Tania, ejemplo de resiliencia con un “dulce sazón”
- ALEJANDRA OROZCO
- 6 jul 2022
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 15 nov 2022
Tuxtla.- Tania Rodríguez tiene 38 años, de los cuales 25 ha vivido en Tuxtla, vino de su natal Ciudad de México desde antes de los 18 años, pues ya venían en los veranos a visitar a un tío, hasta que se quedaron a vivir aquí.

“Fue durísimo, fue una época compleja donde el chilango era muy estigmatizado, nos oían hablar y nos veían feo, no querían estar con nosotros, la gente de Chiapas es muy cerrada pero cuando te aceptan en su círculo social ya la hiciste, desde entonces hemos ido haciendo alianzas en el camino con otros productores locales”, recordó.
Ella es chef por formación, aunque de los 10 que se graduaron ella es la única que se dedicó por completo a la repostería; es algo muy exacto: si te pasas de sal, le pones una papa y se arregla, pero aquí no es así, por eso considera que no muchos se dedican a esto, su emprendimiento comienza como un juego, una amiga le pide unos cupcakes cuando estaba estudiando y eran de fondant y se le hacían muy complicados, pero al terminar la carrera la aceptan en Soriana como maestro pastelero.
“Estuve ahí dos años, la teoría que te dan en la escuela no se parece en nada a la vida laboral, tuve compañeros con los que me porté a la par, porque tu servidora también cargaba bultos de harina, y ellos fueron muy abiertos y me enseñaron mucho de panadería, procesos de conservación, todas las mañas”, recuerda.

En su experiencia, se ha dado cuenta que el mercado ha ido cambiando, por ejemplo ahorita está muy de moda los mini pasteles, cuando antes no era costeable, cada pastelero tiene su toque, su forma, algunos más tradicional, otros la combinan con lo comercial porque da la pauta para tener un mayor rendimiento, mayor vida, porque la economía está complicada, por ejemplo Tania tiene dos años sin hacer un pastel para más de 100 personas, cuando antes cada fin de semana le encargaban dos o más, ahora lo que más le piden es para dos personas, ahora hace 10 mini pasteles y ya se costea, lo cual le ha dado la oportunidad de estar en expos dentro y fuera del estado.
“Sin embargo, mi fuerte es la galleta de diseño, es un material noble que dura cinco semanas, no contiene huevo y dura mucho, no se refrigera, es noble y lo puedo transportar sin problema, siempre me ponen junto a productores de café y he aprendido mucho, en esto se conocen productores de todo tipo, es padre generar esas alianzas porque incluso se da el trueque, yo regreso con ámbar, con chocolate, además de la convivencia, tengo un bebé de cuatro años y desde los 40 días andaba conmigo, pasaba por todos, es sumamente sociable, saluda a todo mundo, nunca tuve la preocupación que tristemente en mi ciudad sí tendría de que se me perdiera dos minutos y pensara lo peor, él disfruta tremendamente los bazares y por él me levanto para ir”, compartió.
Cada domingo, desde hace cuatro años, participan en el circuito recreativo Tuchtlán en el parque de la Mujer Soldado, a donde las familias llegan desde temprano con sus mascotas, en bicicleta, en patineta, hay carreras con causa, clases de zumba, marimba, es todos los domingos de 6 a 11 de la mañana, su hijo se levanta a las 4:30 de la mañana y se divierte y los motiva a seguir yendo.

Sus galletas no llevan huevo, sustituye este ingrediente por la grasa de la mantequilla, que permite la emulsión de ingredientes, dando como resultado una galleta suave que se deshace en la boca, en cambio el huevo deja una galleta dura, es difícil porque cada galleta lleva tiempos de espera entre color y color de ocho horas, son procesos sumamente largos, antes, nos cuenta que hacer 10 galletas era un martirio y ahora hace 50 en tres horas, siguiendo un sistema de producción en masa.
“Todo surgió porque una vez, le encargué a mi entonces novio y ahora esposo unas galletas, me entregaron una rota y al reclamarle a la chava, me dice: qué quieres que haga, si voy en colectivo, por esa molestia empecé a hacer galletas, primero en fiestas propias, para algún amigo, y sie7e años después aquí estamos”, señaló.
Tania reconoció que la Secretaría para la Igualdad de las Mujeres del ayuntamiento tuxtleco la invita a muchos bazares y a cambio sólo le piden capacitación, hay compañeros que incluso ya exportan, esos cursos se aprovechan un montón, solo con cumplir requisitos como no vender nada que sea por catálogo, sino que todo se crea por ellas, hay 250 mujeres en el Mercadito Las Tuxtlecas, y en un año espera que hayan 100 más porque vienen los hijos, que crean su propio emprendimiento impulsado por ellas mismas, es padre ver que impulsas a otras y recomienda no poner el pie a quienes están empezando, sino empujarlos, que no se desesperen, ayudarlos, y como primera opción comprarnos entre nosotras.
Dulce Sazón se ubica en El Vergel, en la calle Lirio 288, de martes a viernes ya que los fines de semana religiosamente están en diferentes bazares, también puedes hacer tus pedidos al 9611094715 o buscarlos en Facebook como Dulce Sazón Pastelería, Repostería y Novedades, en Instagram como @tania.rt.dulce.sazon, así como en distintos bazares: este domingo estarán en el circuito Tuchtlán y después en el evento de Operación Conejo, en la puerta 4 de Caña Hueca de 9 a 6 de la tarde, así como en un bazar temático de Harry Potter el 15 julio a las 9 de la noche.

“Cuando empezó la pandemia yo lloraba, pensaba qué voy a hacer luego de una racha muy buena y que de la nada me cancelan todo, digo ni modo y me pongo a planificar, hicimos donas, pan, conchas, panqué, nos fue bien, pero mi madre enferma y fallece, luego tenemos un accidente terrible donde mi padre termina en silla de ruedas y yo con una lesión de por vida en el hombro, tuve que volver a enseñarle a mi cuerpo a hacer las cosas, mi mano no me obedecía, fue frustrante, doloroso, de mucha voluntad hasta que volvimos al ruedo, hay cosas que no puedo hacer como las conchas que requieren fuerza, pero seguimos con cosas no tan exigentes para mi cuerpo, en un año enterré a mi papá y a mi mamá… fue lo más duro, ni tiempo tuve de estar trabajando, una vez que pasó todo decidimos reinventarnos”, compartió.
La ventaja, es que la galleta es bien noble y se presta s temas de cualquier índole, ya sea el Pride, línea Viva Chiapas que tiene modismos (que por cierto al llegar aquí cuando no entendía), del Juego del Calamar, acuarelas con pintura de grado alimenticio, galletas personalizadas, lo que buscan es dar un regalo único y así empieza Dulce Sazón: buscando momentos.
“Apoyen al comercio local, a las familias que día a día trabajamos, respeten el precio justo y el trabajo, no tienen idea el esfuerzo y tiempo que se invierte a cada cosa que se hace a mano, es un hijo que genera gastos los primeros años pero hay que tenerle mucho amor, creer en ti y en tu producto, hay mejores y peores galletas, pero como las mías ningunas, lo hago con amor y lo voy a defender”, finalizó.
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