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  • ALEJANDRA OROZCO

Duelo, etapa recurrente en la vida del ser humano


Tuxtla.- Cuando hablamos de duelo, viene a nuestra mente la muerte de un ser querido, sin embargo, este proceso es aplicable a muchos sucesos, por lo que es recurrente en nuestra vida: una separación amorosa, un divorcio, distanciarse de un amigo, mudarse de ciudad, todo esto genera un duelo.

Durante una conferencia impartida en Chiapas, la psicóloga clínica Betty Coppola señaló que el duelo es un fenómeno individual y distinto para todos, aunque hay cosas que todos experimentamos en común, sin embargo, no todo el tiempo recibimos esta información y eso nos impide seguir adelante.

“Perder a un ser querido no tiene que generar la necesidad de ir con un psicólogo, un duelo es natural en la vida, sin embargo, el acompañamiento de un profesional sirve para entender qué me produce el duelo personalmente, qué es lo que experimento”.

El duelo se define como una pérdida, no solo de un ser querido sino de otros tipos antes mencionados, ya que desde pequeños, es común que siempre nos hayan enseñado a ganar, lograr, producir; pero no nos enseñan sobre perder y esto es inherente a nuestra vida, ya que desde bebés perdemos la etapa de la niñez al ser adolescentes, la adolescencia al volvernos adultos, y así consecutivamente.

Según diversos autores y estudios, el duelo tiene cinco etapas: negación, culpabilidad y cuestionamiento, enojo, tristeza profunda y aceptación, cuyo orden no es el mismo siempre, tampoco se presentan siempre todas las etapas, sino que es algo personal.

La negación, explica la especialista, puede ser al momento de la pérdida o después, al darnos cuenta de que ya no está, al guardar sus cosas por si regresa, o al no aceptar que las cosas son diferentes.

En la etapa de la culpabilidad y cuestionamiento, empezamos a buscar culpas en los demás, como: “¿por qué mi mamá no le daba sus medicamentos?”, o “¿por qué sus hijos no estuvieron con él?”, lo que puede presentarse en cualquier momento del duelo.

“El enojo viene cuando me doy cuenta de que ya no está, la frustración de no verlo, de no haber hecho las cosas diferentes, va de la mano con las demás etapas y puede ser recurrente, pero es una etapa de este proceso”, señaló.

En cuanto a la tristeza profunda, hay quienes la confunden con depresión, pues presenta muchas señales parecidas: un día estás bien y al otro no quieres hacer nada, no quieres comer, ni vestirte de colores, pero la depresión es una enfermedad muy aparte con otras causas y que requiere ayuda médica, mientras que la tristeza profunda puede estar presente por ratos.

Finalmente, llega la aceptación, cuando ya pasamos por las demás etapas y nos damos cuenta de que no podemos cambiar las cosas pero seguimos aquí, de que no podemos seguir lamentándonos, ya no nos aferramos, aunque no quiere decir que nos olvidemos de esa persona.

“Culturalmente solemos decir que hay que superar el duelo o la pérdida, pero no es así, porque no podemos superar a ese ser querido, es algo cultural decir ya no llores, tranquilo, pero no se puede no sufrir, no experimentar, no llorar, esa es la única manera de vivir el duelo”, señaló.

Finalmente, dijo que el apoyo de nuestros amigos y familiares es sumamente importante, sin embargo una cosa es el apoyo y otra la ayuda, cuando pasan un par de años y seguimos sin salir de ese proceso, es necesario buscar ayuda con un profesional para salir adelante.

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