Más allá del estigma: El desafío de la inclusión real para personas con trastornos del neurodesarrollo
- VANESSA TRACONIS QUEVEDO
- 18 feb
- 5 Min. de lectura
Las condiciones o trastornos mentales no definen la competencia, las habilidades ni el éxito de una persona; lo que realmente determina su potencial es ser abrazado por la empatía y la capacidad de superar la ignorancia, por parte de una sociedad que suele sumirse en la indiferencia.

Durante mucho tiempo, la sociedad ha etiquetado a quienes padecen trastornos mentales como “locos”, “enfermos” o “marginados”, perpetuando estereotipos que deben ser desmantelados. En lugar de ocultarse, estas personas pueden y deben convertirse en líderes que demuestren que no se debe juzgar un libro solo por su portada. Tal como afirmaba Maquiavelo: “En general, los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver, pero pocos comprenden lo que ven.”
Es por ello que, además de las dificultades inherentes a su condición, quienes enfrentan trastornos mentales sufren del peso del desconocimiento y la discriminación social. Según el estudio “L’estigma i la discriminació en salut mental a Catalunya 2016”, hasta un 80% de estas personas experimenta algún tipo de discriminación en diversos ámbitos de su vida. A pesar de los avances en la formación y la implementación de políticas inclusivas durante los últimos 9 años, la discriminación y la exclusión social persisten en el día a día de este grupo poblacional. La inclusión debe ser un derecho integral que abarque todos los aspectos de la vida: desde una atención médica especializada, una educación adecuada y el acceso a terapias, hasta la disponibilidad de medicamentos esenciales.
En las últimas décadas se ha observado un aumento en el número de diagnósticos de condiciones como el Trastorno del Espectro Autista (TEA), el síndrome de Asperger (SA), el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), el Trastorno de Ansiedad Social (TAS) y el Trastorno por Déficit de Atención-Hiperactividad (TDAH). Este incremento se debe, en gran parte, a la mejora en las técnicas diagnósticas, y no necesariamente a una mayor incidencia real de estos trastornos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que aproximadamente el 20% de los niños y adolescentes en el mundo presenta algún problema mental, y que la mitad de estos casos se manifiesta antes de los 14 años.
El diagnóstico oportuno, correcto y asequible es fundamental para mejorar la calidad de vida de quienes padecen trastornos del neurodesarrollo; sin embargo, la llamada “pobreza farmacéutica” se erige como una barrera importante, impidiendo que muchas personas accedan a los tratamientos que necesitan para llevar una vida plena y productiva.
Es importante destacar que, con el tratamiento y el apoyo adecuados, muchas personas con estas condiciones pueden superar las dificultades inherentes y desarrollar habilidades únicas. Si bien algunas alteraciones pueden afectar el desarrollo, la comunicación o la integración social, en muchos casos también potencian talentos especiales. No se trata de poseer un coeficiente intelectual extraordinario, sino de que la pasión y el enfoque pueden convertirlos en verdaderos expertos en áreas como las matemáticas, las ciencias, la dirección, la actuación o la música. Grandes figuras como Albert Einstein, Tim Burton, Bill Gates, Mozart, Michael Jackson, Woody Allen, Susan Boyle, Anthony Hopkins, Leonardo DiCaprio y David Beckham evidencian que el éxito y el talento trascienden cualquier estereotipo.
La salud mental es hoy un tema de relevancia indiscutible. Informes recientes de la OMS y de otros organismos subrayan que los trastornos mentales representan uno de los mayores desafíos para los sistemas de salud a nivel mundial, tanto por sus efectos directos como por las consecuencias físicas y sociales que derivan del estigma. La exclusión y el rechazo no solo generan barreras en el acceso a servicios esenciales, sino que también aumentan los índices de ansiedad, depresión y suicidio.
Asimismo, es imperativo que la sociedad, los gobiernos y las organizaciones unan esfuerzos para promover la sensibilización, la concientización e inclusión de servicios. A pesar de que los discursos actuales abogan por una sociedad inclusiva, en la práctica muchas medidas se quedan en buenas intenciones y no se centra la atención en las personas. Solo a través de políticas públicas efectivas, que aseguren el acceso a una atención médica especializada, educación de calidad, acceso a los medicamentos y terapias adecuadas, se podrá materializar un cambio real que permita a estas personas desarrollar plenamente su potencial.
En definitiva, derribar los prejuicios y adoptar una visión integral de la inclusión no solo beneficiará a quienes padecen trastornos mentales, sino a la sociedad en su conjunto, enriqueciendo nuestro tejido social con diversidad y talento. El verdadero reto consiste en transformar el discurso inclusivo en acciones concretas que pongan a la persona en el centro de todas las políticas y servicios.
Porque en este mundo la forma de nombrar a las cosas importa, señala la Dra. Ximena A. González Brandon, maestra en Filosofía de la Ciencia, doctora en Filosofía de las Ciencias Cognitivas y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), Nivel I: “Los conceptos importan y a mí me gusta la neurodivergencia porque saca del costal de lo enfermo, de lo patológico, de lo “trastornado” a quienes en realidad, solo tienen procesos diferentes para interactuar con el mundo y con la realidad”; así mismo también quiero citar a J.F. Domínguez escritor del libro Para decir adiós: Las dos princesas, quien explica en la edición especial infinito de dicho libro: “Cada humano es singular y todos debemos celebrar esas diferencias que nos hacen únicos e irrepetibles, sin embargo, hay personas a las que su singularidad les hace un poco más difícil adaptarse a la vida en sociedad.”

Pero ¿qué es ser neurodivergente?, esto, solo significa tener un cerebro que funciona de forma distinta a lo que generalmente se considera normal –o neurotípico–, diferente para pensar, diferente para percibir el mundo, diferente para sentir, diferente para actuar, diferente para vestir; si lo analizamos todos somos diferentes, por eso, It´s ok to be Different, que significa “Esta bien ser diferente”, es el lema 2025 que viene utilizando Fundación RedSalud Internacional y Good Deeds Day, junto con sus aliados, el equipo de Fútbol Lechuzas de la Universidad Pablo Guardado Chavez, el Cobach, CANIRAC y la Financiera CreDiario, para juntos romper barreras para personas con autismo, haciendo una sociedad más accesible, justa e inclusiva, promoviendo así la empatía, el respeto, la tolerancia y la solidaridad.
Para finalizar, hacemos un llamado urgente a gobiernos, universidades, escuelas y organizaciones de la sociedad civil a trabajar juntos para que la inclusión se convierta en una realidad palpable para cada persona con algún trastorno del neurodesarrollo. A través del programa Autismo en Positivo de Fundación RedSalud Internacional, seguiremos trabajando incansablemente —como lo hemos hecho estos años— para visibilizar a estas personas y ponerlas, junto a sus familias, en el centro de la atención. Es hora de dejar de considerarlas una carga para la sociedad y reconocer el valor, la diversidad y el potencial que aportan. Solo mediante un esfuerzo colectivo y comprometido podremos garantizar una vida de calidad para todos, transformando discursos en acciones concretas y efectivas.
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