Karen Caballero, referente en la física mexicana
- ALEJANDRA OROZCO
- 8 may
- 7 Min. de lectura
Tuxtla.- Bienvenidos a una nueva emisión de Universo Viole7a, donde nuestra anfitriona Sandra nos recibe con una gran invitada, doctora Karen Salomé Caballero, ella estudió Física en la Unam, un doctorado en Alemania, tiene especialidad en Física de astropartículas y realizó una estancia en la Universidad Estatal de Pennsylvania, entre otros méritos, una trayectoria académica que se tiene que visibilizar.

“Soy originaria de la Ciudad de México, nací en una clínica ubicada sobre la Avenida Instituto Politécnico Nacional, sobre ella está el Centro de Estudios Avanzados donde hice una estancia postdoctoral, era un presagio, desde pequeña recuerdo el interés en conocer las razones del por qué suceden las cosas, disfrutaba de fenómenos, movimientos, objetos, actividades que después supo estaban relacionadas con la ciencia”, recordó.
De niña, hacía esculturas con arena, aunque su abuelita le decía que jugaba con lodo, le gustaba moldear, crear tortugas, dibujar grecas, que tienen un sentido abstracto, matemático, eso siempre le llamó la atención, se encontraba abstraída en pensar, razonar, siempre quería aprender más cosas, moría por saber leer, escribir, le desesperaba no poder hablar.
“Recuerdo que tenía la noción de la duración de los días, los bebés duermen, despiertan, yo podía identificar cuándo me tocaba estar despierta, cuando me tenía que dormir me daba coraje, estaba animada con conocer el mundo hasta que los días se fueron haciendo más largos, cuando estaba activa lo disfrutaba al máximo, después recuerdo sucesos puntuales, como el eclipse solar de 1991, lo vi en mi casa en CDMX, en ese tiempo mi familia no tenía información de cómo hacerlo, y una de las indicaciones más sencillas era verlo en una cubeta con agua, eso hicimos, para mí fue formar parte del universo más lejano posible, que no era tan común, estaba tan lejos de nosotros pero también formaba parte de nuestra vida”, dijo.
Karen es catedrática en la Unach, es la primera docente de esta institución en formar parte de la Academia Mexicana de Ciencias, cabe recordar que las mujeres ingresan a las universidades 100 años después de los hombres y solo en carreras como enfermeras o profesoras, asociadas a los roles, cuando fue creciendo, no recuerda que la haya limitado su familia dentro de un rol, solo le decían que estudiara, sin importar qué, no identificaba qué era para mujeres, identificaba que algo no es para ella pero no por ser mujer.

“Las matemáticas son lo más temido, yo les tenía miedo, era mi gusto culposo, me decían que no iba a poder pero no por ser mujer, sino porque casi nadie le entiende, en la primaria nos enseñaban música y ajedrez, actividades fundamentales del razonamiento científico, era una manera de entrarle sin miedo, la ciencia está a nuestro alrededor, como las tablas, nos ayuda a que nuestro cerebro las tenga ahí, que sea práctico, pero lo más importante es entender qué significa repetir el mismo número, es una base”, mencionó.
Opinó que si nos enseñaran matemáticas como realmente son, con un razonamiento lógico, como los niños cuando van conociendo el mundo sería formidable, a veces llegan estudiantes que no saben nada y lo ve como una dicha, porque son un libro en blanco que se puede escribir bien, sin sesgos, con razonamiento lógico intuitivo.
“En el Instituto de Ciencias Nucleares de la Unam hice mi tesis, yo estudié en el bachillerato de la Unam Azcapotzalco, había un programa de Jóvenes hacia la investigación, me metí con miedo porque no me sentía capaz, pero tenía una amiga que tenía un hermano químico y ella no tenía miedo, solo era tímida, y yo era al revés, entramos las dos y me dan una revista sobre astronomía, pero seguía con miedo de si lo podía lograr, también tuve una profesora química que le explicaba a cada uno, no en grupo, nos dejaba meterle mano a los aparatos, escuchaba ideas, el simple hecho de que nos recibiera era importante, porque pensaba: yo también puedo”, expresó.
Luego, tuvo un profesor de física chiapaneco que ha desarrollado su vida profesional en CDMX, recuerda que su clase era buenísima, escribió un libro y combinaba la física con historia, poesía, arte, les ponía películas relacionadas con temas de física, como Frankenstein, que era el séptimo arte con la razón de ser de un científico, que se atrevió a sobrepasar los límites de la humanidad, a crear un ser humano desde cero con sus conocimientos científicos, la electricidad de los rayos, esa película le fascinó por la parte científica y humana, así que arte, literatura, religión, espiritualidad y ética, todo estaba relacionado con la ciencia exacta.
“El idioma está relacionado con el razonamiento lógico, durante el doctorado, muchos conceptos de mecánica cuántica y física estadística los desarrollaron alemanes, yo los entendía mejor en alemán que en inglés o en español, el razonamiento es así, hay otros idiomas que también lo tienen, en el grupo donde estudié éramos pocas mujeres, pero no era una sola, en mi grupo éramos seis estudiantes, de las cuales tres mujeres, una de ellas trans”, señaló.
En estos 20 años, el ámbito de la ciencia ha sido muy demandante y competitivo, dice que tienes que pelear, defender tus ideas con agresividad a veces y ser fuerte, tener mucha seguridad, cualquier persona puede decir no es cierto lo que haces, si eres insegura cómo te vas a defender, argumentar que tu trabajo tiene razón de ser y un trasfondo, necesitas confianza, a ella la educaron en la paz, parar no pelear, con la idea de que si peleas eres conflictiva o una ‘vieja loca’, los estigmas, tienes que ser agresiva para permanecer.
“Doy clases en la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas, me ha tocado generaciones donde la mayoría son hombres y otras donde la mayoría son mujeres, lo veo con agrado porque cuando yo estudié éramos muchísimo menos mujeres, se trata de una problemática social y de educación, alguien no va a cambiar su forma de pensar que le enseñaron desde que nació en casa porque su jefe le diga, hazlo así”, señaló.
Recordó que cuando se iban a estudiar, pasaban horas en la biblioteca y alguna vez dijo un compañero, a ese cabrón ya le salió la operación, y el cabrón era ella, si bien podía hacer ese relajo con ellos, no lo hacía, y por respeto a ella dejaban de hacerlo, no se ofendía porque no era contra ella, se sentía parte de, la respetaban en su forma de ser.

“Participé en un artículo con muchas mujeres de la Red Sembrando Conciencia, varias ganadoras de la Beca L’Oréal, todas en el mismo canal de querer divulgar, fomentar, informar sobre las actividades de las mujeres en la ciencia, todas de diferentes áreas, pocas físicas, la mayoría químicas, biólogas, médicas, eso enriquece mucho, hay más respeto, no tanto ego, porque si estás en la misma área se tienen que defender, es difícil, complejo, algunas comentaron experiencias de acoso, otras del trato, yo de la manera de ser científica, cómo somos diferentes porque somos agresivas de una manera más apasionada, generalizada, que todo esté bien, nos cuesta trabajo convencer a los compañeros y algunas compañeras, no nos dan nuestro crédito, nos invisibilizan”, relató.
Otro rasgo que distinguió fue en pandemia, que no veían a los estudiantes, no los notaban, una vez que aparecían, esta sensación de hablarles, de que les pregunten cosas, orientarlos y les enseñen cosas nuevas no lo tenían durante el confinamiento, donde Sandra compartió la angustia que le daba ver cámaras apagadas y la falta que le hacía el pizarrón, el tener que usar las manos y que la vieran, si el internet era malo no la veían en la cámara, o no contestaban, pero todo cambió cuando regresaron a clases.
“Mi formación es en física de astropartículas, las que vienen del universo, trabajo más en análisis de datos, programación estadística, la física y las matemáticas las uso para crear algoritmos, ideas, pruebas, tests estadísticos, fenómenos tan desconocidos que tenemos que confiar en las técnicas de grandes datos, relacionada con el cómputo de alto desempeño, no importa en qué lenguaje está, le tienes que entrar, ya no es de que yo no sé eso, la base lógica es la misma, siempre estarse actualizando, aprender lo nuevo que surja”, mencionó.
Esto comprende entrenamiento de muestras, de datos, esa es una de sus herramientas, los generadores de números aleatorios, que han desarrollado desde antes, pero ahora se le llama inteligencia artificial, en los 80s y 90s, cuando estaba en el bachillerato, recuerda que le dejaron leer muchos libros de ciencia ficción, y en alguno de esos cuentos se escribía la situación que estamos viviendo, en uno de esos relatos la persona se enamoraba de la computadora.
“Todos estaban horrorizados en ese entonces, los androides eran un dilema ético, la primera vez que vi un robot que caminaba me impactó, una cosa es ver una animación y la otra verlo en vivo, todo lo que conlleva, es una persona robótica, la empatía no la puedes tener con un robot, no es un ser viviente, es una simulación, para algunas cosas cumple las funciones de un ser viviente, dentro de los métodos Montecarlo no podemos asegurar que sea aleatorio, siempre detrás hay un algoritmo, no es tan al azar, solo un fenómeno que nadie controla pero eso no existe en la informática”, dijo,
Sin embargo, hay que abrirnos, Chat GPT es una buena herramienta pero se puede equivocar, tiene sesgos, no nos debemos fiar al 100 por ciento, digiere información de una manera que quizá tú no si lo hubieras leído, no hay que usarlo para todo, sino ser cautos, a ella le impresionó tanto ese libro que al principio ni la bocina de Google o la Alexa las aceptaba en su casa, ahora ya hasta pone alarma para su comida, mucho se puede hacer y hay que sacar provecho de todo… la puedes contactar al mail karen.scm@gmail.com o en Facebook como Karen Salomé Caballero Mora, es lo que más revisa, Instagram y TikTok casi no.
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