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Descubren una nueva especie de hongo en un desierto australiano
Sidney.- De diminuto tamaño –menor a un milÃmetro–, los hongos amenoides o protozoos ameboides, que viven en forma de amebas, suelen pasar desapercibidos. Los cientÃficos recurren a cultivos de sustratos vegetales en cámara húmeda para poder detectarlos, sobre todo en el momento de la reproducción cuando forman cuerpos fructÃferos con esporas microscópicas.
Por ahora se conocen más de mil especies en el mundo de estos mixocetes, la mayorÃa encontrados en suelos forestales donde contribuyen a la descomposición de la madera o la corteza. Aunque hasta el momento se asociaban a bosques templados o tropicales, se han descubierto también en lugares donde las condiciones ambientales son extremas, como la Antártida o el desierto de Atacama, en Chile.
AsÃ, en colaboración con el proyecto español Myxotropic y el australiano FloraBase, los investigadores Carlos Lado, del Real JardÃn Botánico (RJB) del CSIC, y Karina J. Knight, del Western Australian Herbarium, han descubierto una nueva especie, Clastoderma confusum, que habita en el desierto Little Sandy de Australia en condiciones ambientales extremas.
La especie de 0,4 mm se encontró sobre la corteza de árboles endémicos australianos, como Acacia aneura o Callitris collumellaris, una conÃfera nativa de estos territorios áridos. Por el momento, la distribución conocida de la especie de mixomicete se limita a unas pocas localidades de ese continente, pero se sospecha que puede ser más amplia, teniendo en cuenta que los desiertos y zonas semiáridas ocupan más del 30 % del continente australiano.
El nuevo hongo se ha dado a conocer en un volumen especial de la revista Nuytsia, dedicado a los 50 años de descubrimiento botánico en Australia.
Una especie controvertida
Según Carlos Lado, inicialmente la especie fue encuadrada en el género Cribraria debido a su red, rÃgida y brillante, que guardaba un extraño parecido con otra especie de este género, Cribaria confusa.
Sin embargo, tras un detallado estudio con microscopÃa electrónica de barrido, se demostró que los especÃmenes correspondÃan al género Clastoderma debido a la perfecta red que posee, y que tenÃa su origen en el capilicio y no en el peridio o membrana de protección del cuerpo fructÃfero, como ocurre en Cribraria.
Con anterioridad, el investigador recuerda que ya se habÃan producido confusiones de este tipo, pero gracias al empleo de estos equipos de alta resolución, se ha podido aclarar el origen de sus estructuras.
Clasatoderma es un género con apenas tres especies conocidas en todo el mundo, y generalmente distribuidas por el hemisferio norte. El hallazgo de esta nueva especie amplÃa su distribución al hemisferio sur, lo que unido a su preferencia por ambientes áridos extremos, abre nuevas interrogantes e hipótesis de trabajo en la biogeografÃa de estos microorganismos.