En México y en Marruecos las remesas resisten ante la crisis
- EFE
- 4 oct 2020
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Rabat.- Las remesas enviadas por los emigrantes han demostrado tener una gran resistencia a la crisis en dos países en teoría tan distintos como México y Marruecos, pero su condición de fronterizos con el primer mundo lo explica en gran medida, según señalan a Efe expertos consultados.

En México las remesas supusieron en 2018 un 2,7 % del PIB, según datos del BBVA México, mientras que en Marruecos el porcentaje subió hasta el 6,2 %, según el Banco Mundial; en ambos países su importancia es vital según criterios macroeconómicos pero sobre todo sociales y culturales.
La crisis multidimensional causada por el coronavirus ha tenido su repercusión inmediata en los envíos de remesas en todo el mundo, pero México y Marruecos han resistido a esta tendencia bajista y han registrado volúmenes sorprendentemente altos en los meses de verano, lo que se explica por varios factores.
REMESAS ESTABLES FRENTE A INESTABLES
El gobernador del banco central marroquí Bank al Maghrib, Abdellatif Jouahri, tiene su propia explicación, y exponía recientemente que hay que distinguir entre distintos tipos de remesas, unas más estables y otras más volátiles.
Están las que llamó "remesas automáticas", poco afectadas por la recesión: aquí entran las pensiones que muchos jubilados, marroquíes y extranjeros, cobran en Marruecos tras hacer su vida laboral en Europa y retirarse en el país magrebí.
Vienen después las remesas "familiares": transferencias estables (puede ser para pago de hipotecas o seguros) y otras que revisten un carácter extraordinario (para pagar gastos médicos o escolares, compras de bienes de consumo, etc), y son precisamente estas últimas las que más volatilidad pueden tener en el futuro.
LOS EFECTOS DEL CONFINAMIENTO

Según cuenta a Efe en conversación telefónica Íñigo Moré, profesor universitario especializado en la cuestión y cofundador de www.remesas.org, el confinamiento y las restricciones decretados en casi todo el mundo explican la caída de las remesas en abril y mayo y su repunte en los meses de verano.
Este repunte se ha detectado sobre todo en dos países muy lejanos pero con una geografía común: los dos son fronterizos con un país del norte mucho más rico, en proporción de 1/10 en el caso de Marruecos y España o de 1/7 en el de México y Estados Unidos, tomando como medida el PIB per cápita.
Esta vecindad con un vecino rico ha significado un histórico flujo de emigración de sur a norte y luego de remesas en el sentido contrario.
La pandemia del coronavirus y su corolario de medidas de confinamiento supuso en un primer momento un drástico recorte en las remesas, explicables por el cierre de las oficinas de envío de dinero y por las limitaciones de movilidad de la población.
Pero las remesas tuvieron un repunte inesperado en el verano: 21 % en junio con respecto a mayo, y 14 % en julio, en el caso de Marruecos; en México, tras una fuerte caída del 28 % en abril, la tendencia fue al alza en mayo (15 %) y junio (2,6 %).
Esto se debió, por un lado, a la reapertura de las oficinas de remesas, que hizo que los emigrantes enviaran entonces lo que no habían podido hacer en meses previos y tenían "guardado".
DINERO OCULTO QUE AFLORA
En México y en Marruecos -subraya el especialista- atravesar la frontera está casi al alcance de cualquiera, y son numerosos los emigrantes legales que en tiempos normales la cruzan una o varias veces al año trayendo consigo sobres con dinero.
Actualmente, las fronteras no han reabierto por completo -en Marruecos siguen cerradas y ni siquiera hubo Operación Paso del Estrecho-, y en todo caso el tráfico humano se ha reducido enormemente.
Sin poder viajar, los emigrantes han optado por enviar por canales regulares el dinero que otras veces traían en mano: es la "aparición a la luz" de cantidades que antes circulaban por circuitos no formales.
En conclusión, el aumento de las remesas en junio y julio es puramente coyuntural, sostiene Moré, y pronostica futuras caídas porque buena parte de las remesas proceden de emigrantes con un poder adquisitivo medio-bajo que van a resultar golpeados por la crisis.









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