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  • AFP

Violencia familiar, se elevo durante la pandemia


Cuanto no hemos escuchado hablar sobre la violencia familiar, ciertamente porque es una problemática grande que no se a atendido como debiese. Antes de hablar de lleno al tema, debemos dejar en claro que como seres humanos nacemos libres e iguales en dignidad y en derechos; así que al tener una familia, debe existir la igualdad familiar, es más, es una obligación de todos los integrantes de una familia tratarse con respeto. Desafortunadamente en México y el resto del mundo, en una familia todo es color de rosa, pero en su caso hablamos de situaciones drásticos hasta llegar a la violencia. La violencia familiar es un problema social que disminuye el bienestar, limita el desarrollo y atenta contra la integridad física y psicológica de quienes la padecen, en particular los niños, niñas, mujeres, adultos mayores y personas con discapacidad. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (2016) define la violencia familiar como “un acto de poder u omisión intencional, dirigido a dominar, someter, controlar o agredir física, verbal, psicoemocional o sexualmente a cualquier integrante de la familia, dentro o fuera del domicilio familiar, por quien tenga o haya tenido algún parentesco por afinidad, civil, matrimonio, concubinato o a partir de una relación de hecho y que tenga por efecto causar un daño”. Esta misma Comisión expone que todas las personas deben vivir con dignidad, pacíficamente, con confianza y libertad para expresar ideas y sentimientos sin ser maltratado de ninguna manera. Desafortunadamente, en nuestro país la violencia familiar es grave y cada vez cobra más víctimas. En esta pandemia del Covid-19, nos llevo a un confinamiento que aumento la violencia familiar. En nuestro estado chiapaneco, es una de las problemáticas que ataca fuertemente a las familias; desde el año pasado la violencia familiar es uno de los delitos de mayor incidencia en Tuxtla Gutiérrez por encima del robo a casa habitación o el robo a transeúntes, con la finalidad de dominar, controlar, agredir y someter, siempre el agresor tiene parentesco por consanguinidad, matrimonio o afinidad o concubinato o relación de hecho. Las mujeres pueden estar viviendo un ciclo de violencia que genera una acumulación de tensión, luego se genera una explosión violenta, posteriormente hay arrepentimiento, culpa y perdón, una siguiente fase es de reconciliación, de aparente calma y el ciclo vuelve a iniciar. A las mujeres les puede tomar mucho tiempo salir de este ciclo de violencia, incluso años, por diversos factores, porque dependen económicamente de su agresor, por sus hijos, sus hijas, porque sus ingresos son mermados, porque no tienen redes de apoyo familiar o de amigos y porque son agredidas psicológicamente en su autoestima por el agresor.

Es necesario que las autoridades tomen serio papel en ello, en no abandonar el apoyo necesario a las mujeres que al final son las más afectadas en este tema. Chiapas tiene que asumir también el compromiso a trabajar para erradicar la violencia familiar; y que no solo sean unas cuantas carpetas de investigación resueltas. Es de aplaudir lo que recientemente la Fiscalía General del Estado (FGE), realizó a través de la Fiscalía de Distrito Fronterizo Costa, donde logró dos sentencias condenatorias en contra de dos personas del sexo masculino por el delito de violencia familiar y violencia familiar agravada, hechos ocurridos en el municipio de Tapachula. La Fiscalía General del Estado debe refrendar su firme compromiso con las y los chiapanecos para garantizar el Estado de Derecho para que ninguna conducta antisocial quede en la impunidad.

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