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  • ALEJANDRA OROZCO

Producen café en el corazón de la selva


Tuxtla.- Cuando hablamos de café chiapaneco, es normal remontarnos a la sierra o los Altos, sin embargo, en la reserva de Nahá-Metzabok, en la Selva Lacandona, once comunidades producen café de altura, que se está exportando a otros países.

Pedro Díaz es uno de estos productores, habita la comunidad de Agua Dulce Tehuacán en Ocosingo, donde se produce café orgánico de altura, entre los 900 y mil 200 metros sobre el nivel del mar, justo dentro del núcleo de la reserva, donde se conserva la naturaleza.

Se trata de un grupo de 309 productores activos desde hace 15 años, que habitan 11 localidades pertenecientes a tres áreas naturales protegidas (ANP), cuyo producto, Café Najá, se exporta a un cliente en Austria y se ha convertido en su sustento familiar.

“En años anteriores la roya, el ojo de gallo y la broca ha afectado la producción, además el coyotaje nos afectaba, por eso fundamos esta sociedad para mejorar el precio y buscar canales de comercialización sin intermediarios”, señaló.

Por lo anterior, vislumbran este año mejor que el anterior, pues ya se van recuperando hasta llegar a tres lotes por ciclo, lo que representa al año un acopio de 75 a 100 toneladas del grano, un producto artesanal y de altura.

“Empezamos la siembra en tiempo de agua, de octubre a enero, con las buenas prácticas de manejo desde la selección de la semilla, regulación de sombra y control de maleza, porque nuestro trabajo es bajo sombra, no es como un café convencional”.

El productor considera que hace falta crear conciencia y una cultura de consumo de café en el estado, pues la gente conoce el café pero no valoran el trabajo orgánico que realizan, que abarca el control de plagas con abonos orgánicos.

Trabajo doble

Santiago Landois Álvarez, director de la ANP Nahá-Metzabok, señala que el objetivo de toda área es conservar la diversidad biológica, donde las comunidades hacen el trabajo más grande, sobre todo a través de las buenas prácticas para producir café, que a su vez es fuente de empleo y conservación.

“Gracias a las buenas prácticas, ayudan a conservar el hábitat de mamíferos medianos y pequeños, aves nativas y migrantes, invertebrados, aportan servicios ecosistémicos importantes”, mencionó, pues en estas comunidades hay entornos como el bosque mesófilo de montaña.

Estas comunidades también trabajan abonos naturales, miel y hongos, lo que fortalece su economía y a la comunidad en general, además de ser dos áreas que se pueden visitar para ecoturismo, consumo de estos productos artesanales y talleres de prácticas lacandonas.

“Mucha gente piensa que este café es caro, pero no es así, traerlo de las parcelas no es fácil, incluso hay parcelas que se ubican a dos horas de su hogar y no todos pueden pagar un animal para bajarlo hasta la bodega, luego se transporta a Ocosingo, a Tuxtla y de ahí y se exporta a lugares como Veracruz”, dijo.

Además, hay que considerar que en el proceso se pierde mucho volumen, 250 kilos de café se convierten en 36 kilos en todo este proceso, lo que representa una pérdida significativa y devaluación de su trabajo.

Empoderando el trabajo de la mujer rural

Uno de los rasgos más interesantes de este trabajo, es que existe un grupo de 17 mujeres que están a cargo de la producción, desde la selección de las plántulas hasta el tostado y molido, a la par de encargarse de asuntos de la comunidad y de sus familias.

Dicen que las mujeres son las que tienen mejor mano para la selección y todo el proceso del café, Aurora Ruiz es miembro de Nich Capeel, que significa Flor de Café y desde 2006, realizan todo el proceso de este café, que es seleccionado, tostado y molido por ellas mismas, desde una selección de café oro y verde hasta su separación en café tostado oscuro, medio y claro, en tres presentaciones de envasado.

“Al empezar fue muy difícil porque no sabíamos ni seleccionarlo ni tostarlo, ni las etiquetas, pero con los años se nos hizo fácil, estamos muy orgullosas porque apoya al sustento de nuestras familias, haciendo más que las labores de la casa”.

Datos de la UNICEF establecen que el 43 por ciento del trabajo de agricultura lo realizan las mujeres, pero solo 20 por ciento tiene sus propias parcelas, y esto les permite tener un espacio propio para ellas, para platicar y desarrollarse en todos los sentidos.

Puedes adquirir Café Najá a través de su página de Facebook (Café Najá) o la de este grupo de mujeres, (Nich Capeel), que ya están haciendo envíos a distintas partes del estado y del mundo, y a su vez están conservando nuestro precioso ecosistema.

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