- ALEJANDRA OROZCO
“El final” de la cuarentena
Tuxtla.- El puerperio es el nombre que se le da al tiempo desde que el bebé nace en que se identifica, adapta y aprende junto con sus papás, comúnmente se le denomina cuarentena, aunque puede ser más tiempo, incluso un año que dura este periodo. Hoy, “termina” nuestra cuarentena, se cumplen 40 días desde que Elisa vino al mundo.
Por las circunstancias actuales, no podemos hacer la tradicional presentación en la iglesia, y tampoco podemos salir al mundo así como así, es un decir que terminó este periodo, aunque seguiremos encerradas hasta que pase la contingencia por el Covid-19.
He estado ocupando este tiempo libre (porque Elisa no es una bebé tan demandante, es feliz comiendo y durmiendo todo el día) en ver videos, documentales, consultar aplicaciones y leer sobre el fascinante mundo de la maternidad, y aunque se consideran los 40 días, la realidad es que la aventura apenas comienza.
Así como durante nueve meses fuimos una sola, conectadas físicamente por el cordón umbilical, al momento de nacer nos separamos pero seguimos unidas por el alma, según comenta la autora Laura Gutman, son otros nueve meses de este proceso de ser mamá-bebé y bebé-mamá, es decir, seguimos siendo una sola gracias a este vínculo espiritual.
Este concepto me gustó mucho... imaginar que seguimos siendo una, que ella es un espejo de lo que yo pienso y siento, aunque también es un doble reto, pues mis angustias, miedos y preocupaciones también se los puedo transmitir.
La cuarentena o el puerperio significan una ambigüedad: te empiezas a adaptar a tu bebé y viceversa, pero se establece una relación única y bonita que todas afirman que voy a extrañar dentro de poco, pero también te redescubres como mujer, ya no vuelves a ser nunca la misma que eras antes de vivir este proceso: ahora eres una madre.
Créanme, apenas me está cayendo el veinte... es difícil asimilar que procreé y traje vida a este mundo, verla dormir y reconocer mis ojos, mis manos, mis dedos en ella, verla tan perfecta, tan frágil y rezar por que siempre esté sana y salva, que no sufra y que siempre esté protegida, ponerte en segundo término y ponerla a ella en primer lugar.
Así que así seguimos... aprendiendo una de la otra, conociéndonos, creando nuestro propio lenguaje, acoplándonos y encerradas, esperando a que pase esta situación para poder salir al mundo, pasear, visitar, ser visitadas, estar en familia junto a Rodrigo y vivir todas las etapas que vienen, esperando que Elisa sea un individuo pleno e independiente, pero siempre cerca de mi.
