top of page

El Séptimo arte en el Sie7e: Drácula de Luc Besson

  • EDITORIAL
  • 15 ago
  • 3 Min. de lectura

Hay historias que la existencia borra por no ser dignas de contarse. Pero la eternidad, terca y silenciosa, siempre recuerda el relato de nuestro amor: inefable y perdurable.

ree

A lo largo de la historia del cine y de la vida misma, se han narrado miles de historias, sin embargo, hay una que siempre se vuelve a contar, como si esta estuviera tatuada en nuestra sangre. Hablamos de Drácula, un relato que ha sido llevado al cine más de 200 veces y que, bajo la dirección de Luc Besson, regresa en una nueva adaptación a la pantalla grande.

¿De qué trata?

La historia sigue a un príncipe enamorado que parte a la guerra y le pide a dios que proteja a su esposa. Ella muere en su ausencia y él, consumido por la ira y el dolor, renuncia a dios. Como castigo, es condenado a la vida eterna como Drácula. Durante 400 años, este ser maldito recorre el mundo esperando reencontrarse con su amada.

Su director

Luc Besson es un guionista, productor y director de cine francés, considerado uno de los cineastas franceses mas influyentes de las ultimas décadas. Su filmografía abarca géneros diversos como: acción, drama y fantasía épica.

ree

Es uno de los máximos exponentes del movimiento francés Cinéma du look, caracterizado por una estética visual intensa, con colores saturados, iluminación dramática y escenarios urbanos. Sus películas suelen presentar personajes solitarios en conflicto con el sistema, muchos de ellos protagonistas femeninas fuertes.

Entre sus obras más reconocidas mundialmente se encuentran Léon (1994) y El quinto elemento (1997).

En Drácula

Besson se aleja del lado violento y asesino del vampiro más famoso de la historia para centrarse en el duelo por la pérdida del amor. En palabras del propio director, quiso dejar de lado lo oscuro del personaje y enfocarse en una adaptación mas romántica.

Sin embargo, ahí es donde surge una incongruencia: durante toda la película vemos al conde Drácula desesperado por encontrar a su amada, pero cuando finalmente lo logra, el desenlace y “la liberación” suceden de forma abrupta, como si lo que no comprendió en 400 años lo descubriera en menos de un día.

En esta versión, empalagosa por momentos, Besson añade dos elementos que no contribuyen a mejorar la adaptación: los sirvientes del castillo y una fragancia que utiliza Drácula, evocando más a El Perfume (2007) de Tom Tykwer que al mito vampírico.

ree

Por momentos, parece que Besson quiere contarnos la versión suave de otro vampiro y no la de Drácula. La desesperación y el odio hacia Dios se diluyen en escenas donde pudo haber mayor oscuridad, como en la secuencia de las monjas, una de las más potentes junto con las danzas de la realeza.

Entre los aspectos positivos de la cinta está la actuación de Caleb Landry Jones como Drácula. Aunque verlo en un registro más oscuro habría sido aún mas interesante, aún así su interpretación es sólida. Lo acompañan Christoph Waltz y Zoe Bleu. Otro aspecto favorable es la banda sonora que corre a cargo de Danny Elfman, experto en atmósferas góticas.

En recomendación

Aunque Luc Besson es un director con reputación, en esta ocasión su adaptación queda enterrada y sacrificada entre muchas otras versiones que sí valen la pena. En una historia donde deberían habitar el caos, la locura, el odio y la pasión desbordada, Besson nos entrega un Drácula con poco de eso.

Es triste encontrarse con una propuesta que pudo ser más, pero que, con el paso de los meses, será olvidada.

Comentarios


251128 950x125.jpg
251128 950x125.jpg
Estar Consiente.jpg
bottom of page