- ALEJANDRA OROZCO
Chiapas, en transición para ser un estado sin plásticos
Tuxtla.- Cada 26 de enero se conmemora el Día Mundial de la Educación Ambiental, tema que últimamente ha estado en boca de todos, pues recién entró en vigor una ley que prohíbe los plásticos de un solo uso, entre otras acciones emergentes para hacer frente a la contaminación y sus afectaciones al ambiente y a nuestra salud.
Se calcula que aproximadamente 15 mil personas mueren cada año en México a causa de la contaminación, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras que la migración a las ciudades sigue imparable, un escenario en el que la educación ambiental se abre paso a ritmo lento.
Para la representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en México, Lina Pohl, el problema en nuestro país no es tanto de percepción, sino de la carencia de estructuras que permitan actuar a la gente.
“México en particular ha tenido avances extraordinarios, aunque no suficientes. Por ejemplo, un elemento esencial en el tema de la educación ambiental es el etiquetado frontal de alimentos, que la gente sepa qué está consumiendo”, aseguró.
Pohl auguró que los etiquetados, en su siguiente avance, contendrán información de cómo se producen los alimentos y de qué recursos naturales se usaron para elaborarlos, y es que a pesar de que nos falta mucho por avanzar en el tema de educación ambiental, estamos ya tomando mayor conciencia, sobre todo los jóvenes, las nuevas generaciones.
La importancia de profundizar en la educación ambiental en los jóvenes también se relaciona con la tendencia migratoria hacia las ciudades, ya que si educamos ambientalmente a los jóvenes en las zonas rurales, ya llevarán una conciencia a las ciudades si emigran.
El Consejo Nacional de Población (CONAPO) de México estima que el país tendrá en el 2050 25.5 millones de nuevos ciudadanos, de los cuales el 12.5 por ciento vivirán en el céntrico Estado de México, colindante con la capital, siendo así el mayor reto actual la sinergia entre el mundo rural y el urbano, sobre todo al contar también con la amenaza del cambio climático.
El panorama en Chiapas
Por otro lado, nuestro estado se prepara para cumplir cabalmente con la ley Antiplásticos, que fue aprobada en el mes de junio del año pasado y su efecto para eliminar de manera total o parcial el uso de plástico en los pequeños comercios será en junio de este año, y a partir de diciembre para los grandes establecimientos.
Ante ello, el subsecretario de medio ambiente y cambio climático, Luis Armando Villanueva Rocha, señaló que cada vez más personas se suman con iniciativas y alternativas a este nuevo estilo de vida, e invitó a los ciudadanos a pensar en dejar atrás las viejas costumbres y comenzar a cambiarlas poco a poco, pensando en nuestros recursos y en las nuevas generaciones.
Por otro lado, empresarios que integran en Chiapas la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) han solicitado a legisladores locales revisar la ley que regula el uso de los plásticos y piden buscar alternativas en su uso, ya que existen puntos y disposiciones de los cuales como gremio empresarial no avalan, pues aseguran que el plástico siempre existirá en la vida del ser humano.
"Se trata de resolver el problema no quitando totalmente el plástico de los establecimientos, sino reciclando y adoptando otras medidas, porque se tiene que buscar alternativas para contrastar esa problemática" mencionó el empresario.
Lo lamentable, dijo, es que aún persiste la falta de cultura en la disposición final de los plásticos de un sólo uso y en eso es lo que se deben abocar tanto la ciudadanía como las autoridades, "no hay multas severas para quienes contaminan con este tipo de material".
Y es que en Chiapas anualmente se genera alrededor de 1.8 millones de toneladas de basura, de esa cantidad cerca del 75 por ciento pertenece a residuos urbanos, es decir que más de 1.3 millones de toneladas proviene de los hogares, de los comercios, de las oficinas, de las escuelas y de todo lo que tenga que ver con ese entorno.
De esa cantidad, una tercera parte, que es alrededor de 433 mil toneladas, lo constituyen los desechos sólidos fabricados a base de plásticos, lo cual abarca botellas PET, bolsas, envolturas, unicel, películas de polietileno, entre otros derivados de un solo uso; de esa cantidad menos del 10 por ciento se recicla.
Lo lamentable es que de todo el plástico de ese tipo que se desecha de las ciudades, la mayor parte no es tratada de manera correcta y cuando no llegan a los tiraderos, terminan en las calles, los lagos, lagunas, arroyos, ríos y en el mar generando una grave contaminación.
Una prueba de ello es que anualmente de las aguas del Cañón del Sumidero se extraen más de 400 toneladas de desechos sólidos conformada solamente por botellas PET, bolsas de plástico, popotes, pañales desechables, envases de agroquímicos, juguetes, entre otros, que aparte de ser un problema para el turismo, constituye también un agudo problema de contaminación de las aguas del Río Grijalva.
Autoridades ambientales en el mundo calculan que para el 2050, casi el 99 por ciento de las aves marinas hayan ingerido plástico, pues el plástico sobre el mar perjudica a más de 600 especies marinas, 15 por ciento de esas especies que han sido afectadas, ya sea por ingestión o enredos con basura marina, están en peligro de extinción.
Con esa iniciativa Chiapas se suma a la Ciudad de México, Querétaro, Baja California, Chihuahua, Sonora, Durango, Tamaulipas, Veracruz, San Luis Potosí, Jalisco y Nuevo León en prohibir el uso del plástico de un sólo uso.
