Me vacuné contra el COVID-19
- ALEJANDRA OROZCO
- 1 ago 2021
- 3 Min. de lectura
Tuxtla.- hora que ya pasaron algunas semanas y todo está bien, quiero contarles que alcancé a vacunarme contra el COVID-19, ya me urgía hacerlo porque con esta tercera ola y el incremento de casos en jóvenes y niños, quería brindarle protección extra a Elisa, aprovechando que seguimos con la lactancia.

Hay estudios que demuestran que la leche materna sí transmite la inmunidad de la vacuna que se aplique la madre y logra generar anticuerpos, esto lo experimentamos cuando nos dio COVID el año pasado, que a pesar de padecerlo mantuve la lactancia y a Elisa no le pasó nada más que dos estornudos.
Rodrigo y yo acudimos a aplicarnos la Astrazeneca, que era la disponible, el piquete ni se sintió, y las horas siguientes pensamos que ya la habíamos librado y que no nos había hecho ningún efecto... qué equivocados estábamos.
En la noche empezamos con dolor muscular, articular, de cabeza y fiebre, al principio no queríamos tomar nada, pero como había trabajo al día siguiente tuvimos que tomar paracetamol, y al día siguiente los efectos fueron pasando... a mí me persistía el dolor de cabeza, Rodrigo sí se sintió mal por más tiempo que yo, pero no nos arrepentimos -o al menos yo no- de ya habernos inmunizado.
No es choro, no estamos exagerando, sí le sufrimos bastante... Rodrigo lo comparó con cuando le dio influenza, y yo con las secuelas de la chikungunya, incluso así me sentí cuando me dio COVID... pero finalmente lo hicimos, aunque todavía nos falta una dosis.
Prácticamente él y yo éramos los últimos que faltábamos por vacunar: primero mi hermana por ser doctora, luego mis abuelitas y mi suegra, luego mi mamá por ser maestra, luego mi papá, y finalmente llegó nuestro turno, incluso llevamos a Elisa con nosotros, y cuando vio la aguja pensó que la inyección era para ella y empezó a decir “no no no no”, pero la tranquilizamos diciéndole que no le tocaba a ella.
De verdad creo que es muy necesario vacunarnos... los síntomas son pasajeros, y por más malestar que genere la vacuna, incluso dicen que es normal y es indicio de que tu sistema inmune está activo y respondió bien al fármaco, pero en nada se compara con las complicaciones que puede generar la enfermedad, considerando que ya ni siquiera hay medicamentos, hospitales u oxígeno disponibles.
Desde que abrieron la vacunación a mujeres embarazadas, habían señalado que las mujeres lactantes también eran un grupo vulnerable, pero no lo han manejado así; sin embargo, pienso que es muy importante por la protección que brinda la vacuna incluso a los más pequeños a través de la leche.

Precisamente estamos iniciando la Semana Mundial de la Lactancia, y este es uno de sus maravillosos beneficios, poder extender la protección a través de este vínculo contra una enfermedad que está acabando con tantas vidas, y que al parecer terminó su tregua con los más pequeños, quienes también están enfermando de gravedad.
Aunque a veces ya quiero destetar, decidí continuar amamantando al menos hasta ya tener mi esquema de vacunación completo y un poquito después, dicen que aproximadamente dos o tres semanas después de la segunda dosis se comienza a ver la producción de anticuerpos en los hijos, así que ya llegando a ese punto me lo volveré a plantear.
Aún si no me hubiera vacunado, la lactancia le sigue brindando anticuerpos y protección, es una maravilla, por lo que pienso seguírsela brindando a Elisa, ojalá podamos llegar a los dos años... si ya logramos 17 meses, ¿qué más da?
Quiero terminar diciéndoles que se vacunen, por ustedes, por sus hijos, que busquen la forma de hacerlo lo antes posible porque ahora son los más pequeños los que se encuentran más vulnerables, y que nos cuidemos mucho ante esta nueva ola de contagios, para que poco a poco la pandemia se vaya debilitando.
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