La Columna: Si, son muy cómodas…

Las entrevistas que le están realizando al nuevo director del Instituto del Deporte, no han variado desde que andaba de candidateable, como ahora que ya fue nombrado. Es un hecho que la imagen con la que lo presentaron, en la que se indica la “justificación” del por qué fue electo, tiene sus imprecisiones, es decir, dice cosas, pero no las dice bien.
Les decía pues que, antes de ser nombrado ya había gira de medios y de repente, si ponen atención, hay algunas variaciones entre lo que declaraba en una y en otra y desde ahí hay que partir, para alguien con un poquito de habilidad al entrevistar, ya lo hubiera puesto en jaque.
Pero Adonaí Sánchez Osorio sabe por dónde se mete, dicen algunos reporteros con los que hemos platicado, es que sí, ya anda en una nube y elige a dónde ir y a donde no, porque no quiere ser presa de sus palabras, con algunos que pudieran tener un poco de memoria.
Hay una línea que marca de manera precisa lo que pasa, hay quien ya lo ha entrevistado que tiene mucho tiempo en los medios, pero le sigue preguntando sobre su trayectoria y lo que pudiera haber realizado, se supone que estuvieron ahí, pero para nadie es un secreto que son entrevistas cómodas, porque el entrevistador tiene algún interés; y es válido, pero lo malo es que lo niegan y siguen navegando con la bandera del “periodismo”
Quizá pueden decir que es muy temprano, pero para alguien que ha estado mucho tiempo, que no pueda descifrar con precisión lo que debe modificarse en el deporte chiapaneco, en el federado, en el organizado y, sobre todo, en diversos rubros, pues ya dice mucho.
De nuevo, siempre existirán los que ven con agrado esa designación, pero hay que reconocer que la mayoría de ellos tienen sus intereses; después, en el deporte hay escépticos, y son gentes que están inmiscuidas en el deporte porque, con razón, les ha tocado lidiar ya con ese “tiempo” al que hace referencia el próximo titular del Indeporte y en su mayoría, no son tan buenas.
Hay quien nos contó en un email hace unos días, de aquel gran desatino de Adonaí Sánchez cuando lo colocaron a dirigir Caña Hueca, cuando quiso cambiar aquellas letras en la entrada principal del parque y tuvo que recular; y así, en Caña Hueca hay quien enumera una serie de situaciones, referidas con los espacios y las formas en las que se manejaban, que no dejaron a nadie conforme. Pero de eso se habla poco.
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