- ALEJANDRA OROZCO
Excesos, culpables de problemas de salud
Tuxtla.- Hoy es Día Mundial de la Alimentación, y se calcula que el 77 por ciento de la población en México tiene alguna enfermedad crónica originada por una alimentación deficiente, que carece de vegetales y frutas en la dieta diaria.
Por un lado de la balanza, está el grave problema del sobrepeso y la obesidad, y por otro lado tenemos la desnutrición, por lo que en México ya se reformó un artículo para que se obligue a las empresas dedicadas a la venta de comestibles a que los etiqueten de manera correcta, para que las personas tengan un amplio panorama y conozcan qué están comiendo.
En relación a ello, la nutrióloga Guadalupe Elizabeth Flores Rojas, señala que el 76.3 por ciento de la gente no sabe cuántas calorías debe consumir al día ni en qué alimentos las encuentra; de ellos, solo el 40 por ciento lee el etiquetado de los productos, mientras que el 19 por ciento utiliza la etiqueta nutrimental para basar su compra.
No obstante, el 45 por ciento señala que no entiende el contenido de esa misma etiqueta, por lo que en su mayoría no hacen caso y omiten esa información, que es vital para saber qué estamos consumiendo y así adecuar nuestros hábitos.
Una de las reglas básicas a seguir para una buena alimentación es evita el consumo en exceso de azúcar, sodio y grasa, sin embargo, por lo regular no medimos estas cantidades, ni conocemos cuánto debemos ingerir al día.
Bajarle a los excesos, clave para una vida sana
La sal es un mineral indispensable para el cuerpo, es necesaria para varios procesos vitales, y según la Organización Mundial de la Salud (OMS), su consumo diario recomendado es de 5 gramos, lo que ayudaría a disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
El consumo excesivo de sal está directamente relacionado a enfermedades cardiovasculares, presión arterial alta, colesterol alto, inflación de las extremidades, dolor de cabeza, entre otros.
En cuanto al azúcar, en su forma más popular (azúcar blanca refinada) ya constituye una sustancia altamente procesada, que puede traer muchos riesgos a la salud; según los expertos y algunos testimonios, el ser humano puede eliminar el consumo de azúcar y experimentar mejoras considerables en el ánimo, movilidad y energía.
No olvidemos que el azúcar, en su mayor parte, está compuesto por glucosa; el organismo puede sintetizar glucosa por sí mismo en base a la dieta, de alimentos con carbohidratos como la pasta y el pan. El consumo en exceso de azúcar se asocia a mayor número de causas de muerte, obesidad, diabetes y cáncer, y tiene riesgos en los niños.
Una buena idea para comenzar la reducción de azúcar, es sustituirla por edulcorantes como la estevia que es de origen natural, usar miel, o agregar frutas a las comidas, ya que contienen azúcar natural; en caso de decidir sacarla por completo de la dieta, es mejor hacerlo de forma progresiva porque los cambios bruscos nunca son buenos para el organismo.
En cuanto a la sal, no debe eliminarse, pero si reducirse. Si es posible, se aconseja en forma de sal marina y sal del Himalaya, alternativas menos químicas que sus versiones comerciales más comunes.
¿Existe seguridad alimentaria?
El concepto de seguridad alimentaria significa que todos tengan de manera oportuna y permanente, alimentos para vivir y desarrollarse, por lo que se encargan de buscar algunas alternativas que realmente den solución en el proceso.
Se vigila bajo cuatro pilares: disponibilidad de alimentos (cuántos alimentos hay y cuántos son consumidos), accesibilidad (su costo y si puedes acceder a ellos), consumo (un alto consumo de alimentos calóricos) y utilización biológica (enfermedades generadas por obesidad y retardo de crecimiento).
En cambio, el estado tiene una población indígena importante, sobre todo enfatizando en los pueblos originarios, la mayor parte de ella está en condiciones de extrema pobreza y exclusión social, sin acceso a servicios públicos ni alimentos.
Entre los factores a tomar en cuenta está su posición dentro de la estructura social, en el trabajo, sus condiciones de vida, materiales, de vivienda, ingresos y acceso a los servicios de salud, ya que gran parte de la población no cuenta con ello.
