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  • ALEJANDRA OROZCO

La aventura de ser mamá: Bebés enfermas x2

Ya han pasado más de dos semanas y Elisa y Renata siguen enfermas… todo empezó cuando Renata entró a la guardería, pensamos que ahí se contagió de gripa y luego contagió a Elisa y a Rodrigo.


Sin embargo, mi mamá se había enfermado unos días antes, y a estas alturas todos siguen con alguna secuela, lo que nos hace pensar que el COVID llegó a nuestra familia, a pesar de que mi mamá y Rodrigo se hicieron la prueba y salieron negativos.

Esta semana las llevamos al doctor, porque a Renata no se le quita la tos ni a Elisa los mocos, y nos dijo que seguramente sí fue COVID, porque era mucha gente enferma en la casa, y ahorita los síntomas en niños están tardando mucho en quitarse.

Total, que esta semana siguieron con medicamentos y les tocaron nebulizaciones… hubo una noche que Elisa se despertó llorando y haciendo un ruido horrible al respirar, de tantas flemas que tenía, fue la noche que menos hemos dormido, para variar… ya perdí la cuenta de las horas de sueño que les vengo manejando.

Han sido muchos días, muchas noches, ya varias semanas de estar persiguiendo niñas para que tomen su medicina, de nebulizarlas entre llantos, de despertar 20 minutos después de que se durmieron porque tosen muy feo, de papeles para justificar las faltas en la guardería y de desesperación por ver que no se les quita… honestamente estoy harta, estoy cansada, estoy fastidiada y ya quiero que estén bien.

La queja no es tanto porque a mí me pese, porque por mis hijas haría eso y mucho más, pero me desespera no verlas al 100, ya están mucho mejor pero ha habido días en que no quieren ni comer y eso me parte el alma, me choca ser la mala que les da la medicina, pues no comprenden que es por su bien, aunque seamos honestos, soy humana y también me abruma y me sobrepasa la situación, peor porque son las dos.

Y es que si no es una es otra, lo peor de todo esto es que si se enferma una la otra también, y al mismo tiempo, así que toca atenderlas a ambas ya sea que empiecen al mismo tiempo o se lleven días de diferencia, también por ser de diferente edad sus síntomas y necesidades son diferentes.

La única ventaja es que compras medicamento y a veces, solo a veces, les toca tomar el mismo, o la cita con el pediatra por ser doble sale un poco más barata que llevarlas por separado, pero es horrible que se enfermen y más tan chiquitas, mis bebés.

Lo bueno es que aprovechamos a hacerles el chequeo y de peso están bien, Elisa ya casi llega a los 11 kilos, se ve flaca pero sigue en su peso, Renata ya subió menos desde que comenzamos la alimentación complementaria y está rondando los 8 kilos y medio, y de lo demás las ve muy bien el pediatra, lo que me deja tranquila.

Esperemos que esta sea su última semana con secuelas o síntomas, como quieran llamarle, y que podamos descansar un poquito de todo este caos que se instaló en la familia en todos los aspectos, y también recen por mis superpoderes de mamá para no enfermarme yo también, porque hasta ahorita sigo invicta.

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