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  • ALEJANDRA OROZCO

Casa migrante para mujeres “de paso”


Tuxtla.- Yaneth Gil Ardón llegó a Chiapas hace 15 años, salió de su natal El Salvador buscando una oportunidad de vida y siguiendo el sueño americano… pero las circunstancias de la vida no le permitieron avanzar hasta allá, y se quedó en Chiapas, para hacer el bien.

Hace 15 días, dio por iniciadas las labores en un nuevo domicilio de la Casa de la Mujer Migrante, albergue que funciona desde junio del año pasado, pero con antecedentes desde hace tres años que comenzó con la labor altruista de apoyar a otras mujeres que sufren lo que ella sufrió.

La presidenta de “Una ayuda para ti, mujer migrante”, vino como cualquier otra migrante a Chiapas, por lo que de primera mano sabe todo lo que se sufre en este andar: abusos, hambre, violaciones de derechos humanos, y mucha necesidad de salir adelante, lo que la motivó a ayudar a quienes pasan por el mismo camino.

“Las mujeres vienen desde Tapachula sufriendo violaciones a sus derechos, Chiapas es un corredor importante de migrantes y por eso creamos esta asociación, que para mujeres es única en el país”.

El único requisito para ser recibida en esta casa, con capacidad para 15 a 20 personas, es que sea mujer migrante y que necesite la ayuda, por cuestiones de cupo se pueden quedar hasta tres días, y si llevan hijos no mayores a 13 años, también son bienvenidos.

Actualmente hospedan a una mujer con su hijo, quienes salen todo el día a vender paletas o lo que pueden para subsistir, se les da sin costo alguno techo, tres tiempos de comida, ropa, calzado, pañales, y todo esto gracias a las aportaciones de personas civiles y de la iglesia católica.

“Me siento contenta, satisfecha sabiendo que estoy ayudando a mis connacionales, en Centroamérica todos somos hermanos, pero no solo recibimos gente de ahí, han llegado de Venezuela, Colombia, Haití, Cuba, estamos procurando que cada vez menos mujeres duerman en la calle y corran el riesgo de sufrir otros tipos de violencia”, dijo.

La también directora de esta casa, nos cuenta que escuchar los relatos y experiencias de estas mujeres mueve muchas cosas, la hacen reír, llorar, y tiene que ser empática para sentirlo, son mujeres que vienen violentadas por pandillas o huyendo de la violencia doméstica, ella quisiera que no pasaran por todo esto, que vinieran por su voluntad y no de manera forzada.

“Lo poco que se les da, es de corazón, solo le damos albergue a mujeres porque ya con hombres se puede prestar a otras cosas, en cuanto a trámites y orientación legal sí apoyamos a hombres, y lamentablemente las mujeres no se pueden quedar para siempre, sería hacerles un mal”, dijo.

Yaneth ha sabido lo que es dormir en la calle, aguantarse el hambre por dos o tres días, comer almendras, aguantar las miradas de desprecio y la discriminación, que la vean mal en la calle, y trata de evitar a toda costa que otras mujeres se sientan así.

Para continuar con su labor necesita apoyo, ya que cuentan con poco y necesitan, sobre todo, comida, alimentos enlatados, víveres, afortunadamente ya cuentan con sábanas, ropa, calzado y otros artículos.

“Yo tuve que vender pupusas para poder crear la asociación, llegar a un país donde se habla el mismo idioma pero tienen otro vocabulario, adaptarse cuesta pero todo esto lo hacemos de corazón”, dijo.

Puedes contactar a Yaneth a través de la página en Facebook Una ayuda para ti mujer migrante, para hacerle llegar cualquier tipo de ayuda para estas mujeres, su labor no es nada fácil pero da todo lo que tiene y más, por tenderles la mano como le hubiera gustado que se la tendieran a ella, hace 15 años.

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