La aventura de ser mamá: 28 semanas y una toddler

Tuxtla.- Esta semana, Renata y yo llegamos a las 28 semanas de embarazo... así como así, sie7e meses y a comenzar la cuenta regresiva para conocerla; a comparación de mi primer embarazo, este se me ha pasado rapidísimo, y siento que estamos entre avanzados y retardados con los preparativos.

Con Elisa, a estas alturas ya teníamos organizado el baby shower, algunas compras, y no nos preocupaba el parto porque tenía mi póliza de gastos médicos mayores; pero en comparación, ahorita ya tenemos ropa, bañera, cuna, y sobre todo la experiencia de qué vamos a necesitar y qué no.

Otra gran diferencia, es que con mi primer embarazo Elisa era lo único en lo que pensaba, todo el día me acariciaba la barriga esperando el momento de conocerla. No sé cómo explicarlo, en esta ocasión no es precisamente así, aunque la espero con todo mi corazón, y no hay momento del día que no piense en ella... eso no ha cambiado.

Lo que pasa es, que Elisa sigue ocupando todo mi día, pero ahora afuera de mi vientre, por lo que se me va el día al pendiente de ella, es decir, ahora mi atención no se enfoca solo en una, sino en las dos, en atender las necesidades de la mayor y en anhelar conocer a la menor.

Definitivamente Renata se mueve más que Elisa, la siento todo el diario y a estas alturas, siento que mi panza es más grande que con Elisa, afortunadamente ella está creciendo bien y hasta el momento está bien acomodada y sin traer enredado el cordón umbilical.

En cuanto al plan del parto, la próxima semana esperamos ya definirlo para estar tranquilos en ese aspecto, al menos ya tenemos nuestro equipo quirúrgico bien definido, esperemos que todo salga bien y estén disponibles, y que también el embarazo llegue a término sin complicaciones para elegir la fecha sin contratiempos.

La fecha probable de parto está para el 6 de enero, pero algo me dice que se va a adelantar; Elisa nació a las 38 semanas y, si la historia se repite, eso sería como el 28 de diciembre, está muy cerca de mi cumpleaños y de Año Nuevo, así que no sabemos si nuestra vida cambie a fines de este año o a principios del siguiente.

Otra gran diferencia, y eso es algo común con todas las mamás que tienen hijos seguiditos, es que con mi primer embarazo aprovechaba a dormir y descansar lo más que quería y podía, ahora no puedo porque “mi patroncita” todo el día quiere jugar y estar pegada a la chichi, además de que se sigue despertando varias veces por la madrugada a hacer sus tomas y me corta el sueño.

Hubo un día la semana pasada que no se despertó en toda la noche... y amanecí muy bien descansada, pero por más, una toddler de un año y siete meses es bastante demandante, aún cuando Rodrigo se encarga de ella toda la mañana. Es un cuento de nunca acabar.

En parte, ya sabíamos que así iba a pintar la cosa cuando decidimos embarcarnos de nuevo en esta aventura... y estoy segura de que este esfuerzo extra rendirá frutos y nuestra familia será hermosa, con las dos niñas llevándose tan bien por la poca diferencia de edad, y aunque al principio será difícil, a futuro todo se irá acomodando de la mejor manera.