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  • ALEJANDRA OROZCO

Conquistando al mundo a través de la lente


Tuxtla.- Acaban de pasar los premios Óscar y vimos alzar la estatuilla a muchos hombres que se han esforzado en el ámbito, pero fueron contadas las mujeres que, detrás de la lente, se ganaron un lugar y siquiera una nominación, pues son minoría en este ámbito, como en muchos otros.

María Pozos es una joven cineasta, que hace cinco se fue a estudiar a la Ciudad de México siguiendo sus sueños, quería estudiar literatura dramática y actuación en la UNAM, pero como el examen estaba muy difícil, entró al Centro de Estudios Cinematográficos –igual que Cuarón-; al principio nada más le gustaba escribir, luego fue asistente de dirección y terminó haciendo producción y relaciones públicas en el cine.

Hoy, a sus 23 años, es co fundadora de una casa productora junto a Gabriela García Rivas, Altos Cine, que próximamente montará algunos talleres con actores, directores y productores destacados; en su haber ha realizado dos cortometrajes, Respira (2016) y Baba de Caracol (2018), y ha colaborado en las películas La Marca del Demonio y Romina, así como el cortometraje La Boca del Diablo (2018).

“Desde niña quise ser artista, y el séptimo arte incluye todo: imagen, escritura, actuación, música, me gusta hacer cine para llegar a un público y hacerle llegar mi discurso al espectador”.

Sus temáticas son variadas. En ‘Respira’, habla de los problemas personales, retratados en un escritor rechazado varias veces que recibe un buen consejo de su hermano, mientras que ‘Baba de caracol’ es una comedia que satiriza el estatus de belleza y las apariencias, basado en una modelo a la que le sale un barro en la frente, que de hecho piensa meter al Concurso Nacional de Cortometraje.

Entre sus influencias, se encuentra Guillermo del Toro, de China, Wong Kar-Wai, y en aspectos de lenguaje y estilo, el ruso Tarkovski, quien dice que para ser un gran cineasta debes ser fiel a tu discurso y sincero con tu audiencia.

Gaby, el otro lado de la moneda.

Por el otro lado está Gabriela García Rivas, que hace 12 años llegó a la Ciudad de México y comenzó estudiando en una escuela pequeña de cine, especialmente en sonido, y después se metió al Centro de Capacitación Cinematográfica por seis años y desarrolló un cortometraje, el guión de un largometraje que después filmó y llevó a la post producción, así como otros proyectos.

“Me gustan las posibilidades del lenguaje, uno de mis favoritos es Jean-Luc Godard, porque explora el uso del lenguaje y todo lo que se puede hacer con él”, señala, quien tiene un poco más de tiempo en este ámbito y cuenta en su haber con ‘Deshojando margaritas’, ‘Pleamar’ y ‘El silencio es bienvenido’, entre las cuales se encuentra su ópera prima.

Mujeres en el mundo del cine

A pesar de que cada vez hay más mujeres incursionando en diferentes ámbitos, es difícil hacerte notar, y existe un grado de machismo en el cine. “En el corto éramos 35 personas y solo cinco éramos mujeres, y sí es una cuestión de ponerse los pantalones para dirigir a hombres, existe el machismo y es difícil entrar como mujer a este mundo, donde te dicen que no sabes dirigir o producir por ser mujer, sobre todo en la fotografía”.

Sin embargo, no es imposible, pues hay gente que las apoya a pesar de que también existe el acoso, es un panorama difícil y ellas se han abierto paso a nivel local, ya no tardan en dar el gran salto para darse a conocer a niveles mayores.

En cinco años, María se ve en Alemania terminando un máster, en Berlín, donde logre filmar su ópera prima y más proyectos que vengan; Gaby, por su parte, en cinco años piensa terminar otro rodaje, no sabe si aquí o dónde, le gusta saber que hay posibilidades.

“Como en todos los espacios hay violencia de género, desde que estudias en la escuela, en el set, es difícil dirigir a los 25 años a hombres mayores que tú, eres una niña para ellos”, comenta Gaby.

Sin embargo, considera que el papel de todas las mujeres debe ser desarrollar lo que ellas quieran sin los complejos sociales de que deben tener hijos o un esposo, más bien se trata de metas personales, y en el cine se pueden desarrollar en el área que quieran.

Jóvenes, mayores, bajitas, altas, rellenitas, flacas; nada de eso importa cuando el talento y las ganas de salir adelante inundan la sangre, así como ellas, miles de mujeres se levantan todos los días con una meta en mente, y trabajan duro por alcanzarla.

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