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  • ALEJANDRA OROZCO

Chipilín, manjar chiapaneco

Tuxtla.- Uno no puede hablar de la gastronomía de Chiapas sin mencionar el chipilín, una planta que tiene muchas propiedades medicinales y nutricionales, presente en muchos platillos ya típicos en nuestra tradicional cocina, y por lo mismo no podía pasar desapercibida, es así como se celebró este viernes el primer Festival del Chipilín, en el que se pudo disfrutar este platillo en todas sus formas y presentaciones.


Lucero Aguilar Paredes, cocinera tradicional y amante de la cultura tuxtleca, señaló que no solamente es importante el ingrediente para la gastronomía, sino que el evento es una idea fantástica para darle otros usos a esta hierba que consumimos cotidianamente, que antes solo se comía en bolita, en tamal y con puerco, ahora pudimos ver un sinfín de platillos y bebidas.

“Hicimos tamal de chipilín con queso, con pollo y con frijol, lo hicimos con frijol tierno, con tasajo, en pastel azteca, en arroz con camarón, chicharrón en salsa verde, todo con chipilín, y agua de pepino, limón y chía con este ingrediente, todo quedó delicioso”, señaló.

Además, pudimos degustar este ingrediente en pizzas, en butifarra, en aguas frescas, con arroz, en caldo, en empanadas, todo hecho por manos chiapanecas, tanto cocineras experimentadas como emprendedores, que quisieron aprovechar al máximo las propiedades que tiene y crear recetas nuevas y deliciosas.

José Andrés Narvaez, propietario de un restaurante de comida japonesa, fusionó este tipo de gastronomía con el ingrediente chiapaneco, para degustar y experimentar con los sabores orientales, hizo makis fríos y fritos, gyosas con masa de chipilín, que se hace al secar y licuar la hoja, también pasta de chipilín con puerco dulce, dijo que se pueden manejar distintas receta porque es una hoja muy social para combinar con otros alimentos, además de ser buena para los nervios por su efecto somnífero.


El chipilín se considera un quelite, esto son las hojas, brotes, retoños, tallos y hasta flores de diversas herbáceas que en México se consideran comestibles, excepto contadas excepciones, son hierbas silvestres, esto quiere decir que no se cultivan, sino que se recolectan; sus hojas contienen niveles altos de minerales como hierro, calcio y magnesio, tXambién contienen niveles altos de vitaminas del grupo B, incluyendo tiamina, niacina y riboflavina, además de vitamina C y beta caroteno.

Incluso, su nombre tiene leyenda: es de origen de la lengua Náhuatl (Chepel’ixh), y según cuentan las personas mayores de algunas comunidades del estado, este nombre se le atribuye a una historia antigua donde una princesa fue obligada a casarse con el dios de la lluvia (Dios Chac), quien maldijo al pueblo con una hambruna mandando nubes y lluvia, para evitar esa tragedia la princesa (Chepel’ixh) se sacrifica casándose con él para evitar que la maldición cayera a su pueblo.

Pero todo fue un engaño para evitar que la princesa se casara con otro y así también que admiraran su belleza, al darse cuenta la princesa (Chepel’ixh) del engaño se sacrificó a los ojos de la luna y convirtiéndose así en chipilín que significa hojas de luna, afortunadamente no es inalcanzable para nosotros, lo puedes encontrar en cualquier mercado, en cualquier temporada, para deleitar tu paladar.

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