La aventura de ser mamá: Fin de semana largo
Espero que este haya sido un fin de semana largo muy tranquilo y a gusto para todos ustedes, aquí en casa, en la medida de lo posible tratamos de disfrutarlo: clima rico, puente -al menos para Elisa y Rodrigo- y el haber celebrado una de nuestras fechas favoritas: Halloween y Día de Muertos, que a cada miembro de la familia nos gustan por diferentes motivos, pero que a fin de cuentas son un pretexto más para pasarla juntos.
Vámonos por partes: las niñas pudieron ir disfrazadas a la escuela para pedir calabacita y recibir muchos dulces, además de que el día 1 salimos en familia a pedir la tradicional calabacita tía, y hasta pude convencer a Rodrigo de disfrazarse tantito, nomás para la foto, que como pueden ver, la temática que eligió Elisa este año fue de piratas.
Desde hace varios meses, ya nos había dicho que quería vestirse de pirata, al final todos pudimos conseguir algunos elementos para vestirnos así, y junto a mi mamá y unos amigos hicimos el recorrido, breve pero bastante fructífero, porque sí juntaron bastantes dulces y se divirtieron mucho.
El friecito jugó a nuestro favor, porque disfrazarse siempre implica sudar un chorro y estar incómodos por los disfraces, pero ahora, por el contrario, les tuve que poner otra capa de ropa debajo para que no les hiciera daño, porque estuvo corriendo bastante aire ese día, Renata tuvo que ir en carriola, porque se iba a cansar y tampoco camina tan rápido, hubiéramos tardado una eternidad… y eso que sí nos echamos como hora y media de recorrido.
Al final, acabaron felices, se comieron sus dulces y también quedaron súper cansadas, pero todo vale la pena con tal de verlas tan contentas… bueno, sobre todo a Elisa, porque Reno iba recién levantada y estuvo muy seria hasta que llegamos a casa de mi amiga y ahí se soltó y empezó a hacer sus caras graciosas.
También pude poner mi altar, cosa que el año pasado no hice, fue chiquito y sencillo pero me sentí muy satisfecha de haber colocado lo que les gusta a todos, ver sus fotos ahí y encenderles una vela, de ciega forma me hace sentir que están aquí, que sí vienen a vernos y estar con nosotros un ratito, ya sea placebo o no, pero es lo que más me gusta de esta tradición.
Ya que pasamos estas fechas, me emociono porque ahora ya empezamos a anticiparnos para vivir el espíritu navideño, los preparativos, la ilusión, que de todo esto, no sé si se emocionan más las niñas o yo, siempre me han gustado mucho todas estas fechas, pero desde que tengo hijas me gustan aún más, por ir creando nuestras propias tradiciones en familia.
Solo espero que este clima no vuelva a enfermar a las niñas, yo soy totalmente team frío, pero me aqueja la rinitis y tengo miedo de que a ellas también, ayer escuché toser a Renata y ya empecé a rezar para que no se me vuelva a enfermar, porque es una verdadera friega y no quiero que vuelva a someterse a tratamiento, ni nada por el estilo, ninguna de las dos.
Estos días en casa -bueno, yo he trabajado normal e incluso tuve guardia, pero ellas han estado más tiempo con Rodrigo-, me he dado cuenta de lo mucho que han crecido, de que pelean mucho pero también ya se entretienen jugando juntas, ver cómo Renata sigue a Elisa y la imita en todo lo que hace, y que Eli la cuida y ahí anda también viendo por ella, también me siento culpable de no haber tenido mucho tiempo libre para pasarlo con ellas, pero pues esto de la culpa en la maternidad es cosa de todos los días.
Es momento de cambiar el pan de muerto por buñuelos, el pumpkin spice por ponche, el altar por arbolito y los disfraces por cartas a Santa Claus, es hora de dejar de planear dónde pedir calabacita y pensar qué vamos a cenar en Navidad, pero sobre todo de disfrutar mucho a la familia, día a día, en cada momento, porque la vida es un ratito y cada año hay más fotos en el altar… espero que disfruten esta época tanto como nosotros queremos hacerlo.
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