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  • ALEJANDRA OROZCO

José Ángel perdió la vista tras ser víctima de bullying


Tuxtla.- En días pasados, circuló a través de redes sociales una llamada de ayuda para José Ángel, joven de 14 años de edad que requería apoyo económico urgente para poder someterse a una cirugía y no perder la vista, sin embargo fue demasiado tarde: el daño ya era irreversible.

Es un estudiante alegre, sociable y buen muchacho. Su madre, María Rocío Ocaña, nos cuenta que el pasado viernes 6 de diciembre, le hablaron de la escuela para decirle que el niño tuvo un accidente, alrededor de las 11 de la mañana.

“Los maestros lo llevaron a mi casa en vez de ir directo al médico, lo encontré sangrando del ojo, entonces lo llevamos al hospital Gómez Maza, pero nomas lo limpiaron porque no había medicamento ni material para hacerle algo más. Caminé hasta la Policía Municipal, donde trabaja mi esposo y ahí me apoyaron para llevarlo a una clínica particular, donde le pusieron una intravenosa para parar la hemorragia”.

Ese día, le dijeron que era urgente realizarle una cirugía para salvarle la vista del ojo, y gracias al apoyo y buen corazón de muchas personas, consiguió reunir prestada una fuerte cantidad de dinero para que lo operaran, pero esto fue hasta casi una semana después, lo operaron este jueves, y ya no fue posible salvarle la vista del ojo por el daño que se había agudizado durante todos esos días, en los que además tuvo que estarlo llevando a declarar a la Fiscalía para seguir con la denuncia.

Nadie se hizo responsable

Cuando fue a la escuela secundaria Rafael Ramírez -la misma en la que hace unos meses se desmayaron más de 10 niños-, nadie se hizo responsable, ni siquiera hay director en el turno de la mañana, solo cinco maestros atendiendo a toda la población escolar, pero sostenían que el niño se había caído y se golpeó con el filo de una banqueta, cuando no fue así.

“Cuando él iba bajando las escaleras dice que le hablaron, entonces volteó y sintió el impacto, no saben si era una piedra o una almendra, lo más seguro es que era una piedra porque cuando lo limpiaron, tenía residuos como de arenita dentro del ojo, pero se le desprendió la retina y se le destrozó por dentro”, explicó.

A pesar de que la gente la ha apoyado, todavía tiene la deuda de la cirugía, así como el compromiso de comprarle al menos tres medicamentos de por vida ahora que ya no cuenta con la vista de uno de sus ojos, además, hizo fuertes gastos en estudios, curaciones y otros procedimientos.

Hace apenas unos días, la Secretaría de Educación del Estado los contactó para decirles que se harán responsables de ayudarlos con los gastos y a agilizar el trámite para cambiarlo de escuela, pues ya hay antecedentes a esta agresión: apenas 15 días antes de este ataque, entre varios compañeros lo golpearon en un parque a unos metros de la escuela, y a pesar de acudir con las autoridades escolares a denunciar el hecho y pedir medidas, no ocurrió nada, ni siquiera le pudieron dar los nombres o datos de los agresores para ir a hablar con sus papás.

Exigen justicia

“Mi hijo no es conflictivo, se lleva con todos, entrega su tarea, no entiendo cuál es el odio o la envidia que le tuvieron, ya fuimos a denunciar a la Fiscalía y ahí mi hijo dio el nombre del responsable, a mí no me lo quiso decir porque yo sufro del corazón, pero ya está el proceso... yo lo que pido es que le hagan justicia, porque esos chamacos van a seguir sueltos y luego quién sabe a quién le pueda tocar... él apenas va en tercer año, no es justo lo que le hicieron, dejarlo sin vista, también ya tuve que sacar a mi otro hijo de la escuela por cualquier cosa”, señaló.

Por su parte, José Ángel, tras unos lentes oscuros que ocultan un parche y permanece entre las sombras para no exponer sus ojos a la luz, también pide que se le haga justicia, porque no es un juego lo que le hicieron.

“Me siento triste, porque yo le di mi confianza, y así me paga... nos llevábamos bien, nos hablábamos, no sé en qué momento o por qué agarró pleito conmigo, pero no es justo”, concluyó, esperando que las autoridades hagan su parte.

Si quiere apoyar a la familia Pérez Ocaña, puede hacerlo con algún apoyo económico, o con los medicamentos que necesitará de por vida: Hialuronato de sodio, Gatifloxacino, Fenilefrina- tropicamida y Prednisolona. Comuníquese a los teléfonos 9612744505 y 9611429261.

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