- ALEJANDRA OROZCO
La aventura de ser mamá: Cada hijo es diferente
Ayer, le tomé una foto a las niñas mientras estaban en la alberca, y no pude evitar darme cuenta cómo cada una va desarrollando su personalidad conforme pasa el tiempo, cómo se va acentuando la forma de ser de cada una y cómo desde que nacieron fueron demostrándola, y yo sé que no es bueno comparar, de hecho no lo estoy haciendo, solo que relucen muchos rasgos de cada una de ellas.
Elisa desde que nació fue una bebé tranquila, casi no molestaba, era muy apegada a mi pero después comenzó el apego hacia su papá, desde chiquita nos demostró lo inteligente que es, comenzó a hablar a los ocho meses, aunque caminó después del año, pero no ha parado de aprender y de sorprendernos con su trazo de las letras, con sus palabras en inglés, con sus términos de adulto cuando platica y sus sumas aún cuando no tiene ni cuatro años.
Hasta hoy en día, sigue siendo más apegada a su papá, aunque cuando se cae o se siente mal me busca a mi, últimamente se ha tranquilizado bastante (espero que ya esté saliendo de los terribles 2 y los maravillosos 3) y es más comprensiva cuando le pedimos que no pelee con su hermana, obedece al levantar su ropa, se porta mejor, le encanta ir a natación y es muy participativa en la escuela, aunque claro que todavía tiene sus arranques y poco a poco se está regulando, estoy consciente de que se barre con el ejemplo y no soy precisamente un templo de paciencia y serenidad cuando todo se está desbordando.
Por el otro lado está Renata… desde chiquita, siempre tuvo una forma muy particular de llorar, en vez de llorar grita, yo le echo la culpa a las inyecciones que me puse en el embarazo para fortalecer sus pulmones, que hicieron que se desarrollaran muy bien, hasta ahora todavía grita horrible cuando llora, y peor cuando se sigue despertando en las noches, que parece que uno le estuviera pegando y no es así.
Recién cumplió dos, y se notan sus efectos, ya hace berrinches de que hasta se tira al piso, aunque se calma más rápido que en su momento Elisa, pero también es muy molestosa con su hermana, y es mas agresiva con ella, a veces Elisa solo se defiende pero se ve que Renata es todo un caso, incluso en la escuela nos han dicho dos o tres veces que no obedece, sobre todo se sube a las mesas y se quita los zapatos, y también ya ha tenido pleitos con sus compañeritos.
En cuanto al apego sigue buscándome mucho, por encima de cualquiera, al grado de que aún no hemos logrado el destete, aunque cuando salgo ya se porta mejor, no me llora, bien dicen que en cuanto llega mamá es cuando se empiezan a portar mal y vaya que sí, también ella es muy inteligente, aunque todavía no habla al 100 ya se expresa muy bien, ya cuenta del 1 al 10, eso sí, es más ágil en cuanto a coordinación y motricidad que Elisa, cada una tiene distintos tipos de inteligencia.
Y en cuanto a su forma de ser, en cierta forma Renata está en esa edad de las gracias, de agarrar el teléfono y salir corriendo, de hacer caras chistosas, al jugar imita mucho lo que hace su hermana, pero siempre nos saca una carcajada con sus caras y sus palabras, Elisa nos sorprende con sus ocurrencias y su inteligencia, y como pueden ver en la foto, una es mucho más expresiva que la otra: son el complemento perfecto y me llenan el corazón en muchos sentidos, así como me sacan de quicio la mayor parte del tiempo.
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