- ALEJANDRA OROZCO
La aventura de ser mamá: A comer se ha dicho
Tuxtla.- Este domingo, Renata cumplió seis meses de vida… medio año ya desde que vino a cambiarnos la vida, a mostrarnos que el amor sí se puede multiplicar y que siempre vale la pena esforzarte un poquito más para ver más sonrisas y caras felices.

Por supuesto, al llegar a esta edad comenzamos también con la alimentación complementaria, algo que para mí es el inicio de una nueva etapa y que con mis dos hijas he esperado con ansias y emoción: ver su reacción a la comida, verlas batirse, saborear y disfrutar.
Claro, como ya sé qué esperar, no fue como la primera vez, y como tenía ya platos, cucharas y demás que Eli fue dejando, solo fue cuestión de sacarlos y lavarlos, así como de echarle una lavada a los baberos y prepararme para el show.
Con Reno elegimos iniciar con zanahoria, simplemente porque es lo que teníamos en el refri y se me hizo práctico: cocer, batir y listo, ya está… siento que a comparación de Eli, Renata tiene menos control de su cuerpo, su hermana a esa edad ya se sostenía un poquito más, pero primero la llevé con el pediatra, la evaluó y decidió que ya estaba lista, porque ya se sienta con apoyo y aún no se espera que lo haga por sí sola.
Su reacción fue de pura curiosidad: abrió más esos ojos tan preciosos que tiene, que parecen chiquitos pero son bien redondos, saboreó y de inicio lo estuvo valorando… sí comió una o dos cucharadas, pues es la primera vez que traga algo que no sea leche, tuvo uno que otro asco, y también desde el primer momento quiso agarrar la cuchara y se la metió a la boca con todo y dedos, lo estuvo jugando bastante rato, hasta que lloró, yo creo que de cansancio porque no está acostumbrada a sentarse tanto tiempo.
Nuestro esquema recomendado por el pediatra es: el primer mes de la ablactación -así se le dice- puede comer todas las frutas y verduras, todas sin excepción, hasta cítricos y las que causan alergia, así como res, pollo y pavo; incluso si no hay antecedentes alérgicos en la familia puede comer huevo y pescado desde ahora, introduciendo un alimento cada tres días.

Es decir, nosotros empezamos con zanahoria, va a desayunar y comer zanahoria (cena no, hasta que cumpla un mes de alimentación complementaria) durante tres días, para ver cómo reacciona a cada uno, cuál la estriñe, cuál la afloja, y al cuarto día introducir un alimento nuevo, que en este caso creo que será plátano, luego quiero darle alguna carne, y también puedo introducir cereales como avena o arroz, y así fue desde que comenzamos con Elisa.
A los ocho y 10 meses se va abriendo más el abanico de opciones, introduciendo pastas, frijoles, y otro tipo de alimentos como yogurt, queso o crema, la leche entera es la que se recomienda hasta el año, al igual que los azúcares añadidos y la sal, o sea todo lo que come ahorita debe ser sin sales ni azúcares, para que se acostumbre su paladar y lleve una alimentación más saludable de aquí en adelante.
También empezamos a ofrecer agua, por traguitos… apenas la está saboreando, pero no espero que la tome ya… con Elisa nos costó un poquito, se la he ofrecido en vaso y mamila a ver cómo le acomoda mejor, la cosa es no dejar de ofrecer, ser paciente y dejar que experimente, que se bata, que juegue y lo disfrute… en eso estoy dispuesta a ser un poquito más flexible que con Elisa, dejarme llevar y preocuparme menos.
Elegimos el mismo método de alimentación… papillas, lo tradicional, porque aunque ya tomé un curso de primeros auxilios para bebés, me gusta reducir riesgos y no exponernos, además prefiero tener un poquito más de control y con la papilla así lo siento, aunque le doy la libertad de jugar con la cuchara y que ella trate de alimentarse.
El segundo día comió más que el primero, y así vamos, probando y disfrutando esta etapa que se me hace muy bonita, me encanta verlas todas batidas, jugar, ver sus caras, sus trompetillas y toda esta nueva experiencia que cuando vienes a ver, ya se terminó y se vuelven como Elisa, que prefiere comer sola o intentarlo, terminar toda manchada pero contenta de comer sola.