El evento que no fue

AFP
25 oct 2019
2 Min. de lectura

Annete Lewis

Arrancó pues el Encuentro Nacional Deportivo Indígena en Comitán, con el momento chusco de la foto pirateada pues, que al final solucionaron como debiera, pero que deja en evidencia que alguien está dejando de hacer su trabajo; pero, no es lo peor, vaya que si se lucieron en un tema en específico dejando en evidencia que, ser tantos haciendo “sugerencias” muchas veces es contraproducente.

De inicio, en Encuentro Nacional Deportivo Indígena ha perdido su esencia. De aquel evento que surgió con el fin de atender a quienes pertenecen a una etnia y que practican deporte; es decir, ya no hay indígenas haciendo deporte, sino deportistas haciéndose indígenas, con tal de sacar ventaja por los artilugios que tergiversaron en la convocatoria para que este evento perdiera su origen.

En fin, pero lo que parecía que sí rescataba actividades en las que se rescatan tradiciones y costumbres, como los juegos autóctonos, esos se suspendieron porque no hubo recurso, bueno, no se completó el recurso porque si ya les dio para mandar a hacer playeras para ese evento y las lucieron en una presentación previa al arranque, evidentemente la cancelación no responde a que no estuviera el recurso, quizá se gastó en otra cosa.

Y que conste que nadie dice que se lo hayan gastado en el Indeporte, no se vayan a sentir señalados, porque ya nos contaron que andan demasiado sensibles.

Es decir pues, se ve muy bonita la foto de un ícono del deporte en Comitán, el Sr Cuahtémoc Alcázar, recorriendo Comitán con la playera alusiva al Encuentro Nacional de Deportes Autóctonos y Tradicionales, que se suponía se debería estar realizando a la par del Encuentro Deportivo Indígena; es curioso, pero así sucedió.

Si ya sabían de la cancelación de dicho evento, lo ideal era guardar en una cajita esas playeras y hacerle como un día hizo Martha Ruth Flores, que cuando fue directora del Indeporte, se metió a la bodega, hizo paquetes de la ropa del sexenio anterior y la rifó en el Día del Burócrata entre sus empleados, eso sí, les prohibió que las usaran en la oficina porque eran bordadas con la propaganda gubernamental del sexenio anterior.

En fin que, inició torcido este evento desde la cancelación de uno y que el otro lo remendaron y hasta una foto se piratearon pensando en que “nadie se daría cuenta”; de risa, son tantos como para cometer tantas tonterías.