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  • ALEJANDRA OROZCO

Insomnio y apnea, trastornos del sueño más frecuentes


Tuxtla.- Dormir es una de las necesidades del cuerpo y también una de los mayores placeres… sin embargo, el 45 por ciento de la población padece algún trastorno del sueño, lo que trae consecuencias que se reflejan en el día a día.

La doctora Dulce Angélica Espinosa Méndez, neumóloga con alta especialidad en trastornos del sueño, señala que el más frecuente es el insomnio, casi el 30 por ciento de la población tiene algún tipo de insomnio o lo va a presentar a lo largo de su vida, y el segundo es la apnea obstructiva del sueño, que es la enfermedad del roncador.

Esta última se presenta más en hombres mayores de 50 años, pero también afecta a niños y adolescentes, mientras que el primero puede ser ocasionado por múltiples factores, por lo que hay que evaluar si es insomnio u otras manifestaciones de la edad.

Doña Irene, paciente de la doctora, tiene enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y desde hace dos años padece apnea del sueño, es decir, ronca en extremo y esto la priva de oxígeno, por lo que ya tuvo un pre infarto y ahora, tiene que dormir con una mascarilla que emite oxígeno todas las noches.

“No es cómodo, me cuesta y no puedo dormir bien, si me acuesto a las 12, me agarra bien el sueño como a la 1, y no es normal tener un aparato que no es natural, mi esposo también ronca pero pues ya nos acostumbramos así, tengo que bajar mucho de peso pero cuesta”.

Ante esto, la neumóloga recomienda cuidar la higiene del sueño, evitando el uso de dispositivos, dormir con luz apagada, evitar consumo de bebidas con cafeína después de las 6 o 7, no hacer ejercicio de noche, usar ropa cómoda y tener horarios habituales de siestas”.

La obesidad, tan común en nuestro país, es el principal factor de riesgo para presentar apnea, así como el consumo de tabaco, alcohol o fármacos para dormir, por lo que es totalmente prevenible, también depende de dormir en cantidad suficiente de horas y con adecuada calidad.

“Dormir menos o mal es factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares y fallecimiento prematuro, debemos dormir de sie7e a nueve horas, lo contrario es contraproducente porque disminuye la capacidad de concentración, la destreza motriz, la memoria, afecta el carácter, nos hace más propensos a ser obesos y nos hace propensos a que la elección de alimentos tendamos a elegir los alimentos ricos en carbohidratos y grasas ante alimentos saludables”.

Problemas de sueño en el mundo

Los problemas de sueño son una epidemia global que afecta a 45 por ciento de la población, incrementando el riesgo de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, obesidad, Alzheimer y cáncer... Los problemas de sueño son una epidemia global que afecta a 45 por ciento de la población, incrementando el riesgo de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, obesidad, Alzheimer y cáncer, además de generar importantes pérdidas económicas por la falta de productividad.

Expertos indican que en México, 39 por ciento de la población entre 18 y 65 años de edad tiene problemas de insomnio, siendo más prevalente en mujeres, lo que aumenta casi 300 por ciento el riesgo de diabetes, 500 por ciento el riesgo de hipertensión, 60 por ciento el riesgo de cáncer de mama y por cada hora que se pierde de sueño aumenta el riesgo de obesidad.

Además, el 40 por ciento de los pacientes con Alzheimer tienen insomnio, pero no dormir bien en otras etapas de la vida lleva a tener problemas de la memoria, además de que dormir menos disminuye el coeficiente intelectual, y está comprobado que tienen más problemas de salud las personas que duermen 46 minutos menos, que quienes duermen más de seis horas.

Según una encuesta, los habitantes de la Ciudad de México duermen en promedio 5.5 horas diariamente; esto lleva a una falta de concentración y al llamado síndrome de la silla vacía en los centros laborales; se estima que la pérdida en productividad llega a 16 mil millones de pesos en todo el mundo.

El estrés es el factor que identifica la población para tener insomnio y actualmente los jóvenes se dan tips en redes sociales para no dormir, mientras que el tratamiento farmacológico con medicamentos no-benzofiazepínicos como el zoldipem ayuda a restaurar y mejorar el sueño.

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