Exponen riesgos del sistema tradicional de siembra del maíz
- CARLOS LUNA
- hace 3 días
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Tuxtla .- José Moisés Rodríguez Castellanos, colaborador del Centro Internacional para el Mejoramiento del Maíz y el Trigo (CIMMYT) en Ocosingo expuso los riesgos del sistema tradicional de siembra de maíz.

Expresó que la quema ya no puede continuar. Ahora se debe pensar en la salud del suelo, en el medio ambiente y en la vida misma. Quemar contamina, erosiona y empobrece la tierra.
“Y, aún más grave, pone en riesgo a los ecosistemas y a las personas, debemos ver a la milpa más allá de un sistema productivo, sino como una herencia ancestral que ha alimentado a las familias campesinas durante generaciones”, dijo.
Las prácticas como la rosa, tumba y quema aunque comprensibles en otros contextos hoy resultan insostenibles.
Desde hace más de seis años, Rodríguez Castellanos y su equipo trabajan con productores locales para fortalecer el sistema milpa desde un nuevo enfoque: la milpa biodiversificada; cuyo fin es combinar el cultivo tradicional de maíz, frijol y calabaza con árboles frutales de interés familiar, como aguacate, limón, plátano y naranja. Todo bajo una regla esencial: no quemar.
Destacó que, en la plataforma de investigación de Ocosingo se dejan entre cinco y seis toneladas de rastrojo por hectárea sobre la superficie del suelo.
Esta práctica no solo evita emisiones de carbono, sino que también aporta alrededor de 72 kg de nitrógeno por hectárea al año.
Detalló que: “Es como aplicar uno y medio bultos de urea sin necesidad de comprarlos. El rastrojo se mineraliza, nutre el suelo, mejora su estructura y permite obtener rendimientos de hasta seis toneladas de maíz criollo por hectárea, sin fertilizantes sintéticos.”
Afortunadamente este modelo ya ha sido adoptado por varias familias productoras que ven en la biodiversificación una forma de mejorar su calidad de vida.
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