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  • ALEJANDRA OROZCO

La Aventura de Ser Mamá; "Estar Lejos de Casa"

Esta semana, debido a las afectaciones que han surgido en el estado por el paso de Eta, tuve que estar saliendo de la ciudad para tener la cobertura, cosa que en otros tiempos me hubiera emocionado muchísimo de primer instante, pero hoy en día, mi primera reacción es la preocupación: “no me he sacado leche”, “no he bañado a Elisa”, “¿y si se queda llorando?”, es lo primero que cruza mi mente.



Ser periodista implica estar constantemente en movimiento, dicen que la noticia no espera ni descansa y es verdad, a veces implica moverte lo más rápido que puedas para estar en el lugar de los hechos, o bien, ir cuando haya pasado la tormenta para tener el panorama completo, y es de las cosas que más me gustan de mi carrera: el dinamismo, el hecho de que todos los días el juego cambia y la rutina es algo que no existe.


Durante estos días, tuve que ir a San Cristóbal para hacer un recuento de los daños, y aunque estaba cerca, implicaba tener que dejar a Elisa en casa, y más que preocuparme me invadió la nostalgia de que iba a extrañarla mucho, y de que ahora prefiero estar con ella sobre todas las cosas, y no me gusta separarme de su lado.


Ya encaminada, estando en constante comunicación y sabiendo que estaba bien, me empezó a invadir esa vieja sensación de aventura, las ganas de hacer mi trabajo lo mejor que pudiera y a valorar ideas de cómo hacer mi nota o por dónde empezar, algo que también me hacía falta considerando que estuve cinco meses en casa, y cuando volví al trabajo, las circunstancias eran distintas por estar enfrentando una pandemia que limitaba nuestra labor.


Con todo y mi angustia de separación -porque creo que hoy en día me duele más a mi que a ella estar separadas, pues se queda muy contenta con su papá o sus abuelas-, no estuve desesperada por terminar rápido la chamba para regresar a verla, en el fondo de mi corazón eso quería, pero también iba con la mentalidad de aprovechar a estar en el lugar y hacer mi mejor esfuerzo por aprovechar los recursos para sacar una buena nota.



Vale totalmente la pena estar de regreso y ver su sonrisa cuando me ve, escucharla balbucear “mamamama” y saber que aunque estaba contenta le hago falta, me necesita, y unirnos otra vez a través de la lactancia, un momento que es solo de las dos y que nos ayuda a conectar a un nivel que solo una mamá puede entender.


La chamba no termina llegando a casa, pues una vez ahí, es hora de seleccionar el material, subirlo, redactar la nota y afinar detalles, sobre todo porque las notas fuera suelen ser especiales y requieren un mayor trabajo periodístico por su importancia, a veces tu familia piensa que si ya regresaste es porque ya acabaste de trabajar, pero todavía falta lo más importante: que todo encaje para que el viaje haya valido la pena.


Llegó el fin de semana y pensé que iba a poder descansar y estar tranquila, pero salió un llamado de última hora para ir a Huitiupán, a una entrega de ayuda humanitaria en helicóptero, y la verdad es que llevaba años queriendo subirme a uno, hasta que se me cumplió... obviamente, mi primera reacción fue: “estoy en pijama, Elisa no ha desayunado, no tengo a la mano mis cosas”, pero tocó ir, y ahí estuve.


Afortunadamente, cuento con una gran red de apoyo que me hace poder irme tranquila a hacer mi trabajo: Rodrigo, mi mamá y en general toda mi familia de sangre y política saben cómo es mi trabajo y con gusto me cuidan a Elisa, sé que se queda en buenas manos, feliz y tranquila, y eso ayuda mucho a que yo pueda cumplir y disfrutar hacerlo.


Por otro lado, desde que nació Elisa todo me da miedo, no solo lo que le pase a ella -creo que es muy de mamás y papás siempre imaginar lo peor que les pueda pasar a nuestros hijos-, sino que me da miedo que me pase algo a mi y no pueda estar a su lado, por lo que ya que iba en el helicóptero, pensé “¿qué estoy haciendo aquí? ¿Y si se cae? ¿Qué fue lo último que le dije a Elisa?”, pero gracias a Dios todo salió bien y en menos de lo que pensaba ya estábamos de regreso.


Ser periodista es cool. Ser mamá, también. Y tengo la fortuna de poder combinar ambos aspectos de mi vida, de crecer como mamá pero también en lo profesional, de seguir superando los retos que surgen a diario, esperando que cuando Elisa crezca, esté orgullosa de mí como mamá y también como profesionista, sin sacrificar una cosa por la otra.

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