmente”, recordó, sobre sus inicios en el powerlifting.


En ese punto, dice que podía decirle a todas las personas que lo llevaron por el mal camino no, estoy bien, en su caso se juntaron las herramientas adecuadas, sus papás estuvieron muy pendientes apoyándolo, lo fácil es decir no, ya me rendí, ya no hago nada, lo difícil es seguir, enfrentar los problemas, los golpes de la vida, seguir es difícil, a la hora de los problemas se ve lo que uno trae.

“Me acuerdo que estaba empezando en el gimnasio, tenía tres, cuatro meses de entrenar en el Indetux, y me voy a mi primera competencia, contra el chico que iba ya traía premios nacionales, en la categoría junior, estaban mis papás, hermanos, mis hijos que me dieron las pilas ese día, son Victor Joaquín, Axel Saúl y Carlos Aarón, solo estaban los primeros dos ese día, estaba super nervioso, no podía ni caminar, me temblaban las piernas”, recordó.

El primer movimiento era unaa sentadilla, entonces su mamá, que es muy nerviosa, al verlo competir con chicos aparentemente más fuertes se salió, casi falla su primer intento, pero aprendió una técnica para concentrarse, también por los nervios falló, pero se dio, empezó a salir bien la competencia, explicó que tienes tres intentos por movimiento, los tres chicos iban con el mismo peso, el primer chico se cae hacia adelante, el segundo se va para atrás y se fractura, él iba con el mismo peso, su esposa se preocupó, se levanta su hijito y le dice unas palabras, entra y lo hace, salió bien, desde ahí fue el cambio de chip, ese choque de emociones de todo, para no rendirse en otra competencia así, el resto fue diferente.

“La segunda fue un campeonato mundial, la primera fue nacional, para llegar a hacer las cosas hay que estar preparado, no llegan por casualidad, yo ya sabía que era un clasificatorio para mundial, por eso antes de competir en nacional chequé mi pasaporte, dónde iba a ser, quedo en segundo lugar, el primero tenía su cita para pasaporte después del mundial, el que estaba listo era yo, también fue un sinfín de emociones”, recordó.

Por ejemplo, se lesionó dos semanas antes, era terapia tras terapia, en un punto quería abandonar todo, pero su esposa, sus papás estaban atrás, llevaba terapia mental también, fue a competir y quedó en segundo lugar mundial en Brasil, era su primera vez fuera del país, fue con su papá, no le dijo ni una palabra, se veía su emoción y orgullo en cómo le tomaba fotos, le mandaba a los medios la información, estaba contento, conocieron muchos lugares, por su trabajo y sus problemas no convivieron mucho en la adolescencia, y ese fue el parteaguas para todo lo que se vino con él.

“Regresando viene la pandemia, mis papás tienen una quinta y mi papá fue el primero en decir, el deporte no lo dejas, hicimos una galera y a comprar barra, disco y a entrenar, fue ahí cuando decidí cambiar de entrenador a uno que me llevara al nivel que quería, fue muy diferente, tener mi espacio a toda hora para entrenar, no había ninguna competencia, pero eso no quiere decir que no me estuviera preparando, a seguir entrenando”, relató.

Su esposa tiene una licenciatura en entrenamiento deportivo, siempre hay niños que se acercan a ver y armó su grupo, luego las mamás empezaron a llegar, luego más niños, de cierta manera se sentía comprometido a que no solo sus hijos aprendieran, sino enseñarles a todos los que llegan que lo que te hace avanzar es seguirte preparando, si se iba la luz metía la moto y prendía el foco para entrenar, si llovía llevaba una bolsa, no había días libres, siempre disciplinado, aunque su entrenador estaba en línea, le dijo que si quería ganar, tenía que entrenar.

“Mi esposa y mis papás también me decían lo mismo, el coach mental también, yo siempre le buscaba, no me gustaba el esfuerzo, a veces sabes que eres bueno, pero cuando gente externa puede ver un potencial que tú no sientes, desde la primera competencia traté de batir un récord nacional, después de pandemia, la primer competencia ni se diga, quedé muy arriba, a veces hasta medio kilo hace la diferencia, 30 kilos es basante, 50 ya dejan al que le sigue sin nada que hacer, yo le llevé 130 kilos de ventaja al segundo lugar esa vez, gracias a mi preparación mental como atleta, fue porque me retaron, el que iba fuerte quiso ir por más y se descalificó, el segundo lugar quedó con bastante diferencia”, recordó.

Después, participó en un campeonato nacional en Chihuahua, como su contrincante no tenía redes sociales no lo pudo estudiar, a pesar de ser un deporte de fuerza, las estrategias cuentan mucho, hay páginas que tienen muchas competencias registradas para ver fechas, cuánto tiraron, hacer un cálculo de crecimiento en tiempos, una visión de cuánto puede tirar, si le va a ir bien o mal, se va armando, eso lo aprendió con el tiempo, el coach mental y su entrenador, que tenía esa experiencia, le dijo que si ves que ellos sacan su calculadora, sigas metiendo presión, eso quiere decir que están perdidos, si quieren hacerte cambiar estrategia no cambies, quien sale de la estrategia pierde el juego, puedes hacer esto o lo otro, siguiendo siempre esta línea y así lo hizo siempre.

“En esa competencia, llevaba ocho años sin perder mi contrincante, hasta que llegué yo, otros factores me beneficiaron, pero lo importante es que quedamos en primer lugar, para realizar un movimiento pueden ser segundos, te dicen barra lista y tienes un minuto para hacer el movimiento, es bastante complicado, por cosas que he llevado en las preparaciones, entra un punto que me voy mentalizando, enfocando solo en ese movimiento, entro en blanco, todo lo que está alrededor desaparece, es Joaquín superándose, no me interesa lo que pase alrededor sino superarme a mí mismo, siempre va a haber alguien mejor que tú y si te enfocas dejas pasar lo tuyo, fíjate en cómo mejorar tú y lo puedes alcanzar o superar, siempre hay cosas que genéticamente tenga el otro y tú no, lo único que puedes controlar es lo que pase en ti”, mencionó.

Añadió que Eric Lilliebridge es una de las personas a las que veía para motivación, lo conoció en un Arnold Class, pudo platicar con él, una gran persona, quiso hablarle a ver si le respondía, y fueron las cuatro horas de aprendizaje más cañonas que ha tenido, compite él, su hermano y su papá, hay cosas que no te explicas, lo vendó, llegó su papá, le platica sobre vendaje y sentadillas, pues ellos son los creadores de las vendas que usa, se junta también Ed Coan, su papá, no procesaba el momento ni la información, fue algo que no se puede explicar cómo pasó, casi no tiene videos ni fotos porque quería vivir ese momento.

“Han sido muchos momentos y personas que te marcan de manera distinta, cuando fui a Mr. Olympia, mi vuelo hizo escala en Dallas y de ahí Las Vegas, en esa conexión pierden mi equipaje, donde venía todo mi equipo para competición, estaba moralmente acabado, mi entrenador actual se topa con dos atletas élite que no iban a competir y llevaban sus cosas, me salvaron la vida, grandísimas personas, ellos me marcaron diferente, pesa mucho la fortaleza mental, llevaba preparación por meses, dije, me vale, aunque sea desnudo paso, pero no me voy a dar por vencido, ese no soy yo, soy una persona que sigue, sigue y lo intenta, pasó y al otro día llegaron, compito, quedo en primer lugar también, han sido muchas las personas que me han marcado de manera distinta”, recalcó.

Dijo que hay que entender que lo que ves en redes sociales no eres tú, no te caen los patrocinios, facilidades o genética del cielo, para ellos no, tienen que trabajar duro y ser disciplinados, en vez de ver qué tiene el otro, fíjate en lo tuyo, en qué tienes, si te fijas en lo que logró, cuántos años le llevó, si se dio por vencido, no rendirte lo puedes hacer, ser disciplinado también, no sabe por qué han romantizado que llegar hasta arriba es fácil y no, es una friega.

“Ser un atleta de alto rendimiento es complicado, para empezar no es saludable, llevas tu cuerpo al límite y no es sano, hay mucho sacrificio, no porque no se tenga que hacer, las salidas, eso te lleva a malos pasos o no te lleva a la meta, si tienes una fiesta no vas, si quieres ir a comer un helado, si no te lleva a la meta no vas, hay que saber diferenciar porque al final de cuentas pasa cualquier cosa que te aleja de la meta, recuerdo que era la fiesta de un tío, era algo tranquilo, yo ni tomo, pasamos a comprar un pastel, me bajé, se me cayó el encendedor, lo pisé y me abrí, me lesioné la ingle”.

Por eso, cuando va a competir no va a ningún lado, aprende que entrenar por horas no te hace un mejor atleta, lo que le manda el entrenador lo hace, aprendió a confiar en la persona que lo entrena, porque él tiene que estar pendiente de su familia, de su negocio, hay factores que no puede ver, entonces deja en manos de otro su entrenamiento.

“No cambiaría nada de lo que he vivido, porque todo me ha llevado a donde estoy hoy en día, disfrutar con mis hijos de la forma que lo hago, entrenar no me cuesta, estoy feliz ahí, hace unos años tuve la oportunidad de escuchar de Patricia Armendáriz, que si haces las cosas con pasión es la única forma de aguantar cuando no andan bien, y ha habido veces que solo por amor y pasión lo aguanto”.

También ha visto a chicos que se van con el tema de los patrocinios, porque a los influencers les llegan más rápido, pero es que a las marcas no les interesa un atleta, les interesan las ventas, si quieres ser influencer adelante, pero conseguir patrocinios como atleta es otro proceso, no es por seguidores, la cosa está en seguir el sueño y no rendirse, incluso puedes mejorar, él nunca soñó lo que hoy en día está pasando, pero gracias a no rendirse está donde está.

“Es mentira que detrás de un gran hombre hay una gran mujer, ella va junto a mí, ha sido la que ha estado en todo momento, yo ya he estado anexado, cuando ella era mi novia también, ella conoce lo peor de mí, lo mejor de mí, y ahí ha estado, no fue una persona que dijo, si quieres eso vete, salgamos juntos y estoy contigo, ha habido cuestiones, pero ella estuvo ahí conmigo, pasamos cosas fuertes y ahí está, nunca se hizo a un lado para nada”, agradeció.

Para sus papás, no tiene mucho que decir, han estado apoyándolo también en todo momento, siempre, donde esté su mamá siempre prende su veladora y le pide a Dios que lo cuide, siempre pendiente, su papá ni se diga, ha viajado con él a muchos lados, piensa que en el momento que dejas de sonreír dejas de disfrutarlo, le ha enseñado a sus hijos a disfrutar el deporte, a veces en el fraccionamiento se ponen a jugar basket, ve a su hijo enojado porque no encesta y le dice, cuando te enojas te enfocas solamente en esa parte mala en vez de disfrutar, en competencia el que se enoja pierde, porque deja de tener un panorama de equipo, no es uno solo.

“Incluso en un deporte individual tienes un entrenador, personas que te están apoyando, detrás, en el momento en que estás enojado por algo dejas ese panorama, en el deporte lo han visto reflejado, sí les enseño que tiene que ser responsables si hacen un compromiso, si quieres ir a competir, tienes que entrenar, y si vas a entrenar entrena bien, fuera de eso que disfruten todo”.

Y es que todo lo que pasa como papá llevándolos a entrenar, ver las decisiones que ellos toman, cuando ve que sobresalen de los demás, cuando las demás personas le dicen, no solamente se siente orgulloso, vale la pena todo porque sabe que están haciendo algo con lo que los demás sueñan y lo están trabajando, les enseña que un campeón va de la mano con ser buena persona, que festejen cuando hagan bien las cosas, pero no que son más que los demás, a los tres les dice todo el tiempo que está orgulloso de ellos, que sigan siendo esos niños espectaculares con mamá y papá atrás; lo puedes seguir en Instagram com joaquinsaldana1501 o en Facebook como Joaquín Saldaña, están en su gimnasio en el Parque del Oriente con su esposa.

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