Migrantes siguen invadiendo a México

México se sigue llenando de extranjeros, y al parecer es casi imposible parar este fenómeno, como sabemos es Chiapas es el estado que principalmente está pagando con estas consecuencias. En el estado, resulta importante destacar cómo en las últimas décadas las acciones de gobierno enfocadas hacia el tema migratorio se han caracterizado por el fortalecimiento del vínculo entre seguridad y migración, si no discursivamente, sí a través de prácticas concretas, como el envío de militares y la permanencia de operativos de la Guardia Nacional en el espacio fronterizo de la frontera Tecún-Umán-Ciudad Hidalgo hasta Tapachula, Chiapas y de ahí hacia el extenso corredor migratorio que articula Huixtla-Arriaga, a lo largo de la carretera costera de la región. Detención, deportación, expulsión violenta y la criminalización migratoria generalizada son partes de un dispositivo que tiene impactos a nivel local. El centro urbano de Tapachula, por ejemplo, fue convertido en un espacio de espera migratoria, que es al mismo tiempo diverso y desigual, donde la presencia migrante se distingue por la nacionalidad, por los recursos y el capital que llevan, por la racialidad de sus cuerpos, pero también por el imaginario sobre el “buen migrante” o el “migrante ideal” vs el que “afea” la ciudad, dicen algunos medios y personas locales. Su presencia irrumpe las regularidades espaciales y temporales, propias de las vivencias en movimiento, nucleadas por fracturas, discontinuidades y relaciones de disyunción que definen el mundo global como un mundo de flujos. Tuxtla Gutiérrez y Tapachula, invadidos de migrantes ilegales, ahora es temporada de venezolanos, y el país sigue llenándose de extranjeros, (No hay poder humano que “pare” los flujos migratorios en frontera Chiapas-Guatemala, otra vez el parque central de Tapachula tomado y parte del parque San Marcos en Tuxtla Gutiérrez). No hay poder humano y menos el INM que “pare” a los flujos migratorios ilegales provenientes de Centro y Sudamérica a en estos meses; este fin de semana la prensa local dio a conocer que la ola de extranjeros de diversas nacionalidades llegó de nueva cuenta a la ciudad de Tapachula lo cual ha provocado que el parque central “Miguel Hidalgo”, que ya se encontraba libre de migrantes, se asemeje otra vez a un enorme albergue al aire libre. Evidentemente que también debido a este “fenómeno de extranjerización” que se está llenando el país, levantó la inconformidad y protesta por parte de comerciantes y empresarios de este sector central de la ciudad, manifestando que los extranjeros que duermen y comen en el espacio recreativo, en espera de regularizar su situación legal en nuestro país, utilizan los espacios públicos de la zona para realizar sus necesidades fisiológicas. Sin embargo no solamente es Tapachula que sufre del fenómeno ilegal de movilidad humana extranjera, también Tuxtla Gutiérrez, la capital de Chiapas, ha sido tomada como sitio estratégico para los migrantes sobre todo Venezolanos, que curiosamente son los que más llegan a la capital chiapaneca, y que para los expertos no tienen razón de estar aquí porque los traen en autobuses del INM, los dejan en la ciudad y simplemente los fastidian porque no se les entrega ningún documento que pueda avalar su estancia en el país, y a determinados días, regresan en caravana a pie por la carretera de Ocozocoautla-Arraiga, advierten que es un efecto distractor que se hace en Tapachula para no mostrar en cantidades grandes el tumulto de extranjeros, y los dejan en Chiapas, porque en Oaxaca sus autoridades exigieron en algunos municipios que ya no los iban a recibir, y lograron sus propósitos y hasta envió el gobierno federal más presupuesto para sus problemas de los servicios públicos.
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