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  • ALEJANDRA OROZCO

Ediberto Gutiérrez, recordando lo mejor de San Fernando

Tuxtla.- Ediberto Gutiérrez es originario de San Fernando, a 15 kilómetros de la capital, un municipio tan cercano pero a la vez tan diferente a Tuxtla, que se ubica a 800 metros de diferencia de altura que hace que cambie radicalmente el clima, un lugar donde amanece súper rico, aunque ahorita los calores les pegan un poquito, pero no a la misma intensidad, él nació en el rancho San Francisco, a sie7e kilómetros de la cabecera, el rancho de sus abuelos, nace ahí y se queda a estudiar la primaria y secundaria, como no había preparatoria, sus papás le echan la mano con venirse a estudiarla a Tuxtla, pero tenía que buscarse un trabajo porque eran de escasos recursos.


“Agarré mi bolsita al hombro y vámonos a buscar trabajo, me acuerdo muy bien que en una zapatería sobre la segunda poniente y sexta sur vi un letrero que decía, se solicitan auxiliares en despacho contable, toqué la puerta del contador Arturo, no sé que cara me vio y me dijo te voy a apoyar, yo no sabía hacer nada pero tenía todas las ganas, ahí trabajé los tres años de preparatoria, me ayudó mucho combinar la práctica con la teoría pero era un problema, porque salía de mi casa a las 5 de la mañana, se hacían dos horas de fila para agarrar el microbús de San Fernando a Tuxtla, pues no había tantos camiones como ahorita, llegaba antecito de las 8 al despacho, estaba hasta las 2, ahí comía y de 4 a 8 estudiaba la preparatoria en el colegio Gilberto Velázquez, sobre la tercera sur y séptima poniente”, recuerda.




Saliendo, dice que se iba caminando a donde estaba La Fuente, ahí esperaba el ride porque no habían camiones, cuando bien le iba, en un coche, cuando no en un camión o en algo, llegaba entre 9 y 10 de la noche, lo dejaban sobre la carretera y caminaba media hora hasta su casa, atravesando el pueblo, la rivera Copalar, llegando finalmente entre 10 y 12 y a esa hora se ponía a hacer la tarea, porque al otro día tenía que trabajar… se dormía a la una, dos de la mañana y se levantaba a las cinco, esa rutina la tuvo tres años y le enseñó a valorar las cosas, pues cuando cuestan y se llega a la meta se valora, cuando le entregaron su certificado de prepa fue emocionante, porque le había costado muchísimo.


“Yo le diría a mi yo de la infancia que se divirtiera un poquito más, que viviera su adolescencia, yo no tuve tiempo de vivirla, no conocí el cine hasta la universidad, o un antro hasta que algún amigo me dijo vamos y yo no sabía qué era eso, mi tiempo estaba tan empleado en lograr mis metas que no me dio tiempo de disfrutar, a veces digo, qué hubiera pasado si me hubiera divertido un poco más, tal vez no hubiera tenido lo que tengo, pero sí le diría disfruta un poco más, la vida no solo es trabajar, pero así era la vieja escuela”, señaló.

En contraste, hoy día ve a una juventud a la que le importan más los likes de sus publicaciones que leer un libro, ser youtuber en vez de tener una profesión, irse a los antros antes que buscarse un pasatiempo que les pueda redituar en algo, él cree que desde ahí está mal la sociedad, ha caído en un bache inmerso en tanta tecnología, que no se sabe cómo salir de ahí, hoy un joven difícilmente agarra un libro, más bien andan inmersos en ganar dinero a través de los likes, les importa muy poco el mundo que los rodea, él cree que ahorita se tiene que aprovechar para hacer un llamado a la juventud de que hay otras cosas, hay más allá, por ahí decía alguien, qué pasaría si se da un ayuno de redes sociales un día, hay tantas cosas por hacer, proyectos por emprender y a los jóvenes de hoy no les importa.

“Hablando de las cuestiones políticas, no les importa quién va a gobernar, quién va a ser presidente, gobernador, en manos de quién vamos a dejar los próximos seis años a nuestra sociedad, no se meten a analizar el contexto geopolítico, la sociedad en que vivimos, son seis años, por qué no hacer un análisis, ver la trayectoria de cada personaje, elegir a quien le voy a depositar mi confianza, luego nos quejamos cuando ni siquiera nos dimos la molestia de ir a votar, el presidente actual es el que ha tenido la mayor cantidad de votos en términos de porcentaje de la lista nominal con el 60 por ciento, pero un 40 por ciento no salió a votar, ahí es donde estamos mal, todo mundo nos quejamos de la economía, inseguridad, pero qué estamos haciendo nosotros, cada quien en su entorno podemos hacer algo, no dejarlo todo en manos del gobierno, como entes sociales en nuestro ámbito podemos hacer muchas cosas, si nos pusiéramos a trabajar las cosas serían diferentes, hay que cambiar la dinámica”, señaló.

En San Fernando, hace 20 año recuerda que le gustaban las mañanas con lluvias, cierra los ojos y trata de recordar esas noches lluviosas en casa de sus abuelos, en la lámina arrullándolo y levantarse con ese olor a tierra mojada, a montaña húmeda que solo puede dar la naturaleza, aún así San Fernando sigue manteniendo muchos lugares bonitos, no solo es clima, hay otras cosas, todavía tienen la costumbre los domingos en el mercado de que bajan todas las comunidades a ofrecer sus productos: verduras frescas, animales, gallinas, guajolotes, marranos, bajan las amas de casa al centro a comprar la despensa, es una fiesta los domingos, llega mucha gente de Tuxtla o de lugares cercanos a comprar sus verduras, una tradición muy bonita.

“San Fernando también es cultura, tradición, hay una fiesta muy bonita el 2 de febrero de la Virgen de Candelaria, hoy día es una fiesta que año con año ha ido creciendo, este año desfilaron 8 mil mujeres vestidas de sombrero de charro, camisa bordada y enaguas, la fiesta es el 1 y 2 de febrero, ha ido arraigándose y año con año va trascendiendo, llega gente de muchos municipios a celebrar y bailar por el centro, festejando a la virgen; también es gastronomía, subes de Tuxtla por la Cañada y hay muchos restaurantes de barbacoa, carne asada, quesadillas, desayunos de casa, frijolitos, huevitos, encuentras de todo, muchos restaurantes gracias a la publicidad que ellos mismos se han dado poco a poco los consumidores los llenan, el sábado y domingo sobre todo, entre semana también”, añadió.


Dijo que su municipio también es turismo, con las albercas de las pirámides, donde puedes acampar, una cueva en la comunidad Cuauhtémoc que es preciosa, ahí nace el agua, que corre un río y atraviesa algunas comunidades, a los que les gusta el senderismo, acampar, hay por dónde, es un turismo de naturaleza, donde se puede estar en paz, en tranquilidad, sobre todo su gente bonita, San Fernando todavía es un pueblo en el que se puede confiar, que dice: vamos a votar por esa persona porque creemos en su proyecto, es un pueblo sensible, dijo que quiere mucho a su gente, a su pueblo.

“Como todos en la vida tenemos sueños, no me puedo quejar, en la vida gracias a Dios nos ha ido bien, actualmente me dedico a la comercialización de carne, engordamos, procesamos y distribuimos el ganado a las carnicerías, un sueño que he tenido es ser presidente municipal de mi municipio y para eso te tienes que meter en el ámbito político, yo creo que es válido, desde un lugar como esos donde tú puedes devolverle un poquito a tu gente que está tan dañada, porque lamentablemente nuestra gente está dañada por políticos que sus aspiraciones han sido diferentes a las de servirle al pueblo, que han llegado a saquear el recurso que le pertenece al pueblo, es válido que la gente esté dañada, habemos otro tipo de personas que tenemos otro tipo de sentimientos, lo que a mí me mueve es poderle servir a mi pueblo”, detalló.


Dijo que ha trabajado en instituciones de gobierno donde ha manejado recursos y siempre ha salido limpio, recuerda que hace nueve años que participó, su padre lo llamó, un hombre muy religioso, le puso el brazo en el hombro en el patio de una casa sencilla, y le dijo que no estaba de acuerdo, pero respetaba su decisión, solo le pidió dos cosas, pues hasta ese día había sido pobre pero jamás había manchado el apellido de su padre, los vecinos no le podían reclamar que le robara o le debiera a alguien, le dijo que el problema no es entrar, sino cómo vas a salir, le pidió que saliera igual, con la cara levantada, viéndole al pueblo de frente y decir: yo les cumplí, lo que he ganado me lo he ganado con el sudor de mi frente, y eso lo tiene bien grabado en el subconsciente, la Biblia lo dice, el obrero es digno de su salario, a mayor remuneración, mayor responsabilidad.

“Yo creo que es suficiente el sueldo que uno percibe ahí para vivir en paz, administrarlo sabiamente a través del ayuntamiento a favor de la ciudadanía, sé que es un reto difícil porque necesidades hay muchas, pero poco a poco, paso a paso”, finalizó, con la promesa de volver a este medio para tener una plática más profunda cuando sea tiempo de hacerlo.

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