Escritor recolecta ayuda para infancias migrantes
Tuxtla.- La realidad que viven los grupos en migración alcanza no solo a quienes habitan territorio chiapaneco, incluso connacionales se rompen en lágrimas al darse cuenta de la situación que están pasando, y hay quienes buscan poner su granito de arena para ayudarlos, como el escritor venezolano Nérvinson Machado, con una amplia trayectoria en nuestro país.
“Empecé repartiendo comida entre el campamento de migración en la carretera a Villaflores por un libro sobre migración venezolana que estaba haciendo, la primera vez llegué en llanto a casa al ver que están robándoles la infancia, siguen siendo niños, el futuro de un planeta entero, muchos llegarán a Estados Unidos, otros no, algunos regresarán a la escuela, otros no”, lamentó.
Y es que es innegable que la sociedad chiapaneca ya es parte de este intercambio cultural, por lo que el escritor comenzó a hacer talleres artísticos en este campamento, una manera de recrearse pero también de expresar lo que sienten, de escapar aunque sea un momento de su realidad.
"Son niños que están durmiendo en el piso, en casas de campaña que a veces hasta están agujeradas, les entra agua, el calor, viven deshidratación, están enfermos, estos talleres infantiles lo que tratan es que sirven un poco como entretención y también como terapia, buscamos ampliarlos con un equipo de psicólogos y otros especialistas, hay niños ya grandes que no saben leer ni escribir”, dijo.
Su idea es contribuir como venezolano, pero también tiene muchos años en México y no quiere como artista limitarse a esa parte, sino que lo humano se refleje, también aprovechó para agradecer a la gente que está colaborando con él que son de aquí o de fuera, que mandan sus contribuciones, muchas veces ellos y sus papás andan descalzos, hay mujeres embarazadas, una niña con hidrocefalia que trasladaron en silla de ruedas y así cruzó la selva, sin hablar del estrés que los padres le transmiten a los hijos por la incertidumbre del día a día.
“Estamos colectando ropa, medicamentos, bebidas electrolíticas, vitaminas y alimentos para lo más de 100 niños de 1 a 14 años que ahí habitan, así como sus padres, también se necesitan artículos de higiene personal, es muy fácil acusar a un migrante sin saber a qué situación están orillados, más que migrantes son desplazados y el niño viene con esa carga emocional, como maestro cómo no sensibilizarse”, añadió.
Ahora, gracias a la convivencia que ha tenido con los niños, lo animan, ya no es tanto el llanto, sino decir que aportó su granito de arena, que puede ser poco ante lo que están viviendo, pero lo importante es cómo va a impactar a futuro, al menos es el consuelo de un día, ojalá que puedan ser más, ellos notan el cariño de México después de lo que han vivido, otros compañeros de México lo apoyan, incluso pintores y otros artistas se han sumado a las talleres, por lo mismo también se necesita pintura, pinceles, lápices, ya que mucho ha salido de sus bolsillos, pues con la apertura del sistema de citas en Tuxtla, se prevé que incremente la presencia de migrantes en la ciudad.
Raymar Guaycara, es una migrante venezolana, madre de cuatro niños, viaja con su esposo y hermano, ya atravesaron siete países: Venezuela, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México, en la selva casi pierde a sus hijos gemelos cuando se los llevó la corriente del río, pero lograron rescatarlos, pasaron nueve días en la selva del Darién, cruzaron más de 100 ríos, con hipotermia, enfermos, con diarrea, vómito, fueron violentados dentro de la selva, incluso pudo ver a más de 10 personas sin vida, por eso todos los días le da gracias a Dios por estar vivos.
Ella dejó dos hijos en su país que ya viven por cuenta propia, pero tomaron esta difícil decisión en familia, orillados a buscar un mejor futuro, llevan más de 20 días en Tuxtla, en una situación vulnerable, pero los talleres han sido una curita a su alma.
"Gracias al escritor se han entusiasmado, los niños plasman su experiencia de lo que han vivido porque para ellos no es fácil, de hecho para mi tampoco, todavía me sueño, me sobresalto porque vivimos una experiencia que no le deseo a nadie... tengo un niño que tiene un talento hermoso, le gusta dibujar, tengo una niña que le gusta el canto, y creo que es la manera en que ellos puedan realizarse, estudiar y darle un mejor futuro a ellos, por eso me desprendí de lo que más quiero y vine a seguir luchando”, finalizó.
Puedes colaborar con Nérvinson en la colecta que sostendrá el sábado 31 de agosto en el Parque de la Marimba, de 9 a 11 de la mañana, llevando ropa para niños y niñas de todas las edades, medicamentos para la fiebre, diarrea, vitaminas, suero, artículos de higiene personal o lo que puedas, para apoyar a este sector vulnerable de la población.
Коментарі