- Annete Lewis
La Columna: No, no creo que sea envidia
Qué si Tania Robles “bloqueó” a Aremi Fuentes, como se insinúa en varios frentes ya, para buscar si existe algún elemento comparativo y que la medallista Olímpica figure justo ahora que se viven tiempos en los que no se sabe quién ocupará qué cargo, suena más a una necesidad de elevar a Aremi a otro rango, que desdeñar a la que ya está muy cerca de convertirse en ex directora del Indeporte, aunque ya opera como tal.
Sería demasiado aspiracional para la nadadora, porque sí que como atleta tiene logros a destacar, principalmente en eventos como la extinta Olimpiada Nacional (ahora Nacionales CONADE), es evidente que no hay punto de comparación y quizá no estuvo nunca en sus manos hacer algo para evitar que la “tonalteca” asistiera a unos Juegos Olímpicos y ganara una medalla olímpica, cuando Robles Velázquez ganaba sus últimas medallas, Fuentes Zavala ya se abría paso en la halterofilia y tomó rumbo a Baja California, que tampoco es que Chiapas haya tenido en aquellos momentos, la posibilidad de retenerla en estas tierras. El éxodo de deportistas de alto rendimiento es cada vez más común.
Pero en aquel tiempo, por aquellos años, el movimiento se dio justo cuando se da la ruptura de Fuentes Zavala con su entrenador, en la que una conferencia de prensa con Paty Conde como encargada del Indeporte, comenzó el tema que concluyó con la partida de Aremi a Baja California; nada en lo que Tania Robles pudiera intervenir.
Quizá en su momento, si pudo intentar usar a Aremi en aquel festival de bienvenida, en el que prometió que para París 2024 habría un deportista chiapaneco, producto de su trabajo, una proyección mala porque pudo aprovechar ese momento y acercarse más a quien unos años más tarde estaría en Tokio ganando una medalla olímpica.
Ahora bien, pudo Tania Robles desde el escritorio, emparejarse con Fuentes Zavala, sí, por supuesto, con una labor que tuviera mucho por destacar, pero todos en el ámbito deportivo saben que lo mejor que le pasa al deporte en la actualidad, es que el sexenio se va a terminar y con él, el paso de la nadadora por una oficina que le quedó más grande que cualquier proceso olímpico al que pudo estar sometida.
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