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  • ALEJANDRA OROZCO

Rechazo, una de las sensaciones que más vivimos


Tuxtla.- Ya han transcurrido varias semanas desde que comenzamos esta sección hablando de la simplicidad de la vida, pasando por las negaciones, ahora toca hablar del rechazo, ya que precisamente somos el segundo país más discriminatorio.

Lakshmi y César comentaron que en todo el país hay estados clasistas, en la propia capital vemos golpizas entre grupos sociales por no saber respetar las costumbres, creencias y forma de ser de cada persona, lo que se clasifica como rechazo.

Nos podemos sentir rechazados por nuestro color, la forma de nuestro cuerpo, el país donde vives, por lo que sabes, pero todos alguna vez hemos sentido rechazo y hemos rechazado a los demás.

“En el abandono, por ejemplo, sentimos un gran vacío y peleamos porque el exterior lo llene, ahora hablando del rechazo, este vacío se llena con un no, nada de lo que hiciste funciona, el exterior dice que no porque está lleno de negatividad y sientes que no mereces ser feliz”, dijo.

Lakshmi dijo que muchas veces te sientes rechazado por tu familia, tu pareja, tu trabajo, pero realmente nadie de ellos te rechaza, sino que tú te sientes rechazado, quizá alguien te dice que no te quiere pero no porque tú no sirvas, sino que tienes que aprender a aceptar, si alguien no te quiere, no quiere decir que los demás tampoco.

“Nuestro corazón se rompe en muchas ocasiones en que las cosas no te salen como quieres, cuando te dejan plantado, cuando llegas tarde a una cita, y ahí es donde debemos darnos cuenta y observar cuánto hemos luchado porque la gente nos acepte”.

Sin embargo, dijo, esa lucha no es sana, pues no te lleva a la paz, vives en fricción constante sin darte cuenta nada ni nadie tiene por qué darte el lugar que te pertenece, eres tú quien lo debe tomar, no los demás.

”Todo ese reclamo es porque tú no crees que vales, una parte de mí no lo cree y tú me lo tienes que confirmar, así pensamos y entonces nos volvemos nuestro peor enemigo, el rechazo en la familia por ejemplo duele más, como cuando tachamos a nuestros papás de viejos o los rechazamos porque nos desesperan, cuando ellos nos han criado con amor”.


Lo primero que hacemos en un momento de rechazo es proyectar, sin embargo lo que debemos hacer es preguntarnos ‘cómo me siento’, incluso, ante actitudes rudas a veces tenemos que rendirnos, vale más tener objetividad y pensar en las posibilidades que solo clavarte en el dolor, miedo y luchar por querer tener la razón, así no fluyen las cosas y es desgastante.

En resumen, el rechazo te orilla a rechazar, pasar por este trago amargo se proyecta a los demás y no estamos mostrando más que rechazo hacia nosotros mismos, por lo que hay que saber cuándo rendirnos aunque no tengamos la razón. La próxima semana, Lakshmi y César hablarán de la culpa, muy a su estilo.

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