Detectan mal de Chagas en murciélagos de El Zapotal
- RUBÉN PÉREZ
- 8 dic 2022
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Tuxtla.- En la actualidad, una de las preocupaciones es que el mal de Chagas se expanda a zonas urbanas como ya ocurre en la parte de la Reserva de El Zapotal, en Tuxtla Gutiérrez, aseguró José Antonio de Fuentes, investigador del Instituto de Ciencias Biológicas de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach).

Aunque el Chagas es considerada como la enfermedad de los pobres, debido a que tiene mayor presencia en zonas donde los servicios de salud son precarios y las condiciones de vida también, resaltó que, a través de estudios, han descubierto que la chinche besucona que transmite el parásito, ya tiene presencia en otras regiones como Berriozábal, Ocozocoautla, Copainalá, entre otros.
De manera oficial, reveló, se habla que en el mundo hay cerca de 7 millones de personas infectadas, sin embargo comentó que, como en muchas ocasiones no hay campañas de control más efectivos, la cifra sería más elevada.
De ese total, reveló, México presenta más de un millón 100 mil personas diagnosticadas con Chagas, la mayor parte de las cuales está ubicada en el Sureste, y sobre todo en estados como Chiapas.
En cuanto a la detección del parásito, reveló que se realizó un estudio en cerca de 120 murciélagos que están en El Zapotal, cerca del Zoológico Miguel Álvarez del Toro, y se descubrió que el 20 por ciento estaba infectado.
Aclaró que, de hecho, han efectuado algunos estudios en diferentes zonas del estado, para detectar las variaciones del insecto que transmite el mal, la chinche besucona.
El Chagas se trata, contó, de una infección ocasionada por un parásito, el cual se transmite por unos insectos conocidos como chinche besucona, misma que se alimenta de sangre y defeca casi de forma instantánea en el área donde picó.
HABITAN EN ZONAS MARGINADAS
Además, es común que estos insectos vivan o se reproduzcan en zonas muy marginadas o pobres, sobre todo en casas de adobe, madera o palma, y se esconden en agujeros o grietas.
Cuando la gente duerme, esas chinches pican a las personas y luego defecan, “la picadura no se siente, pero sí se genera una comezón muy llamativa, entonces la gente se rasca en la zona donde le picó y es como ese parásito puede ingresar al cuerpo”.
Una vez que eso sucede, éste se multiplica y comienza a rondar por todo el sistema circulatorio; “en estos casos, ocho de cada 10 personas no tienen síntomas, y los que sí sienten dolor de cabeza, vómito y otros que no son tan específicos”.
A los tres meses, dijo, el parásito deja de circular en la sangre y se dirige a los órganos, pero ataca principalmente el corazón, hasta que pueda provocar la muerte en la persona.
Tuxtla Gutiérrez, Ocozocoautla, Berriozábal, Copainalá y Amatenango de la Frontera, son algunos lugares donde la enfermedad del Chagas se ha hecho presente. “Pero hay muchos lugares más en el estado”.
En el caso de las infancias, declaró que la sintomatología es similar, por lo que la etapa crónica o de muerte llegaría entre los 10 y 15 años después de haber sido picado, “la gente cree que no tiene nada, pero resulta que sí tienen ese mal”.
Comentó que uno de los lastres es no contar con las suficientes pruebas o diagnósticos, sobre todo en esas zonas marginadas donde incluso no existe una adecuada atención de salud.
Lo que en la mayoría de veces hacen las personas afectadas, agregó, es tomar remedios caseros para quitarse el dolor de cabeza, cuando el parásito ya se multiplicó y afectó los órganos, como el corazón. “Ya acuden al médico cuando es demasiado tarde”.
En caso de detectar una chinche besucona, recomendó meterlas en tubos de plástico, con el apoyo de una pinza o palitos, “nunca con la mano, y avisar a los centros de salud más cercanos”.
Otra cuestión que se tiene que reforzar, dijo, es lo concerniente a campañas de difusión para conocer al insecto, y de esa forma la sociedad esté prevenida y sepa qué hacer si los ve.









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