México sumando otro año con crisis en los Derechos Humanos
México vive una grave crisis de los derechos humanos que se acumula desde hace 16 años, que se profundiza en los últimos años, según Amnistía Internacional (AI). El informe La situación de los derechos humanos en el mundo en 2022, señala que nuestro país ha involucionado en el campo del respeto a los derechos humanos. En los últimos años han crecido las desapariciones, la violencia de género y el feminicidio y también que ha crecido el asesinato de activistas sociales, defensores de los derechos humanos y que se vulneran los derechos de la comunidad LGBTIQ+.
A esto se añade el uso excesivo de la fuerza por parte del Ejército y la Guardia Nacional (GN) y siguen las desapariciones forzadas y el uso de la fuerza pública para realizar detenciones y reclusión arbitrarias, que violentan la ley. De manera particular señala que se violenta la libertad de expresión y destaca la cifra de los periodistas asesinados en el ejercicio de su trabajo. En 2022, “México vivió el año más mortífero de su historia con al menos 13 periodistas asesinados”, sostiene el informe.
Al finalizar el año pasado, de acuerdo con cifras oficiales, se habían registrado 109 000 casos de personas desparecidas y no localizadas. La estrategia de militarización de la seguridad pública y la oficialización de ésta con los cambios de ley es cuestionada por AI. La GN y el Ejército se han hecho cargo de 227 áreas que eran responsabilidad de organismos civiles, de los cuales 148 no guardan relación con la seguridad pública. El informe señala que 1,940 personas sufrieron tortura a manos de agentes del Estado y que la CNDH recibió 1 997 quejas contra el Instituto Nacional de Migración (INM), 476 contra la GN y 404 contra Ejército por violación a los derechos humanos.
En 2002, “el gobierno siguió estigmatizando a las personas feministas y defensoras de los derechos humanos que protestaban contra su inacción en materia de violencia de género y en algunos estados, las fuerzas de seguridad reprimieron con violencia a mujeres manifestándose”, asegura AI. Lo que el informe dice sobre México es un retrato objetivo de lo que ahora ocurre en el país en el campo de los derechos humanos. Era algo que se venía venir desde el momento que el gobierno convirtió a la CNDH en una oficina que se maneja desde Palacio Nacional. Ahora no existe un órgano autónomo del Estado mexicano para velar por los derechos humanos y es una tarea que ahora solo recae en las organizaciones nacionales e internacionales de la sociedad civil, que trabajan a favor de estos. En justicia la situación no es más halagüeña.
La impunidad sistémica de México no ha cambiado, pese a que se afirme lo contrario. Igualmente, seguirán, sin duda, los esfuerzos de víctimas, organizaciones no gubernamentales, activistas, comunidades y periodistas que acudiendo al amplio repertorio de acciones propio de la democracia buscarán visibilizar agendas y problemáticas que no han sido bien atendidas por los gobiernos en turno. La movilización constante de las mujeres, es dable anticipar, seguirá recordando en las calles y en las redes la enorme deuda que como país tenemos frente a la persistencia de la violencia de género, con incuestionable legitimidad.
En suma, ante un panorama en el que los profundos problemas de derechos humanos que México enfrenta no han sido erradicados y frente al desafío que representa una narrativa oficial que afirma lo contrario, 2023 año en que conmemoraremos el 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos seguramente será un año de intensas movilizaciones e iniciativas ciudadanas que con creatividad seguirán insistiendo en que los derechos humanos que desde 2011 nos promete la Constitución articulan un proyecto de nación y un horizonte deseable, cuyo cumplimiento legítimamente podemos y debemos exigir a cualquier gobierno, sin distingo de color o partido, más allá de toda polarización.
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