La aventura de ser mamá: Una noche fuera de casa
Tuxtla.- Este fin de semana, me tocó salir de la ciudad por un asunto de trabajo y el regreso era hasta el siguiente día… esto me llevó a preguntarme qué iba a hacer con las niñas y cómo iban a estar, aunque la que más me preocupaba era Renata, por su apego y porque sigue tomando pecho todas las noches, fue así como empecé a idear opciones, aunque no estaba tan preocupada porque las dos ya están más grandes que antes.
Aunque constantemente salgo de la ciudad, siempre regreso el mismo día, la única noche que había pasado lejos de Elisa fue cuando nació Renata, pero desde que las tengo a las dos, no ha habido noche completa que no estemos juntas… sí las he encargado un par de veces para ir a algún compromiso pero siempre regreso más tarde, nunca habían pasado toda la noche sin mi, al menos no Renata.
De hecho, ella sigue muy apegada a mi, está pasando por esta crisis de apego o mamitis donde no se me despega y me busca, ya ni hablar de las veces que me pide chichi en la madrugada, más ahorita que le está saliendo otro diente… todo esto me preocupaba, pero decidí dejarla con mi mamá porque ella es la segunda persona en el mundo que la puede calmar, y así Elisa se podría quedar con Rodrigo sin complicarse mucho la vida.
Así que hice el esfuerzo por ir por ellas a la escuela, las encargué con mi mamá y me fui, antes ya les había explicado que me iba a ir, Elisa lo entendió a la perfección, Renata obvio no habla pero se despidió de mi con la mano y una sonrisa, me fui tranquila porque las vi bien, con una larga jornada por delante, mis niñas siempre en mi mente, y con la confianza de que todo iba a estar bien.
Incluso, he de confesar que iba emocionada, porque iba a poder dormir una noche completa sin interrupciones pidiendo chichi, en una cama para mi sola, con clima, podía darme un baño sin prisas, muchas cosas que hace años no he podido, y ni modo, así es la vida pero claro que iba a aprovechar el máximo y sacarle el lado bueno a esta situación, horas después llegué a mi destino, ya instalada les hablé para ver cómo estaban, y todo iba bien.
Pasando esa preocupación, me hice un café, me senté, luego salí a cenar, regresando me bañé, me puse la pijama, perdí el tiempo un rato en el cel y luego me dormí, bien tapada y con el cuarto bien frío, aunque les cuento que tampoco dormí súper delicioso, a las 6 de la mañana ya estaba dando vueltas en la cama y así estuve hasta despertarme, y de inmediato pregunté cómo estaban las niñas.
Elisa se quedó con su papá, se despertó a las 7:30, le hice videollamada y todo bien, estaba desayunando; luego le marqué a mi mamá y Renata también estaba ya despierta, me dijo que se despertó como tres veces en total, buscando chichi y preguntando por mi, pero mi mamá le explicó que yo no estaba, y se volvía a dormir rápido, se portó muy bien, es muy inteligente y entendió perfecto la situación, eso sí, por la falta de leche se despertó con hambre, pero todo bien en general.
Neta me sorprende cómo son los niños, se adaptan a cualquier situación, son bien inteligentes aunque no hablen y me sentí muy orgullosa de ellas además de tranquila porque estaba todo bien, me di cuenta de que obvio soy muy importante para ellas pero que también puedo hacer mis cosas y a ellas no les va a pasar nada, tampoco busco estarlas encargando a cada rato, salvo en ocasiones necesarias, pero ahora que hicimos la prueba ya vi que sí se puede.
Eso sí, por confiada, pensé que como a Reno solo le doy pecho en la tarde y en la noche, no iba a pasar nada, pero oh sorpresa, estuve todo el sábado con los pechos a reventar, muy duros e inflamados de tanta leche acumulada porque no me llevé mi extractor, el viernes en la noche y el sábado en la mañana sí me hice extracciones manuales pero fue muy poco tiempo, por lo que llegué aquí ya con miedo de que me diera mastitis y lo primero que hice fue pegarme a Renata al pecho, así que por más que parezca que su producción ya bajó, no se confíen, igual amanecí con la blusa toda manchada de leche pero ni así se detuvo la producción.
Ver a mis niñas después de más de un día de ausencia fue otro rollo, aunque me fui por trabajo y no hubo mucho chance de disfrutar o descansar, sí me sirvió el rato a solas, ya el sábado desde mediodía mi mamá me dijo que ya andaban molestas y extrañándome, y por supuesto yo también, así que fue un reencuentro muy esperado, este fue un fin de semana pesado pero también de mucho aprendizaje, de prueba y error, y una prueba más de que las mamás sí podemos con todo.
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