La aventura de ser mamá: Calurosa Navidad

La primera semana de diciembre llegó con todo, pasó de largo y ya falta menos de lo que pensaba para Navidad, parece como si el resto de 2025 tardó cinco años y estos últimos dos meses están siendo dos semanas, la percepción del tiempo es relativa, y las fechas que uno espera con más ansias, parecen terminarse más rápido que el resto de los días… y así, un día estaba enterándome de mi segundo embarazo, parpadeé y ya estamos con los preparativos de su cumpleaños número 4.

Como Renata cumple años el 19 de diciembre, el año pasado nos ganaron las fechas y cuando quisimos celebrarle en su escuela, resultó que ya habían salido de vacaciones, por eso este año decidimos ser más precavidos y adelantar el festejo 10 días, y por poco ya no alcanzamos, pues les quedan muy pocos días de clases y ha muchos festejos a diario.

Cuando veo a mis hijas juntas, cada vez pasan más tiempo jugando que peleando, aunque cuando se pelean son muy intensas, y parece que no se llevan mucho, pues una va en segundo, la otra en tercero, pero cuando veo sus gustos me doy cuenta de la diferencia entre ambas: Elisa es puro usar tops y cantar canciones pop, pero mi Reno todavía está chiquita y llevaba meses pidiéndonos su cumpleaños de Elsa y Ana.

Creo que este es el último año que tenemos una temática de princesas en la casa, porque mis bebés están creciendo y sus gustos cambiando, entonces quisimos cumplir su ilusión para que pase un día increíble, y eso que todavía no es su mero día, así que será como un festejo doble, algo que me dio mucha ternura, fue que Eli nos dijo que le quería regalar a su hermanita una muñeca de Elsa, y por supuesto que se la compramos y estamos esperando a que llegue el día para que se la dé.

Siento que a partir de esta segunda semana de diciembre, todos los días hay algo que hacer, ya sea un festejo, una posada, un preparativo, y cada vez tengo menos tiempo para aprovechar a hacer mis pendientes, tan solo esta semana las niñas sólo tienen clases tres días, dejándome solo dos para hacer mandados de los que ellas no pueden enterarse, para poderlas sorprender.

Pasando al título de esta columna, ¿qué onda con el cambio climático? En pleno diciembre no he sacado el suéter ni un día, mis chamarras han de pensar que me morí, eso me desanima un poco porque no podemos sacar los outfits chidos, ni el chocolatito caliente, ni una de esas cosas que antes eran muy exclusivas de esta temporada, ahorita me siento rara de andar como si fuera pleno verano y ver todo decorado de Navidad, pero ni modo, es lo que hay y el clima está cada vez peor.

Hablando de decorar, en casa por fin pusimos el arbolito, muy sencillo y a mi gusto, nos faltaron decoraciones navideñas, pero le dimos prioridad a pagar otros gastos y a los regalos que les daremos, solo compramos el árbol y ya está listo para recibir estas fechas, de verdad espero que el próximo frente frío venga con todo, para que se sienta un poco del espíritu navideño que tanto anhelo, por ahora aprovechamos a tomarle fotos a las niñas en una locación navideña, pero de vestido y falda, porque el clima no da para otro tipo de outfit.

Así las cosas con este verano navideño, donde en las calles y las plazas cada vez hay más gente, será raro que en pleno 24 y 31 haga demasiado calor y no pueda ponerme el outfit que me estoy imaginado, pero supongo que año con año debemos adaptarnos a las circunstancias, tanto en estas fiestas como en todo lo demás, aceptar, tomarnos un cafecito y que la vida siga, a preparar todo para pasar unas fiestas inolvidables.