La Consulta que No Puedes Pagar: Humanismo Médico en Tiempos de Desigualdad
- VANESSA TRACONIS QUEVEDO
- 27 jun
- 3 Min. de lectura
En México, consultar a un médico se ha vuelto, para millones de personas, una decisión que se mide en sacrificios: ¿consultar o comprar comida?, ¿hacerme los estudios o seguir con el dolor?, ¿pagar la medicina o pagar la renta?

Hoy, cuando el salario promedio mensual de los trabajadores formales apenas ronda los $8,000 pesos, y una consulta médica privada cuesta entre $400 y $1,200 pesos, acceder a atención médica no es una garantía… es un privilegio. Y a ese costo hay que sumar el precio de estudios de laboratorio, análisis clínicos o gabinete, además de los medicamentos. Para muchas personas, asumir el costo completo del proceso diagnóstico-terapéutico es simplemente imposible.
Según datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2022, más del 56.5% del gasto en salud en México es de bolsillo, lo que significa que las personas pagan directamente sus consultas, medicinas y estudios sin apoyo de seguros, instituciones públicas o programas gubernamentales. Como consecuencia, 1 de cada 5 personas recurre a la automedicación como primera opción, y muchas otras simplemente dejan de atenderse.
Pero tener seguridad social tampoco garantiza acceso real. De acuerdo con el INEGI, al menos 20 millones de personas derechohabientes del IMSS o ISSSTE no reciben atención efectiva por falta de citas, personal, infraestructura o medicamentos. Las listas de espera son largas, las distancias a las clínicas a veces inabarcables, y la atención médica pública se vuelve un camino cuesta arriba.
Frente a este panorama, los consultorios adyacentes a farmacias han proliferado como opción económica, con consultas entre $50 y $70 pesos. Cubren una necesidad inmediata, sí, pero muchas veces sin la calidad, el seguimiento o la ética que el ejercicio profesional merece. No son —ni deben ser— la solución de fondo. El acceso universal a la salud requiere mucho más que un consultorio junto a una caja registradora.
Desde Fundación RedSalud Internacional, hemos creado el Programa de Médicos Solidarios, una respuesta ética y humana frente a esta crisis estructural. Esta red convoca a médicas y médicos con vocación social para ofrecer consultas solidarias —gratuitas o a bajo costo— a personas que viven en condiciones de vulnerabilidad o exclusión.
Pero no se trata únicamente de consultas más accesibles. Se trata de reivindicar la medicina como un acto profundamente humano, donde la ciencia, la empatía y la ética se entrelacen en favor del bienestar de quienes más lo necesitan.
El beneficio no es solo para quienes reciben la atención, sino también para quienes la brindan. Los médicos solidarios se reencuentran con el sentido profundo de su profesión, sin presiones comerciales ni tiempos de cinco minutos por paciente. Se fomenta una práctica clínica con impacto social, generando comunidad, confianza y relaciones sanas médico-paciente. Se construye una plataforma ética de cooperación, que demuestra que otra medicina es posible.
Este programa parte de una premisa sencilla pero poderosa: la salud no debe ser una transacción, ni el alivio un privilegio. La salud es un derecho fundamental, consagrado en el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que establece que “toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado para la salud y el bienestar, incluso atención médica y servicios sociales necesarios”.
La cooperación humanitaria no sustituye al Estado, pero lo interpela. Denuncia la desigualdad, visibiliza las carencias y actúa allí donde el sistema ha dejado de funcionar. Los médicos solidarios, al sumarse a esta red, no hacen caridad, hacen justicia. Brindan acceso donde hay puertas cerradas. Escuchan donde hay silencio. Sostienen donde hay abandono.
Porque en un país donde la desigualdad también enferma, la medicina solidaria es un acto de resistencia. Una consulta solidaria puede parecer pequeña, pero para quien no tiene otra opción, puede significar vida, alivio, dignidad.
Si eres profesional de la salud y quieres sumar tu vocación a esta causa, o si representas una institución médica, educativa o comunitaria y deseas colaborar con el programa, escríbenos a: direccion@rsalud.com.mx
Juntos, podemos volver a poner al ser humano en el centro del sistema de salud. Porque la salud no puede seguir siendo un lujo. Es un derecho. Y debe ser accesible para todos.









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