El Séptimo arte en el Sie7e:: Die, my love de Lynne Ramsay
- EDDIE RINCTOYA
- hace 3 horas
- 3 Min. de lectura
Una parte de mí es ahora tuya. La que queda no la conozco. Vago en mi hogar, entre caminos desconocidos, donde mi nombre es nuevo y la oscuridad, mi mejor claridad.

Llega a las salas Die, my love, la película más reciente de una de las directoras más controversiales y directas del cine contemporáneo: Lynne Ramsay, cineasta que nos ha llevado a historias crudas, retratando aquello que la sociedad no quiere ver. Quizás por eso ha permanecido al margen del reconocimiento masivo, aunque su estilo es inconfundible y profundamente autoral.
¿De qué trata?
En un pueblo rural, una mujer vive atrapada entre la maternidad, el deseo y la psicosis. Su hogar, lejos de ser refugio, se convierte en un espacio de asfixia emocional. Mientras cuida a su hijo y convive con su esposo, su mente se fragmenta: imagina, delira, desea y odia.
Su directora
Lynne Ramsay es una directora y guionista escocesa. Aunque su filmografía no es extensa, con apenas cinco largometrajes, ha construido una obra poderosa y reconocible. Sus personajes exploran temáticas complejas: la vivencia psicológica de la maternidad, la infancia interrumpida, la violencia oprimida o liberada, la muerte en vida y la locura en sus múltiples transformaciones.

En muchas de sus películas, las historias se presentan de forma no lineal, lo que refuerza la narrativa de personajes fragmentados. Sus encuadres y montajes están cargados de simbolismo emocional, y en ocasiones se adhieren como una extensión del cuerpo o la mente de sus protagonistas. El diseño sonoro, siempre preciso, genera una tensión que incomoda y envuelve al espectador.
Algunas de sus cintas más destacadas son We need to toak about Kevin (2011), su película más conocida y aclamada internacionalmente; You were never really here (2017), donde Joaquin Phoenix interpreta a un sicario traumatizado; y su debut Ratcatcher (1999). La mayoría han sido celebradas en festivales como Cannes, Sundance y Toronto, ha recibido premios como el BAFTA y el Premio del jurado en Cannes.
En Die, my love
La película aborda un tema cada vez más recurrente en el cine contemporáneo: la maternidad y la depresión posparto. Ramsay lo lleva a su terreno: un viaje que nadie quisiera vivir, donde la depresión y la psicosis se manifiestan sin exageración, pero con una crudeza que conmueve. Lo que muestra va más allá de la compresión racional: una enfermedad que invade como si, al momento de dar a luz, algo desconocido entrara en su lugar. Una psicosis que comienza a nacer y no dura nueve meses.

Para ello, Ramsay escoge a dos actores que han ganado reconocimiento por sus elecciones arriesgadas. Jennifer Lawrence interpreta a la madre con una carga emocional intensa: un personaje complejo, lleno de matices, con una personalidad fuerte, deseante, explosiva, imperativa y extrovertida. Como un animal salvaje que busca explorar todo lo que la rodea. Cuando la depresión y la psicosis llegan, todo se convierte en una vivencia de pesadilla. Ella no se reconoce. La línea entre realidad y delirio se borra. Lo que alguna vez fue un bosque extenso se convierte en una deforestación sin control.
Robert Pattinson interpreta al esposo, actor que aún carga juicios por su pasado actoral, pero que aquí demuestra solidez. Su personaje de padre, una pareja que no logra comprender lo que ella vive. Ve ajeno el dolor, incluso duda de su autenticidad. Está a su lado, pero solo en los buenos momentos. Y ese es uno de los puntos más dolorosos de la cinta: hay parejas que están… y no están. Porque el dicho “en las buenas y en las malas” va mucho más allá de las palabras.

En recomendació
Die, my love transmite el dolor, la psicosis y la pérdida de identidad de una mujer al convertirse en madre. Inspirada en la novela de la escritora argentina Ariana Harwicz, la historia se despliega en ese tono poético, caótico y autoral que solo Lynne Ramsay puede ofrecer, además de ser producida por Martin Scorsese. Esta no es una película que se disfruta, pero sí una que se necesita ver. Podría parecer pesada por su narrativa para algunos espectadores, pero todo forma parte de lo que quiere contar: una enfermedad que aún no se logra ser comprendida. Para sacarla del desconocimiento, para que quienes la padecen sepan que no están solas. Que, en el camino, las acompañaremos.





