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Las mariposas Monarca vienen a descansar


El Rosario, Mich.- El juego de luces y sombras del bosque descubre a esos seres de apenas medio gramo de peso, son las mariposas Monarca, que recorrieron el equivalente a 14 mil vueltas a la tierra para llegar a posarse en los bosques de pinos y oyameles de esta región michoacana.

El esfuerzo por conservarlas es compartido por ejidatarios, organizaciones civiles como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) y el gobierno, pero no es suficiente, hay que continuar la reforestación y la administración de visitantes de diferentes partes del mundo, para que no pongan en riesgo este ecosistema singular.

Para su conservación, según explica la WWF, en su página oficial, se creó un fondo de cinco millones de dólares aportados por la fundación David y Lucille Packard; el gobierno mexicano donó otro millón y 250 mil dólares los estados de México y Michoacán, cada uno, al que se ha sumado Fundación Telmex.

El biólogo Eduardo Rendón Salinas explica a un grupo de visitantes lo que significa la Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca, único santuario en el mundo con estas características.

“Deben estar sombreaditas y sin luz, ellas vienen a descansar”, revela el experto, quien desde los años noventa realiza trabajos de investigación sobre el ciclo de vida de esta especie, vigilando toda la ruta migratoria para llevar un registro de su salud y peso.

Las mariposas planean en lugar de aletear, eso les permite recorrer grandes distancias aprovechando las corrientes de aire, reservando más del 500 por ciento de su energía para continuar el ciclo reproductivo que desarrollarán en los bosques mexicanos, donde el macho inseminará a la hembra.

Los ciclos de la monarca, consisten en cinco, cuatro generaciones de adultos no reproductivos y uno que se reproduce. Durante el apareamiento el macho accede a la hembra y requieren estar descansados para realizar esta tarea reproductiva, al término de la cual él muere.

“Donde hay humanos, están las mariposas Monarca”, indica Eduardo Rendón Salinas al explicar que las rutas migratorias alcanzan el sur del continente americano.

Ellas coadyuvan al proceso de polinización de las plantas. Hace algunos años se detectó la reducción de las colonias y al investigar en 2013 y 2014 se constató que en Estados Unidos estaban destruyendo las flores que les sirven para tomar el néctar que las mantendrá con vida durante el trayecto, ya que ellas no vuelan durante la noche, son diurnas.

En Michoacán y Estado de México el trabajo de conservación ha contribuido a incrementar su número, ahora se les puede ver no sólo en la cima de los bosques, sino también en los pequeños poblados que circundan la reserva. Eso es un buen signo, los habitantes han aprendido a respetarlas y cuidarlas. Ellos las conservan, ellas les dan un modo de vida que les permite arraigarse a sus comunidades.

La mariposas hibernan cinco meses, de noviembre a marzo, la mayoría produce la hormona que empieza la reproducción con el apareamiento en México, cuando llegan a Estados Unidos ponen sus huevecillos en un algodoncillo.

“Esta especie de planta es tóxica para los vertebrados, pero las larvas al librar esta barrera ecológica, esos metabólicos se quedan en sus escamas y son tóxicos para las aves como las calandrias y el pinzón, quienes son depredadores naturales, al comerlas mueren intoxicados”, explicó Rendón Salinas.

El ciclo normal de una mariposa es de un mes, en el caso de las Monarcas migratorias alcanza los ocho meses. En 2015 las condiciones meteorológicas de la región de la biósfera provocaron una gran mortandad, de ahí la necesidad de crear más viveros para reforestar y que ellas tengan dónde guarecerse.

Como datos destacables, recuerda el experto, en 2005 un hombre hizo el mismo recorrido emulando a la Monarca, volando en parapente desde el norte hasta México y en 1996, la televisora oficial de Reino Unido, la BBC de Londres, intentó volar un helicóptero pequeño para hacer tomas desde el aire.

Pero Rendón Salinas se los impidió, “me odiaron por eso, (pero) aquí está prohibido volar drones, porque las pone en riesgo. Imagínense si hubiera volado el helicóptero, los daños que hubiera causado”.

Homero Castro García, guía ecológico, nieto de uno de los ejidatarios propietario de un trozo de esta reserva, habla suavemente en voz baja para no interrumpir a las Monarcas en su hábitat a mas de mil 500 metros sobre el nivel del mar. Dice que los machos son más atractivos que las hembras pues tienen colores más brillantes.

El Santuario visitado por millones de esta especie alada está restringido al paso de los seres humanos, hay un sendero que se corta, en el camino se observan cientos de mariposas descansando o que ya murieron, sus diminutos cuerpos alimentarán esta tierra, para que el ciclo de la vida no se interrumpa.

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